Capitulo 11.- Solo tuyo

3.8K 343 52
                                    

Con la espalda pegada a la puerta, Johan estaba recargado para no caer, su hermana era tan mentirosa, ¿Cómo se le ocurre decir que Tod está enamorado de él?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con la espalda pegada a la puerta, Johan estaba recargado para no caer, su hermana era tan mentirosa, ¿Cómo se le ocurre decir que Tod está enamorado de él?... Sentía tanta vergüenza que no podía alzar la mirada para ver a su amigo.

-Dile a tu hermana lo que sea que quiera escuchar, pero convéncela para que me quite esta cosa y pueda irme- la voz de Tod fué más dura de lo debido, pero se sentía expuesto y no podía uir.

-No es como que ella me fuera a hacer caso- espetó Johan molesto por la actitud de Tod -Ella piensa cosas que no son y cuando una idea cruza su loca cabeza, no existe poder humano que la haga cambiar de idea-

-Entonces nos quedaremos encerrados aquí hasta morir envejecidos y ancianos-

-¡¿Y qué quieres que yo haga caray?!- el rostro de Johan estaba rojo por completo.

-¡No lo sé, es tu hermana no la mía!-

Johan golpeó la puerta muchas veces -¡Abre la puerta Marina!- siguió golpeando -¡La tiraré si es necesario!-

La risa de su hermana solo lo irritó más -Quisiera verte intentarlo hermanito. Mándame una fotografía a mi celular de ustedes dos besándose y abriré la puerta-

-¡No voy a volver a aceptarte en mi casa Marina!-

Johan no escuchó respuesta...
-¡Marinaaaaa!-




-No te va a hacer caso Johan-

En ese momento el rubio se sintió vacío y roto, añoró que le dijera "Joy" -¿Entonces qué hacemos?-

-Darle lo que quiere supongo- Tod tragó saliva y se le cortó la respiracion por unos momentos... Johan no lo notó porque estaba tan nervioso que todo su sistema temblaba por dentro.

El rubio negó con la cabeza
-No voy a besarte solo para hacer feliz a la demente de mi hermana-

-¿Tanto te desagrado?- la pregunta de Tod envió una punzada de dolor al corazón del pequeño rubio.

-Jamás te diría algo como eso- ahora su voz fué triste y nostálgica -No quiero hacerte sentir asco por tener que tocarme- el rubio se abrazó así mismo y agachó la cabeza.

-Y yo jamás te diría algo como eso Joy-

Al escuchar aquel sobrenombre, Johan alzó su rostro y se encontró con los más maravillosos ojos negros del mundo, mirándolo con infinita ternura y a la vez con dolor.

-Lo siento Joy... Perdóname por hacerte daño- escuchar a Tod decir esas palabras, dio un vuelco al corazón del chico rubio.

-Perdóname tú a mi, no debí hablarte de esa manera, todo es mi culpa-.

-Acercate- pidió el pelinegro -Por favor- señaló el colchón para que se sentara a su lado izquierdo, donde tenía atada la muñeca a los barrotes.

Mi amigo Johan y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora