"Pisando tierras niponas"

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Capítulo 1: "Pisando tierras niponas"

"Los japoneses son demasiado serios", pensó mientras veía al hombre que le guiaba por la institución a la que era transferida. Namimori era linda, no lo negaba, pero sería bastante difícil acostumbrarse a su nuevo hogar, "nada que la comida no arregle". Ahora que lo pensaba, según los papeles que le dieron sus cosas ya deberían estar en la casa que la acepto, "me siento una niña sin hogar".

-Y este es tu salón- dijo el hombre mientras tocaba la puerta y hablaba con el maestro encargado para retirarse.

"Salón 1-A, genial, por lo visto me tendré que presentarme yo sola"

-Bueno clase, ella es una estudiante de intercambio- explico el maestro mientras apuntaba su nombre en el pizarrón- Preséntate- ordeno.

"Que crees que hare, viejo"- Soy Lopez Zoe – "Que raro es decir mi nombre así"- Vengo de México y me emociona poder estar aquí, espero llevarme bien con ustedes –"De algo mi sirvió ver anime"- pensó sonriente mientras caminaba al asiento que señalo el profesor.

Las horas pasaron rápido para Zoe mientras escribía- dibujaba- en su cuaderno, de vez en cuando volteaba a ver a la clase y para cuando se dio cuenta era receso. Se estiro en su asiento para sacar unos dulces que compro en una tienda de paso; se dio cuenta que varios la miraban de reojo y comentaban, "Parece que jamás vieron a un extranjero", le restó importancia mientras tomaba una paleta y salía del salón para conocer –vagar- un rato por la escuela. Su "recorrido" no duro mucho cuanto encontró unas escaleras, que supuso llevaba al tejado. Las subió para abrir la puerta y que la brisa golpeara su rostro, se dio cuenta que no era la única al ver a un chico con la cara entre las piernas al fondo del tejado.

-¿Estas bien?- pregunto sentándose frente a él.

El chico levanto el rostro mientras soltaba un grito que la sorprendió, haciendo que le imitara mientras caía de espaldas.

-¡Carajo eso me mato del susto!- exclamo para mirar fijamente al chico.

-¿D-disculpa que d-dijiste?- pregunto al no entender.

-Cierto- sonrió apenada- Soy Lopez Zoe, me acabo de transferir y soy mexicana- explico mientras sacaba un pañuelo de su bolso de correa -¿Y tú?- se acercó para limpiar los residuos de lágrimas causando un sonrojo en el otro.

-S-soy Sawada T-Tsunayoshi, o dame-Tsuna- se presentó, murmurando lo último.

-Sabes- comento guardando su pañuelo- Tienes unos ojos caramelo muy bellos como para empañarlos con lágrimas – Tsuna se puso aún más rojo causando ternura en la joven- Y por lo visto tu tristeza se deba a algo con tu apodo- concluyo al ver que el otro apartaba la mirada.

-S-si- admitió bajando la cabeza y cerrando los puños con firmeza.

-¿Y eso te hace sentir que no mereces nada eh?- pregunto, mientras Tsuna asentía- "Problemas de autoestima"- Pues te informo que a partir de ahora me tienes a mí – se apuntó a si misma con suficiencia- Y no acepto un no por respuesta – agrego, sorprendiendo al otro que le miro incrédulo- Amigos – sentencio firme extendiendo su mano.

-Amigos- repitió Tsuna tomando su mano.

- Y por cierto, dime Zoe o Zoe-chan, y yo te diere Tsu-chan o conejo- comento mientras se levantaba.

-De acuerdo, ¿Pero conejo?- ladea la cabeza intrigado.

-Pereces uno con esas expresiones- respondió- ¿Eres hijo de Sawada Nana, no?- pregunto mientras bajaban del tejado.

-Sí, ¿Por?-.

-Parece que viviremos juntos a partir de ahora, ella fue la que acepto recibirme en su casa mientras este de intercambio- comento a lo que el chico asintió mientras suspiraba, su madre era la única que aceptaría eso sin preguntar – o informar a alguien-.

-¡¿Somos compañeros?!- dijeron al mismo tiempo al ver que se dirigían al mismo salón.

Entraron juntos bajo la atenta mirada de varios que empezaron a murmuran sobre ellos, Tsuna se deprimió por algunos comentarios mientras Zoe miraba seriamente a los que hablan. El día paso sin muchos contratiempos para ambos –exceptuando los comentarios-, a la salida se dirigieron a la casa de Tsuna para ser recibidos por una alegre Nana y una rica cena, eso se convirtió en su rutina hasta que al cumplir tres semanas de haber llegado Zoe paso algo que sin duda, podría el mundo de ambos de cabeza.

"Adiós a los días pacíficos", pensaron ambos con desgano.

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¡Hola!, NUEVO PROYECTO.

Este es uno de mis muchos nuevos proyectos, mis queridos editores de historias han estado leyendo varios prólogos de ideas y han escogido los mejores –según ellos- para que los escriba, por lo que tendrán Kyo para rato –ya que aún ni siquiera cabo de escribir los prólogos que me faltan-.

Ya sin más que decir me despido.

 Ya sin más que decir me despido

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