A la mañana siguiente Minho abrió los ojos y sintió un horrible dolor de cabeza. Miró a su alrededor, y se encontraba envuelto en una pieza rosada. ¿Dónde rayos se había metido? Entonces, sintió una respiración que no era la suya. Miró a su lado, vio un delgado cuerpo tapado hasta la mitad de la espalda con la manta y sobre la almohada. Recordó entonces a Sulli. Otra vez se había acostado con ella.
En silencio, buscó su ropa y se vistió. Salió callado de la habitación, sin despertarla. Buscó sus llaves y encendió su auto. El día estaba nuboso, especial para su estado de ánimo. Repentinamente, a su mente llegaron las imágenes de Tae y Krystal besándose. Ahora no era el dolor de cabeza, era el dolor en el pecho, ese vacío en el corazón. Golpeó el volante del auto, y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.
-¡Lo odio! –se dijo a si mismo –lo odio por hacerme amarlo.
Ni siquiera un revolcón con Sulli lo podía hacer olvidar el beso que su amigo le dio a esa estupida. ¿Qué tenía esa? Nada, era un completa idiota. Bruscamente se limpió las lágrimas de las mejillas. No quería seguir llorando por el, quizás no valía la pena.
-A quien engaño, el vale todo –susurró para si mismo –pero tengo que resignarme, el no es para mí.
Suspiró y manejó hasta su casa, pasando frente a la casa de Taemin. La ventana de su dormitorio estaba abierta, probablemente estuviese haciendo los deberes o algo así.
Pero Taemin estaba sentado, leyendo un libro. Aunque la concentración no era demasiada, recordando el sabor de los labios de Krystal. Sonrió, era una chica agradable, simpática, y muy tierna. Le gustaba, y eso que hace mucho no le gustaba una chica. Krystal era ideal. Aunque seguía enfadado pues Minho lo había dejado, aunque se fuese con la chica, ni siquiera le preguntó. Se había ido a revolcar con la hueca de Sulli. Minho, no tenía solución, pensaba el. Esperaba que algún día se enamorara de alguna chica, pero lo dudaba, dudaba que el amor tocara la puerta de la casa de su amigo, porque él no lo permitía. El espantaba a las chicas buenas, por ser un maldito casanova. Rodó los ojos, solo esperaba que no terminara pegándose el Sida.
El lunes siguiente, el terminó de arreglarse el cabello. Se había tardado más de la cuenta, quizás el motivo era que vería a Krystal en la escuela, y le emocionaba, tenía que verse guapo, o bueno, lo que pudiese.
Tocaron el timbre de su casa, miró la hora, era tardísimo. Probablemente Minho viniera a buscarlo. Bajó corriendo las escaleras, tomó su bolso, se despidió de sus padres y su hermana, pero su sorpresa fue mucha cuando unos ojos marrones la miraron, y no eran los de Minho.
-¡Krystal! –susurró emocionado.
-Quise pasar a buscarte ¿no te molesta? –preguntó ella con dulzura. El negó. Así que subió al auto y se marchó a la escuela.
Mientras tanto, Minho salía de su casa. Al salir de su casa, caminó un poco y lo vio subiéndose a otro auto. Cuando vio al propietario del auto sonreír ampliamente. Era élla Krystal¡!.
-¿Y esa qué se cree? –preguntó enrabiado. Tuvo que caminar solo para irse a la escuela, iba demasiado enfadado, la rabia lo cegaba. Pateó tres piedras, una tan fuerte que golpeó a un pobre perro, víctima de su ira. Intentaba no llorar, sería patético llegar llorando, su reputación caería bruscamente. Entró al colegio, y se encontró con Onew, uno de sus mejores amigos.
-Hola Onew–saludó sonriente.
-Hola –dijo Minho algo desanimado.
-¿Pasa algo hermano? –preguntó Onew preocupado.
-No, no pasa nada –dijo –solo que dormí mal, eso es todo.
Caminaron hasta el salón, pues les tocaba la clase juntos. Se sentaron en sus asientos, mientras esperaban a que el profesor llegara.
-Así que Taemin ahora tiene novia –comentó Onew. Minho se preguntó si no había alguna otra persona de la que hablar que no fuera el o la estupida con la que estaba.
-Creo, no sé. –dijo
-Espero que sea una linda chica, Tae lo merece, es un chico genial –dijo. Minho asintió, sí, el era perfecto.
-Espero –dijo Minho
-¿Y ya cumpliste la apuesta con Leeteuk? –Minho recordó entonces la apuesta, necesitaba tirarse a la profesora.
-No, hoy comienza el plan de conquista –dijo curvando sus labios en una sonrisa.
-Ten cuidado, o ella se quedará sin trabajo por tirarse a uno de sus alumnos –dijo Onew divertido.
-Lo disfrutará –dijo seguro de si mismo. Onew asintió divertido, mientras Minho no prestó atención a la clase de Literatura. Pensaba en el… aún, en cómo sin siquiera avisarle, se había ido con ella a la escuela. Quizás las cosas comenzarían a cambiar desde ahora, debería acostumbrarse..
En el almuerzo, dio una mirada a la mesa donde usualmente estaba Taemin y Key, pero solo estaba el solo, comiendo algo distraído. Miró a su alrededor y en otra mesa estaba El y ella, divertidos charlando, riéndose, coqueteando y tomados de la mano. Ese apretón en el pecho vino otra vez.
-Hola Minho–una aguda voz lo sobresaltó. Sulli le besó la mejilla.
-Hola –dijo algo brusco.
-Hola Minho!!! –la voz de una de las porristas del equipo, lo distrajo. Yuri lo miró coqueta, también se había acostado con ella.
-Hola –fingió una sonrisa. Estaba distraído de las superficiales conversaciones de las chicas, Leeteuk jugaba con Onew, mientras Sehun también estaba sumido en sus pensamientos. Minho suspiró, viéndolo como se acercaba a élla coquetamente.
El día había sido un fiasco, estaba harto. Pero llegó la hora de matemática, lo que había esperado......