Capítulo LX

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Las manos le temblaban, era la segunda vez que lo hacía, pero hoy no tenía que aparentar, hoy se podía permitir estar feliz.

Caminó dando pasos largos y lo vio a él a lo lejos. Supo que todo lo que había pasado ese año había valido la pena, las lágrimas, la desesperación y las peleas, lo habían valido.

Miró buscando a esa otra persona, su padre, con la esperanza de una reconciliación, lo buscó por toda la sala, su cabello verde tenía que estar por algún lado, se dijo.

Pero nunca apareció.

Sabía que esa era una espina con la cual iba a vivir toda su vida y la cual tendría que aprender a convivir, el perdón a veces no era suficiente.

Pero ese era su momento, nadie lo podía arruinar...

Twilight Omens (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora