Capítulo IV

1K 129 43
                                    

La cuarta botella de vino iba por la mitad y en el reloj de pared no marcaban más de las cinco de la tarde. Llevaba un par de días sin mantener comunicación con la RFA, en esta ocasión no por estar ocupado con el asunto de Mint Eye, sino porque necesitaba tiempo para sí mismo y para asimilar —nuevamente— todo lo que había ocurrido en los últimos meses.

Como pudo, el cansado joven peliazul se levantó del sofá, tambaleándose. El efecto del alcohol sumado a su deficiencia visual provocó que Jihyun cayera casi al instante y por poco golpea su cabeza con el filo de la mesa de centro. Completamente derrotado, lágrimas comenzaron a brotar de sus ya irritados ojos turquesa y los sollozos pronto inundaron la casa.

—Rika no está más conmigo... —murmuró—. Y Sun...

Con esfuerzo sobrehumano, logró ponerse de pie y volvió a tumbarse en el sofá de cuero. Estiró el brazo para tomar la botella y de un trago terminó lo que quedaba de vino.

—¿Por qué Jumin es tan indiferente? —se preguntó—. Él era tu mejor amigo, Sun... pero no se ve afectado en lo más mínimo por tu muerte...

El silencio volvió a reinar. V mantenía la vista fija en la nada mientras en su cabeza pasaban un sinfín de recuerdos y pensamientos.

—Y en cuanto a tu "muerte" ... ¡yo simplemente me niego a creerlo! —exclamó—. Rika sabía muy poco de ti, pero me aterra pensar que te haya arrastrado a su locura con tal de hacerme sufrir. Y lo más triste de todo, Sun, es que no sé qué es peor... —tomó una gran bocanada de aire—. Si tu muerte es verdadera; o, si mi hipótesis es cierta y Rika te ha estado utilizando, llegando al grado de asesinar a tus padres en ese accidente.

La vibración del teléfono interrumpió al joven peliazul. Con dificultad y los ojos entrecerrados para agudizar la vista, notó que la llamada pertenecía a Luciel. Inmediatamente respondió.

—¿H-hola? ¿Lu...ciel?

—¿V? ¿Estás bien?

—Hmm... —aclaró su garganta—. Sí.

—¿Has estado bebiendo?

—¿No?

—Ah... me preocupas, pero espero que estés lo suficientemente sobrio para recibir la información que tengo para ti.

—¿Qué información?

—Sunhee Jang. Veinticuatro años. Licenciada en Química por la prestigiosa Universidad de Oxford. Se tituló hace ocho meses y regresó a Corea hace seis. Estuvo en Corea no más de dos días... y ocurrió el accidente. ¿Es correcto?

—Correcto. Continúa.

—En el lugar del accidente se encontraron únicamente tres cuerpos, pertenecientes a sus padres y al conductor. Hasta la fecha no se encontró el de Sunhee, pero las autoridades la dieron por muerta hace dos meses y se cerró la investigación.

—Así es...

—En los archivos clasificados de la policía se notifica que se encontraron restos de grasa y aceite en la carretera y, según esta misma información, el automóvil no explotó al instante, sino que tardó por lo menos cinco minutos. Esto no fue revelado al público.

El corazón de V comenzaba a acelerarse e incluso la sobriedad se apoderaba a pasos agigantados de su cuerpo.

—¿Algo más, Luciel?

—Lo más relevante y extraño... es que se encontraron pisadas no pertenecientes a ninguno de los afectados cerca del lugar del accidente. Es evidente que el suceso fue provocado por alguien más, pero no entiendo por qué la policía no hizo nada al respecto y cerró el caso.

The Compass [Jihyun Kim | Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora