Capítulo 1.- Me salvaste la vida

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Y allí estaba Tod, a sus 17 años viendo su corta vida pasar ante sus ojos, haciendo un esfuerzo inútil por absorver algo de oxígeno

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Y allí estaba Tod, a sus 17 años viendo su corta vida pasar ante sus ojos, haciendo un esfuerzo inútil por absorver algo de oxígeno.

Ahora todo comenzaba a ser borroso, solo podía ver y escuchar miles de burbujas que lo acompañaban hacia la oscuridad, mientras más pataleaba más se hundía hacia el vacío, hacia la nada...

Su padre había tenido la razón cuando le dijo que no anduviera cerca de la orilla de aquel pequeño río, pues él no sabía nadar... En estos momentos anheló haber hecho caso a esa advertencia... Ahora era, demasiado tarde...

Sus movimientos se hicieron cada vez más difíciles, más pesados, más lentos... Sus ojos comenzaron a cerrarse... Se despidió internamente de su vida y se lamentó no haber sido un chico obediente...



















Una presión en su hombro derecho le hizo abrir los ojos nuevamente, era un trato un tanto brusco pero comenzaba a ver claridad nuevamente, se acercaba a la orilla... Aturdido y falto de energías, Tod se dejó arrastrar.

Aquellos larguiruchos dedos lo sostenían con fuerza... Bruscamente tiraron del cuello de su camisa y su cabeza salió a la superficie... Respiró.

Todo pasaba demasiado rápido como para comprenderlo, el agarre de esa otra persona era fuerte, dolía pero por lo menos le había salvado de la inminente muerte.

Arrastrado hacia la orilla, tosiendo un poco del agua sucia que había tragado, Tod estaba a salvo.

-¿Estás bien?- preguntó quien le había salvado; le daba golpes tan toscos a su espalda que en cuanto Tod pudiera hablar le preguntaría si su propósito era sacarle un pulmón -¿Estás bien?- le volvió a preguntar.

Tod asintió con la cabeza e hizo un movimiento con su mano para que el otro chico se alejara de su espalda -Gracias- respondió con voz ronca el pelinegro tratando de no escucharse como un animal moribundo -Estoy bien-

El rubio frente a él, le ayudó a incorporarse un poco, ahora Tod estaba sentado sobre la tierra
-Si gustas puedo hablar a alguno de tus familiares-

-No, gracias- Tod sonrió -Si no me mató el río, de seguro que mi padre si lo hace-

El otro chico devolvió una sonrisa tímida -Me alegra que estés bien-

-Me salvaste la vida, nunca lo olvidaré- Tod alzó su rostro para ver mejor al chico que le había salvado la vida, entrecerró un poco sus ojos, ese fino rostro se le hacía familiar... Lo reconoció
-Estamos en la misma escuela, tú eres el rarito del grupo "F"-

El rostro del chico rubio se puso rojo de coraje casi instantáneamente -Mi nombre no es "rarito", mi nombre es "Johan"- el chico se puso de pie con mucha velocidad -Cretino-

Con torpeza, Tod también se puso de pie procurando disculparse
-¡Lo siento!, no quise ofenderte, yo solo...-

No pudo terminar su frase, Johan le había dado una fuerte cachetada que lo dejó mudo y le giró el rostro... Para ser tan delgado y levemente más pequeño que él, tenía pesada la mano -¡Debi dejar que te ahogaras en el río!- gritó Johan mientras corría lejos de Tod.

-Lamento haberte ofendido Johan- susurró Tod mientras agachaba la mirada y extrañamente triste retornó a su hogar.

-Lamento haberte ofendido Johan- susurró Tod mientras agachaba la mirada y extrañamente triste retornó a su hogar

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Mi amigo Johan y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora