Prólogo.

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La brisa de invierno chocando contra mi rostro, qué fresca se siente... Es como si hubiesen pasado años desde que no experimentaba una sensación así, tan tranquila y relajante. Volteo a mis alrededores y lo único que puedo ver son frondosos y grandes árboles que impiden ver qué hay más allá de ellos, así como también pequeños animales inofensivos corriendo de un lado a otro; Ray dice que, posiblemente, algún día tenga el permiso para verlos más de cerca. Justo ahora, solamente obtuve el permiso para observar el anochecer desde el balcón de mi habitación, sin poder aspirar a algo más.

El edificio Magenta es el único lugar que conozco, o al menos...el único del que tengo algún recuerdo. La Salvadora suele decir que el mundo fuera de aquí está podrido y que no hay necesidad para mí de conocerlo, que sólo me lastimarían y me volverían igual de insensible que ellos. Todos aquí confían ciegamente en las palabras de la Salvadora, así que debo hacerlo yo también, aunque muchas veces no esté de acuerdo.

La mayoría del tiempo me siento como una pequeña marioneta a la que controlan a su voluntad, siempre a las órdenes de que lo que diga y desee la Salvadora, pero... ¿Por qué? El simple hecho de dudar aquí es considerado un pecado; sin embargo, para mí es inevitable preguntarme el por qué de las cosas. Ray siempre dice que debo estar agradecida por la vida que me ofrecen en Magenta, y que mi mejor manera de pagar es haciendo el trabajo que normalmente realizo en este sitio: desarrollar mejores y más eficaces medicinas para los creyentes que, en su mayoría, están enfermos y necesitan de mis conocimientos para ser... "felices". De alguna manera, no me siento satisfecha ni contenta con lo que hago, pero todos tratan de convencerme de que es lo correcto y que debo de seguir ayudando a los creyentes necesitados que no pueden obtener la felicidad por sus propios medios. El escuchar sus gritos de agonía y dolor que pronto se ven cesados al ingerir los medicamentos desarrollados por mí, también me hace creer que estoy haciendo lo correcto, aunque no lo pueda sentir del todo de esa manera.

Lo único que deseo justo ahora es saber con certeza lo que era mi vida antes de estar en este sitio. No soy capaz de recordar absolutamente nada y la Salvadora se niega rotundamente a hablar sobre ese tema. 

Sólo es cuestión de tiempo, o eso es lo que quiero creer...

The Compass [Jihyun Kim | Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora