Capitulo 67
Minho luchaba contra el nudo de la corbata. Bufó, no quedaba demasiado bien.
-estúpida cosa –murmuró. Taemin arqueó una ceja y se acercó a él. La arregló con cuidado. Quedó perfecta. -¿Debes ser bueno en todo? –preguntó él dándole un sonoro beso en la mejilla. El sonrió divertido.
-Lo siento, es un talento natural –le guiñó un ojo y se puso sus botas, llegándole a Minho cerca de la nariz. –Puedo besarte sin tener que ponerme de puntitas –bromeó. El se acercó y lo rodeó por la cintura, dándole un besito en la nariz.
-Estás perfecto. –dijo él en su oído.
-Gracias. –dijo –métete la camisa dentro del pantalón, por favor –Minho rodó los ojos y le hizo caso. –bien hecho.
-Ven acá, quiero decirte algo. –dijo él tomándole la mano. El se puso serio. Minho lo miró endureciendo la expresión. –pase lo que pase, nos tenemos el uno al otro... todo irá bien. Ahora estamos juntos... y eso basta. –Taemin asintió. –y... quiero darte las gracias, por todo lo que hiciste por mí durante estos últimos meses... desde soportar la tensión de la situación, hasta ayudarme a comer en el hospital cuando apenas podía moverme... solo quiero decirte que, debo darte las gracias, porque desde que te conozco me has enseñado tantas cosas que sin ti no habría aprendido -Taemin lo miró con ganas de llorar –desde enseñarme a que existían cremas para peinar mi cabello –ambos rieron –pasando por enseñarme esas valiosas cremas para los granos –ambos rieron otra vez-hasta enseñarme que las apariencias engañan, que no hay que juzgar un libro por su portada... -Minho sonrió –enseñarme a ser fuerte en situaciones difíciles –dijo refiriéndose al divorcio de sus padres –o que tampoco es malo ser débil... me enseñaste a levantarme luego de caer, y que las personas que te aman te harán enfadar con consejos que alguna vez consideres estúpidos... pero que resultan ser totalmente sabios. Me enseñaste que el amor estaba muy cerca. Me enseñaste que el sexo no es lo mismo que hacer el amor, y lo más importante, me enseñaste como amar. –susurró él mientras sus ojos se cristalizaban. –te amo y gracias por estar aquí, ahora. Gracias por no abandonarme. Y gracias por haber corrido tras de mí ese día en la secundaria, luego de pelear con Krystal y haberme dado la oportunidad de decirte que te amaba con toda mi vida. - Taemin sonrió y no pudo evitar llorar. Se abrazaron con fuerza y luego se dieron un cálido y dulce beso. –ahora cerraremos una etapa horrible, pero... estará cerrada y enterrada. Cuando ese bastardo esté en la cárcel.
-Te amo tanto –dijo el sollozando –gracias Minho por todo, demostraste que serías capaz de dar la vida por mí... -susurró –y yo también la daría por ti. Daría todo por ti. Y ahora... luego de esto, viviremos juntos y tendremos nuestro "felices por siempre", quizás no tan literal, pero contigo, estando juntos, será nuestro felices pese a todo.
Se besaron una vez más, y bajaron para asistir al juicio.
Cuando llegó el momento de las declaraciones, y entraron, mirándole la cara al bastardo que tanto daño les había hecho, ambos se miraron y se dieron aliento. Minho declaró claramente cómo ocurrieron las cosas, pese a que él había provocado la pelea, y había traído el cuchillo, claramente luego recibió más golpes de los que hubiesen sido en caso de ser defensa propia. Luego le tocó a Taemin. No pudo evitar sentir miedo. Pero cuando declaró cada uno de los abusos cometidos por ese hombre, en su propia casa. Cuando declaró acerca de la amenaza contra el y su novio, no pudo evitar llorar un poco. Mostró cicatrices que él le infirió golpeándolo. El fiscal consiguió muchas pruebas incriminatorias.
-El veredicto final ha sido decidido. –la jueza comenzó a hablar, dio el nombre del acusado, las denuncias. Hasta se enteraron que tenía denuncias por violencia y abusos sexuales en otros estados. –el acusado es declarado culpable por los cargos de abusos sexuales, violación, uso excesivo de violencia, intento de homicidio reiterado. La pena es de setenta años y un día.
Taemin y Minho se miraron y no pudieron evitar abrazarse y llorar. Todo había terminado. Por fin, serían felices. Por fin las cosas podían volver a ser normales entre ellos.
Una semana después, mientras Minho seguía con esa venda en los ojos, ya comenzaba a aburrirse
-Quiero ver. –musitó.
-Ya, un segundo –dijo Taemin.
Movimientos de puertas, cajas o alguna estupidez.
-Me aburriré y me sacaré esta cosa –murmuró el alto, hasta que sintió unas delgadas y gentiles manos quitarle la venda de los ojos.
-Mira –susurró. Estaban en su nuevo dormitorio. Embobado, observó todo a su alrededor. Era perfecto, bien decorado, y muy propio de ambos. Miró a Taemin emocionado igual que un niño pequeño. Recorrió la casa, casi saltando por el lugar. Todo parecía perfecto.
-¡ME ENCANTA! –Gritó –es hermoso, todo perfecto. –se acercó a su novio sonriendo y lo tomó en sus brazos. -¡TE AMO!
Se besaron con pasión y amor, la mezcla perfecta que siempre habían poseído sus besos. Minho sonrió.
-Y ahora inauguraremos la habitación –susurró empujándolo con suavidad dentro. No se molestó en cerrar la puerta, estaban totalmente solos. Se besaban como si el mundo se acabara. Minho se quitó la polera, y volvió a buscar sus labios. Taemin deslizó sus manos por su cuerpo, mientras se sentaba sobre él. El alto tocó con cuidado sus muslos, recorriendo cada centímetro de su piel. Taemin se separó con delicadeza, miró su cuerpo y vio la cicatriz donde el cuchillo había entrado en el cuerpo de Minho . Su dedo pasó con delicadeza por allí. Lo miró a los ojos, mientras el acariciaba las cicatrices de aquellos cortes de sus muslos.
-Todo quedó atrás, son solo cicatrices que no volverán a abrir –susurró Minho acercándose a el. Le dio un abrazo cálido. –te amo, ahora y siempre.
-Yo también te amo –dijo Taemin sonriendo, mientras se quitaba la camisa.
Así, siendo uno otra vez, dejaron que esas cicatrices se borraran de sus vidas. Ahora solo importaban ellos. Porque las cicatrices quizás puedan abrirse otra vez, pero ahora tenían al otro que podía curarlas.
Y de una vez por todas, dieron vuelta la página.