una mujer misteriosa

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Continuacion

Cuando llegó a la casa su madre la estaba esperando. No negó que estaba evitando tener esa conversación. Sabía que ella tenía curiosidad. Todos sentían curiosidad por Elena. Se detuvo viendo su rostro serio.

- ¿Mama? ¿Sigues despierta?
- ¿No crees que debemos tener una conversación?
- Preferiría no hacerlo -dijo cerrando la puerta- Estoy muerta de cansancio.
- ¿No me dirás cómo es?
- No es diferente. Es sólo una mujer.
- Pero y ¿las cosas que dicen de ella? ¿Tiene cicatrices?
- Son tonterías... -Yulia respondió riendo.
- ¿Estás segura?
- Es sólo una mujer común y corriente. ¡Buenas noches!
- Pero...

Huyó porque no quería hablar de ello. ¿Qué podía decir? ¿Que no la había visto? ¿Que estaban en la oscuridad? ¿Cómo explicar que estaba participando en algo tan irreal? Su madre no lo entendería. Nadie entendería. Estaba viviendo una locura sin explicación.

Se arrojó en su cama pensando en los momentos que pasa con ella. No podía negar que estaba siendo delicioso el sexo con ella. Su cuerpo debía ser hermoso. No lo veía pero lo sentía. Le divertía conocer un cuerpo sólo por el tacto, su piel era deliciosamente suave. ¿Por qué no le había dado un beso? Estaba extrañando los besos. ¿Que sabor tendrían sus labios? Suspiró, girándose en la cama. ¿Por qué estaba pensando de esa manera en ella? No podía relacionarse. Debía ser solo sexual. ¿Será que le exigiría que le fuera fiel?

Al día siguiente bajo más animada para el desayuno. Se sentó percibiendo algo extraño en su hermano. Ella lo miró confundida. El bajó la cabeza para comer tostadas.

- ¿Qué Ocurre? ¿Por qué estas con esa cara? -Yulia preguntó con suspicacia.
- Choque con el automóvil ayer.
- ¿Estás herido? ¿Cómo sucedió?
- Yo estaba haciendo una prueba. Sabes como es. Tome mal una curva -dijo riendo.

Yulia se volteo con una taza de café mientras lo miraba fijamente hablar.

- Dale gracias a Dios por estar vivo.
- Esto sucede todo el tiempo. Todos mis amigos ya se han estrellado.
- ¿Y qué? ¿Qué quieres?
- El vehículo se arruinó. Perdida total. Mamá tuvo que hablar contigo.

La madre entro en ese momento. Los besó a los dos se sentó y se sirvió una taza de café.

- ¿Quieres un automóvil nuevo? -Yulia preguntó sorprendida.
- ¿Por qué no? Los vehículos se arruinan ¿Cual es? -el hermano preguntó en un tono arrogante.
- ¡¿Para destruirlo también?! -estallo nerviosa- ¿Qué estas pensando de la vida? Si realmente crees que tienes la edad suficiente para conducir, entonces deberías comenzar a trabajar.
- Tú no eres mi padre -contesto furioso.
- No lo soy ciertamente, sino yo no te hubiera dado un automóvil como el que él te dio. Tu padre está casi muerto en un hospital. Las cosas han cambiado mucho. Estábamos a punto de perder todo lo que teníamos. ¿Tienes idea de lo mucho que debemos? -Yulia le preguntó con incredulidad ante su la reacción violenta.
- ¿Qué? ¿Mamá? ¿Tendré que permitir que esta me mande ahora?

La madre lo miró colocando la taza en el platillo, con paciencia.

- Tu hermana tiene razón. Las cosas han cambiado. Tienes que entender que...
- El cambio de nada. ¡No voy a andar caminando si...
- ¡Cállate! -la madre le ordenó con enojo golpeando la mesa- ¡Deja que tu hermana tome el desayuno en paz, es la única que se mata trabajando en esta casa! ¿Por qué no buscas ayuda para repararlo?
- Pero...
- ¡Déjame sola con tu hermana! -pidió observando a Yulia con cara de preocupación.

Estaba girando la taza en el aire con la mirada perdida. Tampoco vio a su hermano saliendo con el ceño fruncido. Se dio cuenta de que su hija no estaba bien.

- Esto se está llevando tu tranquilidad, ¿no es así Yulia?

Lo que se llevaba su tranquilidad no era la situación, era Elena. Sonrió sacudiendo la cabeza negativamente.

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