A las ocho de la mañana, Marina ya estaba arreglada y lista para salir a su misión navideña y se llamó así misma "Cupido Navideño".
Ella estaba instalada en el cuarto de invitados en la casa de su hermano, salió a la sala y no lo encontró, así que lo buscó en la cocina y si, allí estaba Johan entre sartenes y especias, con un delantal azul preparando todo para la cena de ese día.
-¿No vendrá Tod a ayudarte a cocinar?- Marina de un brinco, se sentó sobre la mesa de la cocina, a un lado del guiso que sería para el horneado.
-No. Él no me ha escrito ni hablado y yo tampoco pienso hacerlo, estoy seguro que ya tendrá planes con alguna chica por ahí- Johan miró a su hermana y le dio un empujón para que se bajara de la mesa
-Por cierto, buenos días a ti también--Entonces... ¿El Carter ese cenará con nosotros?- Marina frunció en ceño.
-No- Johan se encogió de brazos y empezó a poner especias en la carne -Solo vendrá un rato en la tarde-noche, cenará con su familia en su casa-
Marina encontró el vaso de jugo de naranja de Johan y tomó un poco
-Si eres su novio debió de invitarte a su casa-Johan suspiró -Lo sé, pero así lo decidió él y yo no voy a discutirle nada- alzó un dedo -Y antes que digas más, de una vez te digo que no estoy con ganas de discutir contigo tampoco, asi que ayúdame a cocinar nuestra cena-
-Nop- Marina caminó hacia la puerta dando brinquitos -Voy a comprarme un vestido-
-Pero Marina...-
-¡Adiós hermanitooo!- se fué.
A las ocho y media de la mañana, Marina ya estaba cruzando el umbral de la casa de Tod. Ni siquiera tuvo que esforzarse en entrar, pues la puerta estaba abierta.
Ese lugar era un caos por completo... Sillas rotas, la mesa tirada en el suelo, ropa por todos, agujeros en la pared como si Tod hubiese agarrado un martillo y hubiera arremetido contra las paredes y los muebles en la casa.
Esquivando todo el desastre para no matarse al caer, Marina fue buscando a Tod.... Pasó por la sala de estar y se fué directo a su habitación... Estaba vacía y la cama acomodada... Marina mordió su labio, Johan tenía razón. Tod había encontrado alguna chica con la cual pasar la navidad, eso destrozó sus ánimos, ella pensaba que Tod y Johan hacían una linda pareja, pero si el pelinegro no podía siquiera estar un día sin meterse en las faldas de una chica, entonces era mejor que no ilusionara a su hermano.
Nostálgica se fué a sentar al sillón desastroso de Tod mientras estaba perdida en sus pensamientos. De golpe, se dejó caer sobre un montón de ropa allí.
-¡Ooouuuch!- se quejó la ropa y de un brinco Marina se puso de pie.
-¿Tod?- la chica extendió su mano y removió unas cuantas prendas, encontró su dorso desnudo, lo pellizó allí -¡Pero si eres como de piedra, qué bueno estás!-
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Mi amigo Johan y yo
Short StoryA Tod nunca le importó que Johan fuera gay, ellos eran los mejores amigos y desde jóvenes prometieron que lo serían por siempre. Porque un verdadero amigo es aquel que te acompaña en las buenas, pero sobre todo, en las malas. Todos los derechos rese...