CAPITULO 1; "Un chico extraño"

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Era una mañana de 14 de febrero. Me dirigía hacia el instituto con la misma desilusión de siempre, sobretodo ese día, el día de los enamorados, el peor día de mi vida. Solo veía a gente enamorada al rededor y yo, como siempre, era la extraña.

Entre en el instituto, me acerque a mi mejor amiga, Natalia, y nos dirigimos a la clase de música.

- ¿Supongo que habréis estudiado este fin de semana la partitura, no? -comento la profesora de música.

Sorprendentemente nadie respondió a esa preguntan tan fácil y a la vez difícil de responder. Al salir de la clase de música me dirigí al recreo, mientras Nati y yo hablábamos sobre los exámenes de esta semana. Vi a un chico, poco mayor que yo, moreno, con los ojos más brillantes que jamás había visto. No pude prestar atención a lo que mi mejor amiga me comentaba.

A la salida del instituto vi como el chico perfecto del recreo se acercaba a mi.

-¿Cómo te llamas? Soy nuevo- dijo una voz dulce y agradable

-Me llamo Emily pero me puedes llamar Emi, ¿cómo es tu nombre?

-Leo, encantado de conocerte Emi- se río, pero fue una sonrisa que casi me hizo dudar si aquello era un sueño- ¿me acompañas a mi casa?- siguió diciendo

-Claro que sí.

Durante el camino hablo sobre su antiguo instituto, me aburrí mucho porque era lo típico que le podía pasar a cualquier adolescente. Subí las escaleras de mi portal hasta el cuarto piso, entre en mi casa y mi madre como siempre, preguntándome que tal me había ido el instituto, le tuve que mentir, le dije que como siempre, aburrido y repetitivo, pero la verdad es que había sido el día más extraño de toda mi vida. Eran las 00.00 y yo todavía sin tocar ni un solo libro de la maleta.

Como siempre mi hermano, Alejandro de 6 años, me despertaba tirándose encima mía. Siempre se despertaba más pronto que yo.

Tenia ganas de llegar al instituto para ver a Leo, creo q había sentido algo parecido a lo q llamamos "atracción".

Entré por la puerta del instituto, me sentí sola, rara, extraña... A lo lejos ví a Leo, con su camisa de cuadros. Me acerqué a Leo.

- ¿Vas a clase de trigonométria?- pregunté

- Sí, vamos, que llegaremos tarde.

Le comenté historias sobre mis antiguos novios, parecía muy interesado.

Jaén, el profesor de trigonométria, nos mandó hacer un trabajo. Leo y yo decidimos hacerlo juntos.

- ¿Lo hacemos en mi casa a las 17.00?

- Perfecto - dijo él.

Llegué a mi casa muy cansada, intenté dormir pero mi hermano me lo impidió. Nos pegamos cada rato, incluso nos insultamos. Decidí cerrar la puerta de mi habitación para que no me molestará más en las 2 horas que quedaban para que se fuera a dormir. Cuando me encierro en mi habitación intento pensar en las cosas que he hecho, en lo que debería de mejorar, en cómo debería de tratar a mi madre, a mi hermano... E incluso pensar las muchas cosas que le hubiese dicho a mi padre antes de que se fuera de mi casa sin saber el por qué. Echaba de menos tantas cosas, mi abuelo, mi padre, mis antiguos amigos de Liverpool que era donde hace 5 años vivía, hasta que me mudé a Manchester a causa de mi madre.

Recibí un mensaje de Leo.

No se si podré ir al instituto mañana me han surgido problemas familiares, no t preocupes por mi. Besos.

Lei el mensaje una y otra vez, pensando en que problemas le podrían haber pasado como para que no vaya a clase.

Finalmente me quedé dormida.

El Amor Es Para TontosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora