Capítulo VII

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» Ya no me cabe la menor duda de que todo esto es obra de Rika. Y, si es obra de Rika, eso sólo significa una cosa: que Sunhee se encuentra en Magenta. No importa si se trata de la persona que tanto anhelo o no, lo único que me queda claro es que esa pobre chica está siendo manipulada y no puedo permitirlo; no debo permitir que personas inocentes se sigan viendo involucradas en esta situación tan catastrófica de la que no hay culpable más que yo. Es mi responsabilidad salvarla y terminar con esto de una buena vez, sin más víctimas, sin más daños colaterales... sin ningún otro sacrificio además del mío.

No puedo permitirme perder más tiempo.

Iré por ti, Sun.

Jihyun había terminado de guardar todo lo necesario en su coche, incluida una especie de túnica negra con capucha que ya había utilizado en ocasiones anteriores para ocultar su identidad e infiltrarse en Magenta. Estaba a punto de encender el motor y emprender el viaje, pero la vibración de su teléfono le interrumpió; se trataba de una llamada de Jumin. En un principio dudó en responder, pues quería marcharse lo más pronto posible, pero terminó por atender la llamada de su amigo.

—Hola, Jumin —respondió.

—Hola, V. ¿Estás ocupado?

—Algo así... —murmuró, dirigiendo la vista a su reloj de muñeca—. ¿Ocurre algo?

—Quería hablar sobre Sunhee.

—Hmm... ¿qué hay sobre ella? Has dejado muy claro que no te agrada, Jumin. No te ofendas, pero no deseo volver a escucharlo.

—No se trata de eso —hubo un corto silencio—. Lo he estado pensando mucho, en realidad...

—¿Y...?

—Quizás te he entendido desde el principio —declaró—. Hay algo en esa chica que me recuerda mucho a nuestra amiga, pero simplemente me niego a aceptarlo sin tener una prueba contundente. No quiero hacerme falsas ilusiones, V.

—Entonces, ¿tus sospechas las ocultas detrás de esa máscara de agresividad?

—Supongo que es una forma de ver las cosas —soltó un suspiro—. ¿No lo entiendes? Me resulta terriblemente abrumador que el hablar con una completa desconocida se sienta tan familiar. Esa emoción sólo la he experimentado contigo, con Rika y con Sunhee... los únicos amigos que he tenido en mi vida. Sin embargo, un día aparece esta chica con el mismo nombre y logra causar la misma sensación de calidez... ¿cómo? Si ella está...

—Jumin —le interrumpió el peliazul—. ¿Me permites hacerte una pregunta?

—Adelante.

—¿Cómo pudiste, simplemente, asumir la muerte de Sunhee? —cuestionó—. Nunca se encontró su cuerpo y no se llevó a cabo una investigación apropiada. Ella fue tu mejor amiga y, aun así, jamás te vi sufrir por haberla perdido.

—Me he lamentado, V, a pesar de que creo que no tiene caso desperdiciar mi valioso tiempo en emociones que no generarán ningún beneficio —dijo y, después de un breve silencio para analizar las palabras de V, volvió a hablar—. No tiene sentido...

—¿Qué es lo que no tiene sentido?

—El cuerpo de Rika tampoco fue encontrado, pero tú diste por hecho su muerte sin siquiera ponerlo en duda. Ahora, ¿por qué no hacer lo mismo con Sunhee si la situación es prácticamente la misma? Y, peor, ¿por qué me culpas por asumir la muerte de Sunhee cuando tú asumiste la muerte de Rika igual de fácil? En ambos casos existen cabos sueltos, es verdad. Sin embargo, ahora que lo pienso... tu actitud con respecto a una situación y otra es sumamente extraña, por decir lo menos.

The Compass [Jihyun Kim | Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora