Capítulo 8

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-Creí que no lo conocías?- Dijo Arturo un poco confundido.

-No, ósea esque la otra ves que pasaba por su despacho lo escuche platicar y a lo que estoy enterada es que viene del mismo pueblo que yo, pero se me hace extraño que nunca lo haya visto por ahí- Tartamudié.

-Mmm, que raro a lo mejor era muy antisocial- Bromió mientras le seguí el juego.

- Debe de ser eso- Solte una carcajada.

- Bueno arturo esta noche estuvo increhíble gracias por la maravillosa cena ya debo de regresar.

-Te llevo a casa- Dijo caminando delante de mi.

-Arturo, no hace falta de verdad pedire un Taxi, muchas gracias deberías de volver a tu casa mañana debes de madrugar.- Sonreí mientras me alejaba.

Arturo intentando convencerme de que regresara junto a su compañía termine convenciendolo yo de que volviera a su casa.

Tome un Taxi y en medio del camino recordaba todo lo que había sucedido en el transcurso del día. Que día mas largo y agotador.
Recorde el momento con mike cuando su mirada me examinaba por completo y sin darme cuenta acabó ocacionando una pequeña sonrisa en mi rostro ese recuerdo. Después recorde que estaba comprometido con la tal Katherine y mis ojos comenzaron a llenarse de lagrímas, los recuerdos de mi vestido de novia, de todo lo que tenía para mi Boda aparecieron frente a mi ocacionando que me doliera fuertemente el pecho.

El chofer me observó por el retrovisor.

-Señorita disculpe mi atrevimiento pero no pude evitar verla llorar ¿Se encuentra bien?- Pregunto con delicadeza.

--Asentí. Era todo lo que podia hacer, si me atrevía hablar terminaría en un completo llanto. Talves era eso lo que necesitaba, a lo mejor necesitaba desahogarme tanto de todo este dolor que consumía mi corazón. Pero en todo este tiempo me había aferrado a la idea de no sufrir por alguien que no me quisiera, de no regalarle ni una de mis lágrimas, pero cuan díficil era cuando eres tú la que se ha entregado por completo, cuando tu amaste sin pedir nada a cambio, cuando le entregaste la mejor versión de ti a esa persona, cuan díficil lo era.

El chofer volteandose y respetando mi espacio permanecio en silencio hasta dejarme en mi destino.

Termine de pagar el Taxi, corrí hacía el porton inmenso de la mansión.

-Señorita Olson bienvenida- Me recibió el Guardia de seguridad abriendo el portón.

-Gracias don Victor- Corrí por todo el jardín hasta llegar a la puerta principal, sentía un nudo en mi garganta, las lágrimas caían por mis mejillas, sollozos salían de mis labios, cuanto dolor era aquel que soportaba.

Mientras respiraba profundo Margareth la encargada de limpiar la casa abrio la puerta,corrí antes de que me dijiera algo, subí rapidamente los escalones para llegar a mi habitación, llegando y entrando en ella cerre rápidamente la puerta con llave y me arroje sobre mi cama dejando salir todo aquello que no había logrado sacar a lo mejor no de hace un rato si no de hace años.

Lloraba inconteniblemente mojando la funda de mi almohada, cada vez el dolor en el pecho era mas intenso, mi resporación se acortaba los sollozos salían fuertemente de mi boca.

Mike se iba a casar y hasta ahora lo pensaba detalladamente, lo que ocacionó una gran duda en mi. ¿Acaso yo no habia sido suficiente para él? Si el no fue capaz de amarme ¿Porque me enamoró tanto como lo hizo? Se ha encargado de destruir mi vida, lo odiaba tanto pero a la vez lo amaba y quería tenerlo junto a mi.
Como era posible que aún quisiera estar con él?

Él no te amaba Alana, eran las únicas palabras que podía repetirme en mi mente.

No te amaba y tenías que olvidarte ya de todo eso.

Al final siempre te eligiría a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora