una mujer misteriosa

530 26 1
                                    

Sentadas, se quedaron observando a Gina servir la mesa. Cuando se fue, Yulia probó un suculento camarón que le hizo agua en la boca.

- ¿Esto te gusta?

Yulia levantó los ojos brillantes mirándola con una sonrisa.

- ¡Por supuesto! Me encanta el camarón.
- A mi también.

Volvió a comer tratando de ignorarla. Siempre estaba tratando de hacerlo. Hacia eso porque sufría durante todo el día soñando volver a sus brazos. Temía parecer demasiado evidente. No quería que Elena supiera de la intensidad de su deseo.

- Tía Aleksandra tiene aún un gran amor. Fue a encontrarse con ella ahora.
- ¿Ella?
- Sí, ella también es lesbiana. ¿No te diste cuenta?
- No, yo soy lesbiana desde que tengo memoria, pero no soy una experta en percibir quién es y quién no es lesbiana. Hasta que se demuestre lo contrario, todo el mundo es para mí a primera vista heterosexual, salvo aquellos chicos muy amanerados y los travestis. Porque estos son demasiados obvios.
- Es un pensamiento seguro -Elena admitió tomando un camarón, mientras la veía.
- No es mi naturaleza juzgar a la gente con tanta rapidez.

Sosteniendo camarón por la cola, Elena lo sumergido en la salsa de curry en frente suyo. Lo llevó la boca en un movimiento tan sensual que Yulia desvió los ojos soltando un suspiro.

- ¿Hay algún problema? -Elena preguntó viéndola con curiosidad.
- Oh. Nada -dijo sin poder mirarla.
- Me encanta nuestra intimidad. Estamos aquí cenando y no puedo esperar a la hora de estar entre tus piernas, haciéndote gozar intensamente.

Esta vez Yulia la miraba paralizada. Sintió que su sexo se inundaba. Tragó en seco depositando el tenedor sobre la mesa. Tomó la servilleta sobre su regazo comentando aparentemente controlada.

- Sé que dices ciertas cosas para molestarme.
- No exactamente.
- Podríamos cenar simplemente ¿O que piensas?
- Eres muy pudorosa -dijo elena tomando otro camarón y sumergiendo en la salsa. Se lo llevó a la boca succionándolo con los ojos fijos en ella, Yulia gimió sin contenerse- ¿no te puedes imaginar lo que estoy pensando?
- Por supuesto que no.
- Pues yo te lo digo -sonrió descendiendo los ojos por sus piernas lentamente- imagino mi lengua descendiendo por tu cuerpo hasta llegar a tu vagina. Primero recorro suavemente su carne blanda, después bebo cada gotita preciosa como si estuviera en un desierto, entonces comienzo a juguetear donde más te gusta hasta sentirte explotando enloquecida.
- Yo…

No consiguió terminar de hablar. Elena alejó la silla aproximándose rápidamente a ella. La volcó en la silla levantando su vestido y separando sus piernas. Yulia bajo las manos tomando el rostro de Elena asustada.

- No, por favor... Gina puede parecer e...
- Ella sólo aparecerá si la llamo.

Tenía los ojos brillantes del gran deseo que sentía. Sus manos comenzaron a acariciar los muslos firmes de Yulia. Con delicadeza le quitó la tanga deslizándola lentamente por sus piernas. Acerco el cuerpo de Yulia hacia el borde de la silla y hundió la boca en su centro empapado. Pasó la lengua sobre el sexo por un tiempo. Entonces levanto sus ojos buscando la cara de Yulia que no pudo ocultar su satisfacción.

- Sabía que estabas así, anhelándome, tenemos que comenzar a vencer estos tabúes. Vamos a hacer todo que deseamos sin miedos o vergüenza. Te ayudare a liberarte más.

Volvió a recorrer su sexo con la lengua lentamente. Dejaba la lengua ir y venir varías veces. Paró comenzando a succionarla enloqueciéndola. El cuerpo de Yulia estaba hacia atrás. Las piernas completamente abiertas cuando la lengua comenzó a jugar en su clítoris cada vez más rápido. Supo cuando el orgasmo llegó que nunca había gozado tan intensamente como en aquel momento. Vio a Elena arrodillada frente a ella con una sonrisa de triunfo. Sostuvo el rostro de Yulia preguntando con voz arrastrada.

una mujer misteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora