una mujer misteriosa

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Espero les guste

CAPITULO 4

Apoyada en la ventana, Yulia fumaba mirando al vacío. Hace seis meses, vivía con Elena Katina. Pensando en aquellos días vividos junto a ella casi no podía creerlo. Siempre iban a cenar a un restaurante diferente. A Elena le gustaba los refinados restaurantes, también fueron algunas veces al teatro, al cine. Una sonrisa apareció en sus labios. Asistían a la película como dos amigas. Aquella relación que comenzó de una forma tan horrible. La que creyó que no podría soportarlo, sin embargo, vivió los mejores meses de su vida.

Elena era profundamente atractiva. Siempre estaba con una hermosa sonrisa cuando se encontraban. Tenían sexo todos los días normalmente. Si existía aquello de que una pareja cae en la rutina, con ellas no ocurrió. Elena era la mujer más excitante y sexual que conocía.

Por supuesto, a veces trató de mantenerse fría en sus brazos. Por lo general, cuando peleaban acostumbraba a hacer esto. Era para castigarla, pero no tuvo éxito. Cuando sus cuerpos se unían en la cama perdía el juicio, su cuerpo estaba en llamas. No era consciente de nada más. Pasaba sus días en una loca ansiedad de volver a sus brazos. Elena había entrado en su ser, de una forma que ya no podía soportarlo.

Larissa Volkova se acercó a Yulia tocando su hombro suavemente.

- ¿Hija? ¿Qué tienes? Ahora vives en el aire lejos, apenas escuchas lo que te digo.

Yulia se volteo regalándole una hermosa sonrisa.

- No tengo nada. Debo irme -habló yendo a la silla para tomar el bolso- Ya es tarde ¿no?

Sus ojos buscaron el reloj de pared en un impulso. Besó a su madre y salio corriendo a la calle. Cuando llegó a la casa caminaba en la oscuridad hasta llegar a la sala de estar. Hasta a la oscuridad se había acostumbrado. Eso no le molesta. En la sala iluminada por velas se detuvo viendo a Elena de pie con una copa en la mano, sus ojos viajaron por su cuerpo por unos segundos. Bebió el resto de la bebida colocando la copa a un lado. Se acercó poco a poco tocando su falda corta. Sus ojos se encontraron mientras susurraba con voz ronca.

- No es el atuendo apropiado para una mujer de negocios -Yulia estaba hipnotizada viéndola- ¿Qué tienes que decir al respecto? -Elena preguntó mientras sus manos levantaron la falda ansiosa.
- Yo... -Yulia trató de hablar pero no tenía voz.
- No me digas.

Yulia no pudo contestar nada, antes de que lo hiciera, Elena dejó caer su ropa interior y separo sus piernas. Llevo su boca a su sexo arrancando un ronco gemido de los labios de Yulia. Esta inconscientemente entreabrió más las piernas. Elena se había perdido allí deleitándose sin disimular su deseo. La lengua vagó por su sexo durante mucho tiempo, hasta que Yulia gozo y sostuvo su cabeza, estremecida.

- Por favor -Yulia pidió bajo.

Elena se levanto confesando emocionada.

- No puedo pensar en otra cosa más que estar en ti.

Yulia suspiró yendo hasta el bar. Se sirvió un trago de whisky, lo bebió sin poder mirarla nuevamente.

-¿Aún tienes vergüenza de mí? -Le preguntó Elena confundida.

Yulia encendió un cigarrillo fumando ansiosa.

- Dime lo que quiero saber.
- ¿Qué quieres saber? -preguntó Yulia en voz baja.
- Si te gusta cuando hago como lo que hice ahora.
- Por favor, ¿otra vez? Tú sabes que yo no hablo de esas cosas. Tampoco estamos en la cama,en la habitación estamos en el centro de la sala.
- Genial. Estamos en medio de la sala y no podemos hablar de las cosas que hacemos, ¿Crees que las paredes van a contárselo a alguien?
- ¿Sabes qué? Una cosa para mí es cuando estamos en la cama, pero ¿aquí de pie? ¿No puedes esperar hasta que estemos en privado? ¿Necesitas tenerme así solo para demostrarme el poder que tienes sobre mí? -Yulia explotó desolada.

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