Capítulo XXIII

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Tras la confesión de Jumin, las cosas se volvieron un tanto extrañas para mí, aunque él actuaba como si nada hubiera ocurrido. Desayunábamos juntos, se iba a trabajar todo el día mientras yo me quedaba en el pent-house leyendo algún libro en compañía de Elizabeth III y, al anochecer, Jumin llegaba para cenar juntos y charlar un rato antes de ir a dormir. Durante las últimas semanas, se le había hecho una costumbre llegar con costosos regalos cada viernes; entre vestidos, joyas, zapatos y diversos artículos, mi armario, tocador y habitación en general estaba a reventar con sus regalos. Por más que le insistía que no era necesario, que no quería que siguiera despilfarrando su dinero de esa forma en mí, Jumin lo ignoraba y continuaba consintiéndome a más no poder.

No está tratando de comprarme, ¿o sí...?

El invierno ya había llegado y se evidenciaba con la espesa capa de nieve que empezaba a cubrir las calles de la ciudad. Un árbol blanco de tamaño medio, bien adornado con esferas y luces de todos los colores se posaba en una esquina de la sala de estar. Los grandes ventanales, completamente empañados, apenas dejaban ver pequeñas luces tintineantes provenientes del exterior.

Jihyun... cómo me encantaría compartir estas fechas contigo. A ti te encantaba la navidad, el clima, jugar en la nieve...

¿Podré verte pronto?

Observé el reloj en la pared. Eran apenas las siete y Jumin no llegaría hasta dentro de una hora y media o dos. Estaba harta de pasar la mayor parte el tiempo en el pent-house, así que en compañía del Sr. Kim y un par de guardaespaldas, decidí ir a la iglesia a la que solíamos ir Jumin, Jihyun y yo cuando éramos niños.

El lugar donde nos conocimos.

Al bajar del auto y observar el ya conocido paisaje, un mar de emociones inundó cada parte de mi cuerpo. La iglesia seguía exactamente igual a como la recordaba, incluso las decoraciones y el pequeño jardín lateral en el que solía jugar con esos dos. A cada paso que daba para acercarme más a la iglesia, mis botas largas y oscuras se hundían ligeramente en la nieve.

—¡Sun! ¡Armemos un muñeco de nieve aquí!

Un recuerdo llegó a mi mente y pude visualizar a un pequeño Jihyun corriendo de un lado a otro, animándome a hacer un muñeco de nieve junto a él.

—¡Sun, mira! ¡Tengo un regalo de navidad para ti!

Nuevamente, pude ver a un pequeño Jihyun entregándole a una pequeña yo una bolsa de color rosa. El regalo fue un adorable ciervo de peluche con una bufanda roja amarrada en el cuello.

—Gracias por estar a mi lado. Es la primera navidad en la que mi madre no estará presente, pero... me hace feliz tenerte conmigo.

Un Jihyun adolescente reflejaba en su mirada la tristeza y culpa en su máxima expresión. La muerte de su madre había ocurrido hacía ya algunos meses y él seguía tan dolido como el primer día. Aún así... sabía que estaba genuinamente feliz con mi compañía. Y yo también lo estaba.

Mi padre estará en un viaje de negocios durante estos días, ¿estás segura de que no hay problema si ceno contigo y tu familia? No me gustaría causar inconvenientes en fechas familiares...

Al año siguiente, Jihyun no pasaría la navidad con ninguno de sus padres. Recuerdo a la perfección lo que le respondí en ese entonces: "Tú también eres parte de la familia".

La nostalgia me invadió y sentí cómo mi visión comenzaba a tornarse borrosa. Llevé ambas manos a mi pecho y enseguida sentí una cálida lágrima recorriendo mi mejilla, la cual intenté enjuagar de inmediato. Ya no lo soportaba más, ya no podía seguir soportando su ausencia.

The Compass [Jihyun Kim | Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora