Lo que hubiésemos sido.
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La fría agua caía por mi cuerpo, me levantaba de aquella pesadilla que era más real de lo que podía vivir cada día. Sentía como escurría la gasa, como la mojaba. Había limpiado aquella profunda herida en donde mi piel estaba despellejada, marcada por el desgarre de los dientes podridos de un caminante. Había dolido pero no me aferraba a la idea de que esto estaba sucediendo, de que hoy me habían ganado a mi, de que esto me costaría más de lo que creía. Sentía las manos de Aliana recorrer mi espalda mientras que ambos éramos mojados por la regadera, sentía su piel pegarse a la mía mientras ella ma abrazaba, sin saber que este sería nuestro ultima ducha juntos, quizás nuestro último abrazo o ultimo beso antes de que empezara a sentir los síntomas. Aliana había sido atendida en la enfermería, donde fue obligada a saturar su herida nuevamente y incluso, tapar su herida de la cíen con una gasa ante una pequeña abertura. En ese transcurso donde ella estaba siendo atendida, recordé el momento en que tuve que chocar con la realidad.
Golpeaba con fuerza la pared, lastimando mis nudillos ante tener que aguantar como el alcohol limpiaba mi herida de cualquier bacteria, aún así moriría por más que la limpiara pero el procedimiento se tardaría; me regalaba unas horas más. Mordí mis labios para no gruñir, para llevarme este dolor conmigo adentro. No dejaba de sentir ese ardor que no valía la pena, moriría, y todo lo que algún día soñé se había ido en un abismo. Volví a la realidad, donde me aferraba a lo único que tenía a mi lado, cuerpo a cuerpo, era el tacto que más amaba y más cuando los dos estábamos perdiendo. No podía imaginarme el rostro de horror que Aliana pondría si le dijera, si le dijera que me perdería para siempre, luego de tanto, habíamos recuperado lo nuestro de una manera tan única que perderlo para siempre le rompería el corazón. A mi me estrujaba por completo el saber a donde podría ir cuando cierre mis ojos, me llenaba de pánico tener que imaginarlo, mi corazón aceleraba y solo ella me calmaba.
Sentía como besaba mi espalda, sentía como quería cuidarme de lo que no pude evitar, lo único que yo quería era protegerla y al saber que pude hacerlo, me llenaba el corazón. No quería imaginarme nada más de lo sucedido en la mañana, no quería aferrarme a la idea de que Nathan Johnson había cumplido lo que tanto deseo, acabar conmigo. Recosté mi cabeza de la pared, la agua se mezclaba con mis lagrimas, la debilidad que sentía en estos momentos me agobiaba. Los ojos azules de Rick Grimes llegaron a mi mente en un recuerdo donde él sostiene a Judith, donde me miraba con una gran sonrisa y me alentaba a cuidar a mi hermana, si, eran esos días en aquellos barrotes de la prisión donde vivíamos nuestros días mas unidos con personas que ya no están, ahí me daba cuenta que pronto yo me iría al abismo y los dejaría. Imaginarme el gran impacto que esto le causaría a mi papá me estrujaba, me estrujaba por completo de una manera bastante profunda, no podía explicar las emociones que estaba sintiendo porque eran desconocidas. Giré mi cuerpo, observando a Aliana, observándome, como si supiera que algo andaba mal pero solo observe su gasa y la mía estar puestas en nuestra misma parte del cuerpo.
—Estoy en el club nuevamente.—le dije, acariciando su rostro mientras veía la gasa pequeña en su cien, ella sonrió, agarrando mis manos también.
—¿Te dolió que Nathan te acuchillara?—me pregunto ella, si... era lo que le había dicho, así se supone que fuera. Asentí, asentí mintiéndole, viendo cómo ella sentía curiosidad en examinar más allá pero no podía hacerlo, la rompería en miles de pedazos.—Perdóname por no haberte ayudado, pudo haberte matado.—me dijo, mientras el agua se metió un poco en su boca, no tarde en sonreír pues se ahogo un poco.
—Eras tú o yo, y prefiero ser yo.—le dije, viendo como ella sonrió reconfortante ante eso, porque así era y así mismo fue, preferiría ser yo aunque no quisiera marcharme, aunque me costara entender que moriría.
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𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐂𝐈Ó𝐍 ─𝐂𝐀𝐑𝐋 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒❷
Fanfic𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍─── ❛ Ante la llegada de los Salvadores y el secuestro de Aliana en el santuario, Carl empezará a desarrollar aún más su liderazgo ante la toma de decisiones que llevará a cabo cuando un trágico evento le limitará del futuro con la...