una mujer misteriosa

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Aquí les traigo mas de este fic espero que lo estén disfrutando ;)

CAPITULO 2

Por un largo e interminable mes no tuvo noticias de ella. Descubrió la razón en los periódicos. Estaba en un viaje de negocios en Alemania. Se habló de los contratos de éxito que firmó allí. No había fotografía de ella en la reporte. Las fotos fueron siempre de la Compañía. Dejo el periódico a un lado pensativa. El timbre del teléfono la sobresaltó.

La secretaria apareció con un recado, le extendido un papel con una dirección anotada.

- Tiene una cena esta noche en este sitio. La mujer dijo que sabría de lo que se trataba.

Tomó la nota con nerviosismo. Se mordió los labios doblando el papel. Sentada frente a ella, Sonja dijo sonriendo.

- Las máquinas están funcionando muy bien. Lo que el dinero hace ¿No?
- Tienes razón -dijo en tono indiferente.

No le estaba haciendo mucha gracia aquello. Había un precio. Tendría que salir muchas veces para pagar por todo. El hecho de que ella fuese una mujer no ayudaba mucho. Cada vez que iba a la cama había una implicación. En este caso era completamente diferente. ¿Como se excitaría? Ni conocía a la mujer. Nunca vio su cara. Debe ser fea a matar. Seguro que era horrible para vivir escondida en las sombras. ¿Valdría todo ese sacrificio? ¿Y si fuera violenta, como la madre había pensado? Prefería no imaginar nada. ¿Para que adivinar lo desconocido?

A la noche se dirigió a su casa sólo para tomar un baño. La madre le mostró la mesa con la cena servida preguntando curiosa.

- ¿No vas a cenar?
- No. No tengo hambre.
- ¿Vas a ver a esa mujer? -pregunto en tono bajo.
- Voy a conocerla hoy. Todo irá bien -se rió y la besó en la mejilla- No me esperen de acuerdo. Buenas noches.
-¿Hija?

Ella estaba frente a la puerta cuando la madre salió corriendo.

- Si te resulta muy difícil abandónalo. No sé si vale la pena.
- No hay vuelta atrás. Olvídalo. Duerme bien.

Una cosa que nunca cambió fue su palabra. Se centro en eso evitando pensar, detuvo el auto frente a un portal inmenso. Dos hombres se acercaron a ella mirándola sin la menor simpatía. Uno de ellos acerco una linterna a su rostro preguntando en tono frío.

- ¿Cuál es su nombre?
- Yulia Volkova -respondió con cierta molestia por la luz en su rostro.
- Puede pasar -dijo saludando al otro que abrió la puerta.

La casa que veía mientras conducía por el borde de una especie de lago, daba miedo. Detuvo el auto de golpe y miró a su alrededor. No había nadie. Todo era desierto. Dio unos pasos hacia la casa y se detuvo abruptamente. Casi muere del susto cuando vio a dos enormes bestias dirigirse en su dirección. Recordó que de los perros no se corre. Se detuvo conteniendo la respiración. Oyó un silbido y las dos bestias simplemente se sentaron a sus pies. Aprovechó la oportunidad para mirar a su alrededor en busca de ayuda. La voz de un hombre sonó en alguna parte que no pudo distinguir.

- Vaya a la casa y entre, la puerta está abierta -le indico.

El corazón le latía salvajemente en el pecho. Fue a la casa. Entró y cerró la puerta rápidamente. Miro a su alrededor suspirando. La única luz venia desde el pasillo. Ciertamente debería ir allí. Pasó rápidamente llegando a una habitación que imaginaba era una sala. Observo en el suelo pequeños puntos de luz que iluminaban el suelo. Alguien con sentido común debió haberlo pensado. De otra manera era probable que tropezara y se rompiera la cabeza. Suspiró, mirando alrededor con ansiedad. ¿Dónde estaba aquella loca después de todo?

- Estoy aquí. Sube -oyó de pronto.

Levantó su cabeza viendo varios puntos de luz en la enorme escalera. Subió mientras veía a su alrededor tratando de distinguir algo. Se percato que era imposible, prefirió centrarse su camino por temor a una caída. En la parte superior de la escalera, vio una puerta abierta y los puntos de luz la condujeron hasta esa habitación. Estaba más tensa que cuando llegó. Ingreso viendo alrededor. Percibió, la oscuridad y el silencio. Ingreso tratando de escuchar algo. Era curioso aquel silencio. Nunca pensó que existiera una persona tan silenciosa. Sabía que estaba allí. Podía sentirla y hasta eso le resulto extraño.

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