una mujer misteriosa

577 26 0
                                    

Buenas buenas mis queridas lectoras aquí les traigo el penúltimo capitulo de este fic asi que disfrútenlo ;)

CAPITULO 5

Elena y Aleksandra se reunieron en el hospital a la mañana siguiente. Elena entró en silencio del brazo de su tía. Se sentaron en la sala de espera del oftalmólogo con quien Aleksandra tenía una cita. Ella suspiró comentando.

- Odio los hospitales.
- Lo sé -Elena sonrió dulce.
- Tú no pareces bien. ¿Qué ocurrió?
- Nada.
- ¿Discutiste con Yulia?
- No es nada -suspiró cruzando las piernas- ya sabes lo difícil que soy.
- Sí, lo sé pero estas enamorándote. Todo debe ser diferente.
- Estoy loca por ella, cuando esto comenzó pensé que podía tener algo de diversión. Todo sucedió tan diferente, no tengo más control de mis sentimientos.
- Díselo y dejar de sufrir.
- ¿Decirle? ¿Estás loca? No puedo.
- No compliques tu vida.
- Ella no va a creer que me gusta, tía.
- Tal vez tengas razón. Tú fuiste demasiado cruel obligándola a ser tu amante, qué vergüenza -dijo negando con su la cabeza.
- Sé que estaba equivocada, no necesitas decirme, suficiente me tortura mi conciencia.
- Sólo espero que no haya sido a la fuerza -comento Aleksandra en voz baja.
- Por supuesto que no fue por la fuerza ¿Quién crees que soy? La amo demasiado.
- La amas tanto que ya no piensas con claridad, no se debe humillar una mujer. Nunca entendiste nada de mujeres. Una mujer necesita ser conquistada lentamente, día tras día. Flores, perfumes, joyas, halagos, caricias. Hemos hablado tantas veces, al parecer no aprendiste nada de lo que te enseñaba.
- Estaba loca por ella. Desde la primera vez que la vi que no pensaba en otra cosa, la necesitaba. Cuando la tuve delante de mí implorando no me contuve.
- Diste el golpe -rió con desanimo- tienes que comenzar a ser más humilde con ella. Necesitas hacer correctamente las cosas para no destruir lo que aún resta.
- A ella le gusta follar conmigo. Lo sé...
- Elena, por el amor de Dios. A todo el mundo le gusta el sexo, es joven y saludable, es normal que aprecie el sexo. No seas tan arrogante, una mujer necesita ser amada y no usada. Despierta. Se digna de sus sentimientos, deja de esconder tu amor y permítele que conozca la verdadera Elena, hazlo rápido antes de que desaparezca, asegúrate de que a ella le gusta hacer el amor contigo. Se integra -le aconsejo.
- Tienes razón. Yo sé que tengo que actuar de manera diferente con ella.
- Exactamente. Deja de tratarla como tu amante, tratarla como si fuera tu amor, tienes que descubrirla. Haz que quiera volver en caso de que parta algún día.

La puerta se abrió en ese momento. El médico apareció con una gran sonrisa.

- Ahora bien. Aleksandra, qué gusto verla. Por favor, pase.
- ¿Elena entraras conmigo?
- No. Voy a fumar te esperare en el patio.
- Está bien.

Su tía fue al encuentro del médico. Elena suspiró sintiéndose horrible. Tomó el ascensor hasta el patio del hospital. Fue allí para respirar el aire fresco. Dio algunos pasos deteniéndose al oír los sollozos de una mujer. Regresó mirando hacia el banco enfrente suyo. La mujer revolvía en su cartera en busca de algo, estaba muy nerviosa. Sintió pena por ella al aproximarse. La mujer levantó la cabeza encontrando los ojos de Elena. Esta la reconoció al instante. Debía haberlo imaginado, después de todo, estaba en el hospital donde fue hospitalizado el padre de Yulia. Larissa Volkova ahora parecía angustiada.

- ¿Necesita ayuda? ¿Puedo hacer algo por usted?
- ¿Tiene un cigarrillo para darme? -Larissa preguntó en su llanto ahogado.
- Por supuesto -sonrió cogiendo el cigarrillo entregándoselo. Tomo el encendedor y lo encendió. Notó como las manos de ella temblaban- ¿Quiere un poco de agua? Tal vez la ayude a calmarse, no parece sentirse bien.
- No lo estoy -Larissa habló tragando profundamente- Usted ciertamente no tiene un marido en coma. Ni una hija en las manos de una mujer loca que la obliga a ser su amante.

Después de la explosión parecía lamentarlo. Bajó la mirada huyendo de los ojos de Elena.

- Yo no debía haber dicho nada de eso -Habló con tristeza.

una mujer misteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora