°•. II - Damian Wayne .•°

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Especial para { IreneGrayson1 }

 
-Contrólalo Ire, no debe ser tan difícil...- Tim se reía por 5ta ves en el entrenamiento.

-¿Tú qué sabes de esto?- me reí junto con él mientras bajaba los objetos frente a nosotros.

-Bueno, tú eres la fuerza y yo el cerebro...-

-Si, si. Cerebro, debo llevarme a Pinky- Damian llegó a la sala interrumpiendo nuestro entrenamiento;
llevaba el cabello mojado, seguramente el suyo ya había acabado y eso significaba que nuestra cita comenzaba.

-Pero aún debo ir a cambiarme, y ducharme, y alimentar a los peces...- me despedí de ellos rápidamente y me dirigí a mi habitación, pero en las escaleras alguien más me interceptó.

-¿Por qué tanta prisa?- Richard estaba parado con brazos cruzados. Una ceja estaba más alzada que la otra, un gesto que igual heredé de mis padres.

-Um ¿Viernes? ¿Día Damirene?- solía llamar a nuestra cita especial de la semana así.

-No, no no. ¿Recuerdas? Prometiste cuidar al bebé Harvey- y ahí se borra mi bella sonrisa.

Richard tenía razón. Había prometido cuidar al hijo de Dent mientras era el baile de recaudación de fondos anual.
Alguien no estará muy feliz...

-Hermanito adorado, ¿Quién te ayudó con Barbs?-

-¿Tim?-

-Si bueno, yo manejé ese día-

-¿Quién los cubrió a Damian y a ti cuando faltaron a clases?- golpe bajo.

-Ok. Touché- decidí darme por vencida, porque los Grayson sabemos cuándo retirarnos, y subí a asearme.

Al cabo de unos 40 minutos un golpe se escuchó en la puerta. Pensé que era Damian probablemente enojado por lo de nuestra salida.

-¿Señorita Irene? El joven Dent acaba de llegar-

-¡Gracias Alfi!-

De camino a la sala unas risas se escucharon. Una me era indiferente pero otra la conocía muy bien.
Mis ojos no podían dar crédito a lo que veían; Damian estaba correteando al pequeño Harvey por todo el lugar, mientras que el niño llevaba la capa de Robin sobre sus hombros.

-Veo que lo tomó mejor que tu...- Richard bebía café mientras se reía de la inusual escena.

-Ya veo...- le arrebaté la taza y le di un sorbo.

-¡Amargo!- dijimos los dos al unisono. Richard por avisarme del sabor y yo por lo mal que me sabía.
Si éramos iguales en muchas cosas, pero en café...

-Esta bien que no me gusten mucho los niños, pero no soy tan amargado como Drake- Damian dejó de seguir al pequeño y nos miró expectante.

-Lo decía por el café- me acerqué a él y lo abracé por los hombros.

-¿No estás enojado? ¿Por lo menos sorprendido?- cubrí mi cara en su cuello y olí su fuerte aroma a roble.

-Iri, eres muy despistada, ya me lo habías contado. Además, me gustaría relajarme- me devolvió el abrazo.

-Ok. Wayne, no se relajen tanto eh...- Richard salió del lugar y nos quedamos con el pequeño.

La noche transcurrió para nada tranquila, pero me alegró el hecho de que Damian lo tomara mucho mejor que yo.

Pero me sorprendió más el hecho de su trato con el niño.

-Te amo tanto Damian Wayne- nos acostamos cansados por cuidar del pequeño hiperactivo.

-Eres mi todo Iri. Pero nadie debe enterarse de esto ¿No? Me refiero al niño...- mi cara se sonrojó; si alguien no supiera de nuestra noche de niñeros, lo tomarían de otra forma.

Pero no me molestaría.

- ̗̀ A L A S   D E   N O C H E ̖́-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora