Su pie se movía insistentemente, golpeando suavemente el piso, esperándolo como de costumbre. Supuestamente, el debería ser el que tardara horas en arreglarse para ir a la escuela, pero era todo al revés.
Taemin era como una chica, se tardaba tanto en salir.
-Lee Taemin si no bajas ahora, me iré sin ti, te lo juro –dijo exasperado. Sus juramentos no eran en vano, así que Taemin corrio escaleras abajo, y le dio una sonrisa tierna esperando que lo disculpara por tardarse, el rodó los ojos como siempre
-Hola- dijo finalmente Taemin. El arqueó una ceja. -¡no te enojes!
-Si me saludas, puede que no lo haga –dijo el seriamente. Taemin se acercó y le besó la mejilla sonoramente. Ambos rieron –Okay, okay, vamos.
-Eres el mejor hyung ¿lo sabías? –el asintió y ambos rieron. Como de costumbre, caminaban al colegio, juntos.
Llegaron al colegio, y antes de entrar, se lanzaron una mirada, desde ahí ese portón de entrada, en adelante, no se miraban. Así eran las cosas, pese a que todos sabían que Minho y Taemin eran amigos, era una especie de “regla”. El se reunía con Key, y Minho se iba con sus amigos y las chicas populares. Más de alguna vez el se había preguntado si Minho se avergonzaba de ser su amigo, pero la respuesta de Minho ante su alejamiento dentro de la escuela era:
-Ese mundo no es para ti Taeminnie, está lleno de cosas sucias.
Y la explicación a esas “cosas sucias” nunca había llegado.Keyllegó con su sonrisa amable, como todos los días. Lo saludó y entraron juntos.
-¿Llegó tu amigo? –preguntó Key refiriéndose a Minho.
-Sí, se fue con sus amigos. –dijo Taemin sin darle mucha importancia.
-La rutina de siempre, ustedes hacen como que no se conocen. –dijo el poniendo los ojos en blanco -¿por qué se lo permites?
-No es cosa de permitírselo o no Key, solamente que no encajo con sus amigas y amigos, y preferimos mantener distancia. –dijo
-Su amistad es la cosa más rara que existe. –concluyó la diva
-Lo sé, pero me gusta así. –musitó finalmente.
Y Key no mentía, la amistad de ambos era rara, desde la secundaria para adentro, eran perfectos desconocidos, pero afuera, eran casi hermanos.El nunca lo había comprendido, incluso Minho le desagradaba, por sus aires de grandeza y que prácticamente llevaba un cartel en la frente que decía “mujeriego”.
Minho, mientras tanto, le golpeaba el hombro a Leeteuk durante la clase de matemática. Estaba aburrido, no tenía gracia la clase con el suplente. El quería a la profesora de siempre, aquella a la que le lanzaba miradas coquetas, y que ella se sonrojaba. Era joven, tenía veintinueve años, y tenía un cuerpo hermoso.
Minho había hecho una apuesta con Leeteuk respecto a ella.
-Te apuesto que me tiro a la maestra antes de fin de curso. –había dicho Minho.
-¿Cuál es la apuesta? –preguntó Leeteuk interesado.
-Si me la tiro, tendré pase libre para usar tu moto cuando yo quiera durante todo un año –dijo sonriendo satisfecho. Leeteuk arqueó una ceja, era imposible que Minho se acostara con la señorita Park..
-Si yo gano, quiero tu consola –dijo Leeteuk satisfecho de su apuesta.
-Hecho –dijo Minho dándole la mano.
Por lo tanto, ahora Minho estaba frustrado, necesitaba conquistar a esa mujer, de alguna forma, acabaría acostándose con ella.
-Veo tu consola más cerca de mí –le susurró Leeteuk al oído.
-Cállate –Minho le pegó una patada por debajo de la mesa. Leeteuk ahogó un grito. Y Minho río tapándose la boca para no hacer ruido.
-Bueno, sé que la ganaré, no te da para tirarte a Park –susurró Leeteuk.
-Sí me da, estoy seguro que acabará en mi cama, o por lo menos, en la mesa mientras yo… -dejó la frase inconclusa, y Leeteuk arqueó una ceja.
-¿Le contaste a Taemin que planeas tirarte a la profesora de matemática? –preguntó.
-No, ¿por qué tendría que contarle? –preguntó Minho arqueando una ceja
-No lo sé, es tu mejor amigo, deberías contarle, quizás te ayude a preparar el ambiente para tirarte a Park –dijo Leeteuk divertido
-No, no le contaré –dijo Minho decidido.
Aunque si Minho lo pensaba bien, quizás podría ponerlo celoso al contarle que se quiere acostar con una mujer doce años mayor que él. Se imagina la cara de Taemin cuando se entere, su regaño, todo absolutamente todo está en su mente. La forma en que abriría sus ermosos ojos marrones de sorpresa, la forma en que luego de eso, frunciría el ceño enfadado con él, luego su frase “no tienes remedio, Choi Minho”, y la forma en que el se reiría, divertido ante la mueca de asco cuando le dijera la forma en que lo haría. Sería divertido, y aunque era totalmente estúpido creerlo, aún tenía la vaga ilusión de despertar los celos en el.
