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-Pegdon pego... ¿De qué están hablando?- Hablo por primera vez Fleur, confundida al igual que los demás por aquellos adultos jóvenes.

La castaña otra vez en el mundo de los vivos, le dedico una sonrisa y le contesto:
-Veran, antes de llegar aquí, nosotros estábamos en la mansión Riddle buscando robar la copa. Sí ustedes la vieron, sabrán que fue un objeto impregnado de una magia oscura muy poderosa y necesitábamos destruirla, lamentablemente nos metimos directo en una trampa para conseguirla, esta parece que nos envió a una dimensión alternativa a nuestro mundo.

La explicación no parecio ayudar a nadie a excepción de un muy anciano director al cual le brillaban con ojos con curiosidad.

-¿Para qué necesitaban destruirla?- pregunto la matriarca pelirroja.

-Para ganar la guerra señora Weasley.

Ante la respuesta, los adultos mayores contuvieron la respiración, la guerra era un tema delicado para ellos en esa época, donde la paz pendía de un hilo.

-¿Quiénes son ustedes?- pregunto indeciso James Potter.

Al oír la pregunta el moreno clavo la vista en el actual Lord Potter para pasarla rápidamente a sus dos amigos, que se veían pensativos, probablemente dudando en responder o no la simple pregunta; luego de unos segundos el rubio hablo -Ya no importaria esconderlo- dando su consentimiento a los otros dos.

-Mi nombre, como ya lo imaginaran es Harry Potter- dijo casi en un susurro el chico de ojos verdes con la mirada baja, negándose a levantar la vista y afrontar las caras asustadas de los dobles de sus progenitores.

-Yo soy Hermione Granger, mucho gusto- dijo entonces la chica con un cordial asentimiento y una sonrisa tranquila que ayudo a calmar a varios de los consternados adultos.

-Ya escucharon mi nombre- dijo entonces el rubio fulmirando con la murada a Arthur Weasley que a su vez correspondió el gesto denotando el desprecio por el sangre pura en todo su cuerpo.

-Esto es una broma ¿verdad?- comento entonces Sirius rompiendo el silencio, que al ver la seriedad de los tres heridos, volteo a ver al director -tú no les crees ¿verdad Albus?

-Parece que dicen la verdad mi muchacho- contesto el mencionado alegre -Ahora descansen, deben estar cansados después de todo- se dirigió el hombre a sus "visitantes"

Con ello, el viejo director se retiro junto con el resto de la orden siguiéndolo, dejando a los tres mas jóvenes solos.

-Y ahora... ¿qué hacemos?- pregunto el moreno después de un rato.

-regresar a casa obviamente-le respondió el ojigris.

-pero ¿cómo?

-no lo sé- admitió el cuestionado -debemos averiguar más sobre el tema y desarrollar las formulas y el ritual para poder lograrlo.

-esta bien- dijo más tranquilo el ojiverde -entonces...- comento dubitativo -ellos... ellos si son...-

-Si Harry, si lo son pero no son quienes tu recuerdas y conoces, las personas de este mundo han tenido otra vida.

-Lo suponía- respondió con un rastro de amargura el moreno a su amiga. -... Creo que van a querer hablar con nosotros ¿que les diremos?

-La verdad Potter, ya nos ven como posibles amenazas por tu chistesito para conseguir la copa. No podemos darnos el lujo de parecer aún más sospechosos.

El moreno rodó los ojos con molestia pero asintió dándole la razón, dejando satisfecha a la femenina del grupo.

Al salir de la enfermería empezaron las quejas y dudas sobre los tres extraños.

Harry Potter Y El Mundo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora