¿Qué te molesta?

826 98 64
                                    


Casa de Tweek.

¿Alguna vez se le ocurría llamarle para preguntarle como se encontraba?
Ni siquiera le preguntó qué tan de acuerdo estaba en ese rompimiento.

No lo estaba. Ni un poco de acuerdo.
Craig le hacía falta para absolutamente todo.
Para poder sonreír y pensar que la vida valía la pena al despertar.

Ser gay era pura presión.
Pero serlo junto a Craig valía la pena.
Serlo junto a Kenny... No le encontraba ningún maldito sentido.

Se supone que al ser gay debían gustarle varios niños, pero tal cosa no pasaba.

No podía engañarse a sí mismo. A él sólo le gustaba Craig. Craig Tucker.
Su melena negra y el color de sus ojos. Su actitud tan fría frente a los demás, tan atenta para con él.
Desde que se introdujo a su vida fue puro estrés, para luego convertirse en aquello que lo hacía sentir vivo y tranquilo.

Pero tirar a la mierda su orgullo propio era difícil.

Según Craig, sí ya no encontraba la solución a su problema de género, ya no podían estar más juntos.

Tweek, que estaba en su alcoba tratando de armar unos legos, se molestó de pronto y los aventó a cualquier parte del lugar.

¿Qué mierda pasaba con Craig? ¡Aquello eran mentiras, patrañas, pretextos!

Era complicado para alguien como él ponerse a pensar a fondo en algo así, pero debía hacerlo.

Estaba frente a su mesa, tembloroso.
¿Él era gay?

Él era gay por Craig. Sólo podía gustarle una persona en el mundo y esa era Craig.
Él podía, y debía; darle ayuda para encontrar una cura a su problema. Y aún sí no la encontraban... Quería permanecer a su lado.
Porque seguía siendo Craig y ya no se imaginaba una vida sin él.

¿Porqué estaban peleando tanto y fingiendo que todo estaba bien?
Al pequeño rubio no le gustaban esas cosas.
Tenía mucho orgullo, si. Pero también extrañaba a Tucker, y demasiado

Se estaba torturando a sí mismo, y no sabía sí también torturándola a ella.

Por su cabeza pasaron por milésima vez las imágenes de la pelea del receso en la escuela.
No hace mucho había llegado de allí, y desde entonces no pensaba en otra cosa más que en eso.

Recordaba la pelea que ellos mismos tuvieron en tercer grado.
Sonrió.
No había sido divertido, al contrario. Era un recuerdo no muy grato.
Pero al mismo tiempo, esa fue la primera vez que cruzó más de dos palabras con él.
Estúpido grupo de Marsh, convenciéndolo de cosas falsas. Eso no fue lindo ahora que lo pensaba.

Pero la pelea de Craig con Kenny volvió a cruzar su mente.
No terminó de averiguar porque fue aquello, aunque culposamente le gustaba imaginar que fue por celos.

—¡Jesucristo! ¡No debo pensar esas cosas!

Se jaló los cabellos.
Pero era imposible no pensarlo. Sí fuera cierto, había posibilidades de que Craig aun lo quisiera y solo estuviera actuando como un tonto.
Por el bien de su presionado corazón quería pensar que era eso.

Se echó en su cama y se tapó con la sábana hasta la cabeza. El pobre niño estaba hecho un lío.
Seguramente Craig no se dio cuenta, pero la vio antes de que se fuera molesta de la escuela. Y miró los moretones, el labio sangrando. No le gustó para nada, a Tweek le dolía verla así, de verdad que si. Sentía que era su culpa.

—¡Maldita sea! ¡Agh!

Maldijo allí entre sábanas, antes de sentir que sus ojos lagrimeaban. Estaba llorando ya.
¿Porqué debían sufrir problemas de gente grande a esta edad?
Demasiada presión para el pequeño cuerpo de Tweek, no le sorprendería si de pronto estallaba.

🔹¿Y sí dejamos de fingir? 🔹CREEK 🔹South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora