Capítulo LIV

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Le gustaba verlo untar la mantequilla en la tostada. Cada vez que lo hacia sonreía. La cotidianidad que había anhelado en toda su vida la empezaba a tener, pero la felicidad que sentía no sólo estaba sostenida por una ligera capa de hielo sino que ya tenía huecos.

Había momentos, que tenía ideas extrañas, unas fuertes inseguridades lo gobernaba, después de hacer el amor o cuando se despertaba y lo veía cepillarse los dientes.

El hecho que él se mirara al espejo por largo tiempo le invitaba a que su mente empezara trabajar. Sabía que su amor no iba a ser fácil, que justo ahora era donde toda su paciencia de todos estos años iban a cobrar frutos.

Pero el corazón es ambicioso con las personas que amamos, y no podía dejar de pensar en ello...

- Amor... ¿Extrañas... a Aioros?

Twilight Omens (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora