Final (Parte III)

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- ¿Qué haces... aquí...

- Vengo a decírtelo ahora y mejor que sea yo... Él te ama, no destruyas tu felicidad por esos pensamientos - prendió un cigarrillo, el olor lo hacía recordar a él. Ambos se miraron.

- Él te ama a ti, nunca seré como tú, él siempre te ha amado a ti, no sé cómo puede fingir que me ama, tocarme, pensando que soy tú... - un fuerte golpe lo calló, se levantó sobando su mejilla.

- ¿QUE CARAJOS ESTAS PENSANDO? Lo único que estas haciendo es destruirlo todo, no alimentes la mierda que tienes en tu cabeza... ¡No lo hagas! Deja de compadecerse de ti mismo, vive tu vida, ahora lo tienes todo ¿Acaso no estás feliz?

Pero a veces no era suficiente, lo tenia todo pero no lo era.

- Lo sé... Es difícil, nunca creí que así se sentía tener todo lo que desee, todo lo que ame y no estoy acostumbrando a ello... pero tú... ¿Por qué no le das una oportunidad a Saga? Él también es tu felicidad...

El silencio se sintió como un golpe entre las palabras que se estaban dirigiendo, Aioros agachó la cabeza y apretó los puños...

- Nunca lo fue, nunca estuve destinado para él, siempre se mereció a alguien mejor que yo... Y yo me merezco alguien diferente... - las lágrimas caían.

- Es que no entiendo... Me hablas que yo sea feliz, pero te veo a ti y no lo veo. Por favor sé también feliz... Las cosas se dieron así, pero se pueden arreglar, todo se puede hacer...

Aioros se mordió el labio, Aioria no entendía lo que realmente sucedía...

- No puedo... Algunos no nacimos para serlo... Nunca lo seremos...

- Por favor... Tienes que hacerlo, ya no puedo más con la idea que te he arruinado también la vida...

- No lo haz hecho... Al final el que lo arruinó todo fui yo... - dio un paso largo y así como vino, se fue. Trató de detenerlo, pero solo alcanzo a tocar su abrigo.

Aioria no paraba de llorar, la tristeza de su hermano iba a ser eterna. Lo quería, ambos se querían. Eran tan diferentes igual que sus destinos. Se miró al espejo, observó su rostro hinchado y sus ojos rojos.

En ese momento había decidido intentar pensar diferente, no podía ser su propio enemigo y debía perdonarse, darse ese pequeño chance que su hermano nunca se iba a permitir.

Él iba a seguir su destino de ser feliz, al menos intentarlo, abrió la puerta que no era más que los miedos que sentía y corrió a abrazar a Shura como nunca antes lo había hecho.

Aioros observó a lo lejos y sonrió.

Twilight Omens (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora