Capítulo 6: CONNOR

88.3K 4.7K 335
                                        

 Voy camino de vuelta a mi fraternidad con la moto y me doy de un bulto en la acera que parece una persona, por la oscuridad no se distingue muy bien, pero si debe de ser una chica porque se le distingue solo la melena, amaino la velocidad hasta parar la moto, me acerco un poco mas a donde está y mi pulso se acelera de repente ¡No puede ser! paro la moto y bajo despacio sin hacer mas ruido, mi pulso se acelera cuando soy consciente que si, efectivamente es la mocosa de Isabella, ¿que le habrá ocurrido para que esté así?.

Como haya sido cosa de Adam lo mato os lo juro no puedo pensar que haya sido el causante de que parezca tan destrozada e indefensa. Me voy acercando a ella y se que ha notado mi presencia porque se mueve molesta pero no se asoma a ver quien es, solo se aprieta mas a si misma, como si fuese capaz de conseguir con ello hacerse invisible.

—¿Estás bien?— le pregunto algo dudoso.

Ni se inmuta y no intenta ni hacer el esfuerzo de levantar la cabeza, lo nuncio que se le ve es el pelo castaño que le brilla con el reflejo de la luna.

—¡Si, vete! ¡quiero estar sola!

—¿alguien te ha echo que estés así? —le digo pensando que no puede ser que Adam haya echo que acabe la noche así.

—¿Y a ti que te importa? te quieres ir o es que siempre tienes que incordiar, quiero estar sola ¿te lo vuelvo a repetir?— me dice aun escondida tras sus brazos y piernas, no se mueve, al menos se le escucha menos los llantos.

—No creo que sea lo mejor estar a estas horas por aquí sola y llorando, venga que te llevo a tu residencia.

—¿Pero tu estas loco? como iba yo a montarme con alguien tan imprudente como ¡¡tú que casi me atropellas!!!

—Veo que me has reconocido muñeca, sabía que te gustó el espectáculo, ¿soy difícil de olvidar no?

—Imbécil no me llames así, además he reconocido a tu moto, de tu existencia ya me había olvidado.— me dice molesta y parece raro pero me gusta cabrearla.

Levanta la cabeza y parece decepcionada al verme, con la prisa por llegar a ella ni me he quitado el casco. Lleva los ojos hinchados y con el resto de lo que parece rimmel corrido por las lagrimas, pero lo que mas me impresiona es la tristeza que se ve reflejada en su mirada, estoy convencido de que no es cuestión de desamor, es algo mas profundo.

— No te hagas la estrecha mocosa, se que soy difícil de olvidar.

—Si sobre todo por recordarte como el tío con casco que casi me atropella con una moto que no sabe ni controlar, ser la segunda vez que no te quitas ni el casco es sospechoso ¿no crees? No tendrás la cara quemada o más granos que una paella, o tal vez ¿eres bizco?¿Porque no te quitas la visera?— esta intrigada y me esta divirtiendo, que no sepa que soy uno de sus compañeros de grupo para todo el semestre.

—Hay mocosa deja de llorar ya o al final me darás la razón con tu mote y por cierto ¿Tu crees que tendría algo de lo que dices y si quisiese dormiría todas las noches acompañado por una chica diferente?

—Que asco me das ¿Porque estas aun aquí? ¿alguien te ha pedido ayuda acaso?

—Creo que no te has visto la cara en los últimos minutos, no estas en posición de decirme a mi que asco doy cuando tu pareces entre otras cosas un mapache, ¿es tu forma de maquillarte? he de decirte que no te quedan bien el negro esparcido por toda tu cara. Ademas no sabía que ibas a ser tu la que estaba desolada llorando en medio de la noche, si lo llego a saber, ni me hubiese bajado de la moto.—Le digo ya molesto me saca de mis casillas esta cría.

Enserio está llorando y es capaz de sacar fuerzas para insultarme y hablarme mal cuando he sido yo el que a intentado ayudarle, ¡esto es flipante! si lo llego a saber no paro, la dejo llorando y que se apañe solita.

— Pues mira ya te puedes ir, ya has echo el buen gesto del día, ¿ por cierto no tienes a ninguna muñequita a la que llevar a la cama o a su residencia?

—Mira que te crees graciosa, pero si tanta curiosidad tienes, vengo de dejarla, hemos pasado una noche increíble a diferencia de ti, que supongo que te habrán dado calabazas.—Me arrepiento de lo que le he dicho al momento, pero me reta a cada segundo y no puedo dejar de incordiarla.

Me ignora, desvía la mirada hacia la carretera y se levanta por fin, al menos he conseguido que se levante y cambiar el llanto por el cabreo probablemente, pero ya es un paso, la veo dudar, pero empieza a andar en dirección contraria a su residencia, lo se porque es ahí donde iba el día que casi la atropello.

—¿ Se puede saber donde pretendes ir a estas horas de la noche?

—A mi residencia, y no es de tu incumbencia.— me dice sin parar de andar,

Se le nota que esta perdida, pero si por esa razón estaba llorando, me demuestra lo cría que es,

—Acabas de confirmar mis sospechas, sube en la moto anda que te llevo hasta la residencia.

—Ni loca pienso subirme ahí contigo.

—No como y mi preciosa moto tampoco, ¿o es que tienes miedo a subirte en una?

—¿Miedo yo de una moto? no me hagas reír, pero no quiero arriesgarme a morir tan joven por alguien que no sabe llevar ni su propia moto.

—Mira que eres una desconsiderada mocosa, que sepas que no hay nadie que sepa mejor que yo montar esta moto así que no te lo repito mas o subes ya a la moto o sigue llorando como estabas hasta que he llegado yo y apáñatelas para volver a tu residencia.

Me saca de mis casillas, me subo y enciendo la moto, observando sus movimientos, se para y se gira, y su cara de cabreo hace a mi yo interior disfrutar, se que odia tener que depender de mí y eso me gusta aun más.

—No me puedes decir simplemente a donde tengo que ir, ninguno de los dos soporta al otro, sería mas fácil que me dijeses donde esta mi residencia y cada uno a seguir con su vida.

—Ya pero ¿sabes una cosa? eso no tiene ninguna gracia, prefiero saber que me deberás una después de llevarte hasta tu residencia. Además no se si te has dado cuenta pero has dejado de llorar desde que estas hablando conmigo, ¿te estoy ablandando el corazón mocosa?

—¡No! simplemente has conseguido cambiar mi estado de animo a cabreada. Eres lo único que consigues en mi.

—Venga sube, y deja de quejarte —le tiendo la mano, pero antes coge el casco que hay en la parte trasera y se lo pone y ajusta, y sube con una destreza que hasta ahora no había visto en ninguna chica, normalmente se quejan de que las lleve en moto, prefieren el coche porque no se despeinan y no tienen que ponerse el horroroso casco.

—venga, ¡deprisa! que quiero llegar lo mas rápido que pueda y poder perderte de mi vista.

—Mocosa ¿me estas pidiendo que corra? sus ordenes serán cumplidas— le digo antes de acelerar

Me introduzco por las calles del campus, a gran velocidad y mirando por el retrovisor como le cambia la cara y asombrosamente puedo distinguir que no es miedo lo que se refleja en su mirada, las comisuras de sus labios se tuercen hacia arriba, ¿esta disfrutando? hace que mi pecho se expanda, no puedo evitar mantener la mirada en el retrovisor y fijarme en su cara ahora relajada y muy diferente a la que tenia hasta hace un momento.

Asombrosamente veo en ella el mismo sentimiento que siento yo cuando conduzco, deja de existir la coraza que tengo , solo cuando conduzco olvido todo el dolor que hay en mi y solo estoy yo ante el mundo, no existe la indiferencia de mi padre hacia mi, ni su nueva familia perfecta, por un segundo no noto el dolor de no tener a mi madre conmigo ni tampoco el sentimiento de tristeza por verla sufrir hasta el ultimo minuto de su vida y culparme por no haber podido hacer nada, solo somos el viento el rugir del motor y yo.

Mi mocosa favorita (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora