- ̗̀ A L A S D E N O C H E ̖́-

°•. I - Richard Grayson .•°

Título / Mal día

Voy llegando de la comisaría. Cómo odiaba los días en donde el odioso de Parker me ponía a entregar cafés y sellar quejas ciudadanas.
Había estudiado mucho, sacado excelentes notas y perdido buenas fiestas ¿Por qué ponerme de ayudante del ayudante?

No quería quejarme con Gordon, después de todo él me ayudó a quedarme en Gotham.

Pero aveces uno se cansa de la monotonía de una vida que no esperabas.

Voy al refrigerador y solo encuentro mermelada y jitomates. ¡Genial!
Tenía que salir de compras y no era algo que disfrutara hacer. Uno va al supermercado y automáticamente el día se pierde en 5 minutos.
Eso y el hecho de que me quedo en la sección de yogur y pan tratando de escoger uno.

Antes de salir dejo $45 en la alcancía que tengo para ahorrar en un nuevo departamento.

Tomo las llaves del auto y salgo de nuevo.
En el camino la radio solo pasa canciones románticas, no me quejo, pero aún no significan nada para mí.

Llego al lugar y tomo el carrito. La compra será grande.

No me toma mucho encontrar la sección de quesos y carnes frías. Pero justamente en la fila se encontraba él.

-Si, y otro cuarto de tocino- su voz se escuchaba igual que está mañana pero más descansada. Veo que alguien por lo menos si pudo salir temprano.

Trato de girar mi carrito para perderlo en la sección de frutas pero choco contra una señora que se encontraba junto a mi, causando un ruido fuerte llamando la atención de Richard.

-Malditasea...- susurro cerrando los ojos esperando que no me haya visto. Pero era imposible.

-¿Ana? ¡Hola!- abro los ojos y muestro mi sonrisa menos fingida.

-Hola Grayson. ¿Qué tal?- le doy el paso a la señora para que compré y Richard se acerca con su pedido en la mano.

-Bien. Veo que por fin saliste. ¿Compras eh?- aveces era un poco menso, pero ya estando así tenía que seguirle la plática.

-Si. Si. Ya sabes, jamón y espinacas y atún y eso...- mordí mi labio pensando en lo estúpida que me escuché. Y traté de restarle importancia un poco sonrojada.

-Bueno. Aquí seguro encuentras todo- Richard rió y no pude evitar ver lo bien que se escuchaba su risa, y la forma en la que sus ojos se cerraban reacción de una acción sincera.

Sí.
Tengo que admitirlo, me gusta más de lo que creí.

Decidí dejar de mirarlo y salvar mi dignidad. ¡No iba a quedar mal fuera del trabajo! Una vez fue más que suficiente.

-Bueno. Am... Te dejo para que sigas comprando- alejé mi carrito y huí de ahí a esconderme en la sección de verduras.

Pasados unos 15 minutos ya tenía prácticamente todo lo escencial: huevo, leche, pan, frutas, verduras, pescado y mantequilla.
Iría metiéndole porquerías al carrito de camino a la caja registradora; hoy quería tener un maratón de películas después del éxito obtenido durante el día.

Llegando a la caja había otra fila más.
¿Qué no podían abrir otra? Parece que les gusta tenerlas de adorno y hacer que la gente siga agarrando cosas en la espera.
Listos...