Parte 7

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Sigo esperando... ha pasado media hora.
En fin, la puntualidad jamás fue lo tuyo, Kanade.

Supongo puedo contarte una última historia que jamás escucharás... o sí... quién sabe.

Sea como sea, quiero que leas sobre mis relaciones fugaces, aquellas que no te llegaron ni a los talones.

Todo fue muy extraño. 
Recuerdo que pasaron cerca de 7 meses luego de que te fuiste; en ese tiempo, todo fue intentar contactarte, hasta que un día todo se rompió. 

Ese día, hablaba con uno de mis mejores amigos, quien me dijo "ya deja de pensar en lo fracasado y sigue adelante"; fue en ese instante en el que reaccioné de ese lapsus en el que me habías metido, pero entré en otro... como yendo en espiral hacia mi ruina.

Jamás había fumado nada, menos marihuana, pero ese día, tocando con mi nueva banda... lo hice. No me importaba nada ya. No fue dañino, ni mucho menos, pero me ayudó a entrar en un estado de paz momentánea; me gustó. Luego de eso, gradualmente fui cayendo en buscar placeres, me volví bueno mintiendo y poniendo máscaras ante la gente.

Ante mis padres siempre era una sonrisa, ante mis amigos también y nadie sospechó nada jamás. Me volví satírico, problemático, me gustaba llamar la atención con tonterías. Uno de esos días, tocando mi bajo Yamaha color negro en un bar muy pequeño, pude "soltarme", pude sentir que toda la rabia salía con cada nota, con cada palabra del cover que hicimos de "In The End" de Linkin Park.

A partir de entonces, parecía que la vida cambiaba: todo se volvía bueno, "me llovían mujeres" y a pesar de seguir en un trabajo muy mal pagado, sobrevivía bien haciendo lo que me gustaba más, que era tocar. Sin embargo, algo faltaba.

Una de las primeras relaciones que se dieron, fue con una chica que conocí ese día en el bar. Para tener 21 años supuestamente, parecía una mujer mucho mayor. Era muy alta, rubia y de ojos verdes, para algunos un poco "gorda", nada mal para mí. Total, siempre me había gustado que resaltaran sus atributos. Sea como sea... ambos tomamos hasta morir.

Salimos de ahí y terminamos yendo a un motel barato en el centro de la ciudad a tener sexo igual de barato al compás de un músico callejero nocturno, popular entre los turistas. Ella al parecer lo disfrutó bastante porque me volvió a llamar. Intentamos salir un par de semanas, hasta que descubrí que era muy desesperada. Eso me estresaba. No soporté más y me fui sin dejar rastro, como tu. Su nombre era Gabriela. 

Luego de eso, vino una antigua amiga. Creo que tenía problemas mentales con su antigua pareja. No podía alejarlo, supuestamente por "empatía". Duramos una semana, luego de que él amenazara con suicidarse y me dejara de hablar por un buen rato. Odiaba que las personas no me hicieran caso en mis consejos, sabiendo que tenía razón, además... no tendría nada con alguien con ese tipo de problemas tan ilógicos, así que seguí su juego y también la ignoré. Ramona, se llamaba. Ella era de estatura baja, morena, cabello negro, ojos color avellana y con cierta afición hacia la cocina (cosa que no se le daba mal). No tenía muchos atributos, pero era lo suficiente para mí. Recuerdo que en nuestra primer salida a un bar, estuvimos cerca de tener sexo en mi auto, a media calle. Nos detuvo una llamada a su celular... adivina de quién fue.

Posteriormente, llegó una compañera de trabajo, de nombre Karina. Tez blanca, cabello pelirrojo pintado (su natural era negro), de estatura media y ojos café. Muy tierna, comprensiva. Creo que es con quien más duré. Fue casi la mitad del tiempo de lo que te ausentaste. Pasaron muchas cosas con ella: viajes, malas experiencias familiares y una enorme lección; ella fue mi primer engaño. Grave error. Quizá podría haberme curado ella, pero fallé en controlar mis deseos indecentes. Luego de eso, seguimos siendo amigos a ratos, todo regresó a un ambiente profesional.

La última, Claudia, era la más extraña de todas. Tenía problemas hormonales, se describía a sí misma como "asexual" y tenía un pasado bisexual, tenía tendencias hacia lo depresivo en niveles extremos y  bipolaridad. ¿Por qué tuve una relación con ella? 

Lo ignoro; quizá fuera el hecho de su fanatismo cultural, de lectura y videojuegos, o simplemente, estupidez ante sus voluptuosos pechos, que pude disfrutar un par de ocasiones. Fui un idiota. En esta relación, se me regresó mi error pasado y además con creces. Fui engañado por ella con otra mujer (no es que me moleste, en absoluto, pero engaños son engaños), lejos de mí, me mintió en la cara usando las redes sociales como si yo fuera invisible y habló mal de mí a mis espaldas con todos los amigos que teníamos en común, aún cuando no hice nada. Hizo una escena luego de que saliera con unas amigas y un amigo muy cercanos a compensarles porque ella había arruinado una noche por un berrinche; desde entonces me dejó de hablar a ratos, en momentos me buscaba porque quería sexo diciéndome que "me extrañaba" y otros me presumía sus nuevos "novios". La borré gradualmente de mi vida, junto con todas las personas nocivas, igual que los amigos que si me conocían.

Por fuera, solo buscaba placer, pero por dentro, cada noche era un martirio. No había noche en la que no llorara, en la que no me sintiera solo, abandonado. Tenía problemas y no aprendía. La  vida no me daba nada que me quitara de la mente tu imagen, nada. 

Tu perfección... Kanade. Todo en ti era maravilloso, incluso enojada.

Eras lista, pero también eras lo suficientemente distraída para ser un poco torpe en muchas cosas, me cuidabas y yo a ti en todo momento, me motivabas a salir del vacío en el que me sentía, conocías todo de mí y te lanzabas a la acción, eras una bestia en la cama y la niña más tierna cuando salíamos, eras mi mejor amiga y mi confidente; a veces eras un poco amargada, pero al final del día eras lo que buscaba: tranquilidad, paz y amor. A pesar de todo, de cómo te fuiste, de tus problemas... nunca nadie te pudo llegar siquiera a un dedo.

Supongo lo necesitabas, y quizá yo también. A veces la distancia cura, pero el tiempo mata. Pasaron las personas y me di cuenta de que no podía olvidarte,  así que decidía seguir aferrándome a ti. No tenía mucho, no era nadie, necesitaba hacer mi vida. Me diste un empujón muy fuerte.

Pero eres injusta, pues en el momento en el que por fin me preparaba para dar ese paso fuera de la maldita espiral, volviste. Dejé todo a un lado... podría salir con dos nuevas mujeres que conocí y con quienes hay bastante química y aquí me tienes, esperando ya cerca de una hora para poder verte, averiguar la verdad y decidir qué seguirá en mi vida. Creo maduré un poco, después de todo, ha sido un largo tiempo.

Ignoro cómo diablos conseguiste mi teléfono de regreso (aunque puede ser fácil... jamás lo cambié), pero espero que tengas algo bueno que narrar. 

No sé lo que siento: odio, amor, tristeza, emoción. Todo es difícil, como tú... pero afortunadamente para ambos, me gusta lo difícil.

Bien... son las 6:02. Creo que puedo esperar otra media hora. Iré por un cigarro.

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