Capítulo LVIII

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- Toma, la recogí en el jardín esta  mañana, es incluso más hermosa que la otra -  una rosa roja, la colocó suavemente en su oreja, para no hacerle daño con las espinas.

- La de ayer era horrible, tenía los pétalos demasiados curvos y su color era muy pálido.

- Lo sé, al parecer los jardineros no las están cuidando muy bien, creo que recibirán una reducción en su salario, Dita. Siempre tendré las mejores rosas para ti y aún así nada se compara a tu belleza - se acercó y le dio un beso.

- Últimamente estás muy romántico - rozó su nariz con la suya - sin embargo el aire apesta a la humedad de un funeral, con todos estos divorcios, al menos algo entretenido sucede.

- No siempre se vive esta pesadumbre tan grande, el amor no reina en esta triste ciudad, sino la más cruel de las soledades...

Twilight Omens (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora