¿Alguna vez te reencontraste con tu primer amor después de estar tanto tiempo lejos el uno del otro? ¿Qué sentiste? ¿Pensaste que podría volver, pero como tu hermanastro está vez?
Choi HaRi tampoco lo pensó. Para ella, Jeon Jungkook era su primer am...
«Me gustas, realmente me gustas. Y quisiera que ese beso haya sido el comienzo de algo. No el fin». —Fangirl.
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—¿Podemos hablar de lo grandiosa que es tu habitación? —alzó la voz tirándose a la gran cama que estaba en el centro y copié su acción.
La habitación era hermosa.
Eran amplia y estaba teñida de un pálido rosa que, en lo personal, no me importaba porque quedaba lindo y era mayoritariamente cubierto por estantes de libros y dibujos, había miles de ellos pegados en todas partes como un mural, desde rostros humanos hasta paisajes hermosos. También me sorprendió ver un escritorio con libros sobre música y psiquiatría, lo cual, incentivó mi curiosidad por saber que había pasado en esta habitación antes de que llegase.
—¿Me puedo venir a dormir contigo? —preguntó divertido y fingiendo una mueca perversa— Sé que me deseas, chiquita.
No lo aceptaba del todo, pero tampoco lo negaba.
Hubo un tiempo donde Taehyung me había llamado la atención, muchísimo, pero no quise arruinar nuestra amistad confesando mi platónico amor.
Tal vez fue tonto, pero me mantuve en silencio durante más de cuatro meses.
—Podríamos hacer pijamadas —sugerí y él saltó de la emoción.
Estuvimos hablando durante horas y horas, ni siquiera salimos de la habitación, pero escuchábamos un poco de bullicio de vez en cuando. Fue entonces cuando no supimos que seguir hablando o hacer que nos detuvimos a admirar el techo, era blanco y, pensé, tal vez ponerle imágenes o pintarlo para que se parezca al techo de una Catedral, luego recordé que mis ánimos para hacerlo son escasos y mi talento para el arte es un cero a la izquierda.
Mi fantasía de tener un novio que hiciera esa obra de arte como en aquella película "If I Stay" siempre sería eso: una fantasía.
Tengo ganas de verla.
Para leer soy un asco, pero también podría intentarlo. Sé que tiene un libro o está basada en uno.
—¿Quieres ver una película? —sugerí.
—Me encantaría, pero ya es de noche y mi casa queda a como dos horas de aquí —hizo un puchero.
—Podrías quedarte —insistí—, por favor, te escondes en el patio y luego subes a medianoche.
A veces tenía ideas muy fantasiosas.
—Eso solo termina en dos cosas —enumeró con sus largos y huesudos dedos, estaba demasiado flaco—. Uno: Es un éxito y logró llegar a tu habitación con todas mis articulaciones o, dos: me caigo a medio camino, me rompo la espalda y quedó en coma durante tres años para luego despertar y no recordarte. Tú decides.
