Capítulo 3: Caleb's Birthday.

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Atlanta, Georgia

Octubre 13, 2020.

—¿Bailas?

Levanto la mirada para encontrar al mismo chico rubio de ojos verdes que me preguntó si quería bailar hace, miro el reloj de la cocina, exactamente veinte minutos. Lo sé porque no he parado de ver la hora en toda la noche.

No.—trato de sonar lo más amable posible.—Lo siento.

Termino de servirme jugo de Cranberry y doy media vuelta para ir a buscar a Sadie, sé que estoy siendo un poco ruda pero el hecho de que Caleb haya organizado una fiesta sin siquiera consultarnos, me tiene un poco de mal humor.  ¿Acaso olvida que apenas es martes y que en menos de diez horas tenemos que ir a grabar? Creo que si, y ahora que encuentro a Sadie creo que ella también lo ha hecho, sentada en el sofá hablando muy amenamente con un chico que jamás he visto parece estar muy lejos de querer ir a dormir, supongo que soy la única que no está disfrutando de la fiesta.

Tomo un trago de mi bebida mientras observo a través de la puerta que da vista al patio trasero. Opuesto a lo que está sucediendo aquí; está completamente sólo y oscuro allá afuera. Me pregunto si habrá alguien en la casa de la piscina porque ahora que lo contemplo terminar la noche allá no sería mala idea.

Apenas salgo el frío viento me hace arrepentirme de haber escogido usar falda esta noche. Apresuro el paso bordeando la piscina y casi llegando al final de esta puedo notar la prescencia de una persona más.

Vaya... Parece que alguien más está huyendo de la fiesta.

Me giro inmediatamente en la direccion de donde ha salido la voz. Finn se encuentra a un metro de distancia sentado en una de las camillas para tomar el sol.

—¿Que estás haciendo aquí afuera?— Pregunto cuando suelto el aire que retuve durante los segundos que pensé era un extraño.

Él se encoje de hombros y hace un gesto con la mano como obviando el hecho de que sostiene una guitarra. Sólo hay una cosa que puedes hacer con una guitarra Millie, bueno, si sabes hacerlo.

Hay demasiado ruido dentro.—Dice—y un monton de gente que no conozco. Es casi una invasion.

—Ya intentaste la ...

—¿Cabaña? Claro que si, no estoy aquí exactamente porque quiera. Está cerrada.

Mis esperanzas de ir a dormir plácidamente se van en esas dos últimas palabras. Él lo nota.

Tranquila.—Sonríe—no está tan mal aquí afuera.

Echo una mirada a la casa y me digo que no hay forma de que vuelva allá adentro así que camino hacia la silla que está al lado derecho de Finn y la reclinó de modo que no quede completamente acostada pero tampoco sentada.

—¿Así que, siguen sin gustarte las fiestas?

Pregunto mientras me acomodo con el suficiente cuidado para que mi falda no deje ver algo indebido.

—No, de hecho ahora las disfruto más de lo que debería.

No puedo afirmar si lo que acaba de decir es sarcasmo o es en serio porque no lo estoy mirando. Me encuentro demasiado cautivada observando lo estrellado que está el cielo.

Es tu turno.

—¿Mi turno?— Pregunta confundido.

—Si, de preguntar o comentar algo ¿o prefieres que nos quedemos en silencio?

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