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—Hola, buenos días.— se dio cuenta de que lo había dicho como presentando su canal de Youtube, pero acababa de bajarse de un avión así que tenía excusa.— Soy Samantha Jones.

—De acuerdo, ¿por qué no esperas a la banda en el estudio de grabación?— dijo la secretaria señalando una de las salas.

—Tendrían que estar aquí hace dos horas y cuarenta y tres minutos.— contestó ella suponiendo que había algún error.

—No han llegado aún, su reserva termina en diez minutos.— Sam abrió los ojos de par en par, las sesiones de grabación eran muy caras.— Me parece que no vas a durar mucho.— Sam levantó una ceja, acababa de ser retada y ella nunca perdía.

—Me parece que usted no me conoce, señora.— gruñó ella y salió hacia la sala que la habían señalado.
Era impresionante, aquel equipo tan profesional.

—¿Eres la nueva niñera?— preguntó un hombre con gafas, vestido con unos vaqueros de campana y una camisa blanca.— Quiero decir, asesora.

—Sí...— le dio la mano sintiéndose algo estúpida.—¿Eres de los Guns'n'Roses?— él se echó a reír dejando a un lado la revista que leía.

—Soy el realizador, llevo esperando a esos chicos unas tres horas.— aprovechó para estirarse.

—Heeeeeeyyyyy.— al otro lado del cristal aparecieron cinco chicos muy borrachos.

El rubio más alto se abrazó al bajo, el otro rubio se sentó en la batería buscando las baquetas que estaban a plena vista, el del pelo negro tomó una guitarra y le pasó la otra al del pelo rizado que se había quedado tirado en el suelo, por último el pelirrojo se apoyó en el micrófono.

—Un, dos, tres, cua...— y con esas palabras comenzó la más grotesca grabación de minuto y medio jamás oída.
Es mejor no recordarlo.

Sam dio unos golpecitos en el cristal cuando terminó el tiempo de grabación y señaló la puerta. Salieron para encontrarse en el pasillo.

—Soy vuestra nueva asesora, Samantha Jones.— darles la mano fue particularmente asqueroso al notar que las del rubio estaban pringosas.

—Estos son Izzy, Steven, Duff y Slash. — tomó su mano con cuidado y la besó con una delicadeza que de seguro la había conseguido con la práctica.— Yo soy Axl.

—Aquí tenéis vuestra grabación.— dijo el realizador dejando el CD en manos de Axl.

—¿Me permites?— Sam le quitó la grabación demasiado rápido como para que llegara una negativa.— Esto...— tenía tantas palabras en la cabeza que no sabía cómo expresarlo mejor.— ¡Esto es una puta mierda!— gritó partiendo el CD por la mitad allí mismo.
Todos hicieron el mismo gesto de cerrar los ojos apretando la mandíbula por la resaca.

—Tú eres la de la carretera.— murmuró Duff.

Pobres, apenas la conocían y ya estaban viendo parte de su lado malo.

Asesora de Guns'n'RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora