¿Alguna vez te reencontraste con tu primer amor después de estar tanto tiempo lejos el uno del otro? ¿Qué sentiste? ¿Pensaste que podría volver, pero como tu hermanastro está vez?
Choi HaRi tampoco lo pensó. Para ella, Jeon Jungkook era su primer am...
«El amor no es algo que has de encontrar, sino algo que te encuentra a ti.» —Loretta Young.
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—Debo volver a preguntar —susurró sentándose en la arena que se colaba por nuestros pies descalzos, yo me senté a su lado, tensa, pero superando una de las tantas cosas que me han estado atormentando: él— ¿por qué no te defendiste?
Sentí una incomodidad en mi estómago, náuseas, algo que me pasaba cada vez que hablaba de mis problemas o de los que pasaban cerca mio. —Lo hice —confesé y Jungkook giro su rostro para verme—, recuerdo haberla empujado y proteger mi rostro con mis brazos, todavía con el miedo corriendo por mis venas, lo hice, porque sabía que “hacerme la muerta” no resolvería nada, ya nada podría resolverlo —suspiré dándome cuenta que este suceso me dejó una gran lección de todas formas, aunque me habría gustado poder evitarlo—. No me gusta buscar los problemas, pero últimamente ellos me buscan a mí.
—Perdoname.
Puse mi mano sobre su rostro y lo silencié. —No lo arruines.
—Solo dije que…
—Shh —presioné más mi mano a su rostro y sentí cosquilleos cuando se puso a reír—. No arruines el momento, aprendí algo nuevo y estoy bien, lo hecho hecho está y pedir disculpas en este momento ya es en vano, así que, mantén el silencio y concentrémonos en olvidar lo malo, quedarnos con las enseñanzas y disfrutar de la maravillosa vista frente a nosotros.
—¿Desde cuándo eres tan sabia? —preguntó con una mueca divertida en el rostro y bajando mi mano hasta que está sintiendo la arena y sus dedos entrelazarse con los míos, quise evitar su toque, pero estaba tan avergonzada de mostrarle que su cercanía me causaba algo que, no lo hice— Me gusta cuando no pareces querer morderte.
—¿Morderte? No gracias, no quiero vomitar.
Su expresión cambió a una indignada y rei soltandome de su agarre y fingiendo querer levantarme para estirarme, la verdad es que lo hice solo para separar nuestras manos unidas. No me incomodaba él, sino lo que provocaba y que tanto me había esmerado por olvidar en estas últimas semanas.
Me mantuve estirando durante unos seis minutos los cuales pude usarlos también para despejar mi mente y observar la calma del mar que cada vez parecía más cercano a nosotros. Las farolas prendidas en el muelle que estaba sobre nuestras cabezas no llegaban con tanta intensidad y las voces de algunas personas que caminaban a estas horas por el tampoco, era esa calma que ganara sobre el disturbio y la que más apreciaba. No sé cómo llegamos aquí, pero no sabía de su existencia y aunque lo hubiese hecho seguramente no habría podido venir porque a Taehyung le da miedo el mar y no me gusta salir sola, me siento más pequeña de lo que ya soy cuando lo hago; todos parecen saber de mí o quieren saberlo todo. El mundo solo se enfoca en lo malo de uno para poder recriminarle una y otra vez sus errores y así disimular los propios.
