No recordaba lo que se sentía pasárselo tan bien aunque fuese al bailar, el poder desinhibirte, no se que es exactamente, pero notar los ojos penetrantes de Connor fijados en mi y la locura de Kara incitándome a seguir sus movimientos hace que pueda sentirme un poco más yo, es algo difícil de explicar, pero puedo decir que tengo gente con la que puedo confiar.
Sigo sin poder parar de bailar, tenemos las dos a mucha gente ya al rededor, y en alguna que otra ocasión se ha acercado Justin para ofrecerle a Kara algo de beber, a mi me empieza a incordiar tener cerca al amigo de los chicos, Sam que es como se llama, no me gusta un pelo, en dos frases que me he cruzado con él me ha demostrado lo machista que es, y parece no entender que no me interesa porque me ha rozado en varias ocasiones, y ya no es simple casualidad que lo haga.
Dirijo la vista hasta donde estaba Connor, pero no lo veo, ya no está en el mismo sitio donde había permanecido desde que estoy bailando, se me viene a la cabeza directamente que puede haberse ido con alguna chica, inevitablemente me entristezco al darme cuenta de lo que me importa ese chico testarudo que tanto me saca de mis casillas.
Sam vuelve a tocarme pero esta vez me coge la mano, yo se la aparto de un manotazo, haciendo que el reaccione acercándose mas a mi, intento volver a separarme de él sin mucho éxito, su fuerza es mucho mayor a la mía, no puedo por mas que lo intento separarme de sus brazos.
—Suéltame, me estas haciendo daño—le grito al ver que me es imposible separarme de él.
—No entiendo lo que dices, ven vayamos a un sitio con menos música.— me dice cogiendome de la mano y apartándome de la zona de baile.
No quiero parecer histérica y fastidiarle la fiesta a Kara que está con Justin en una actitud muy amorosa, y como no he podido distinguir a otra persona que conozca, decido seguir a Sam para explicarle que no me interesa y que me deje tranquila, forzar más no me servirá de nada.
—Aquí estaremos más tranquilos sin que nadie nos moleste.— me dice entrando a una habitación que hasta ahora ni sabía que existía.
—¿Sam eres consciente de que me has traído a la fuerza a lo que parece una habitación que podría pasar fácilmente por la de un prostíbulo?— le digo mientras que observo la habitación a la que me ha traído, es oscura con pocos elementos, una cama y una simple mesita, no está junto al resto de dormitorios, por lo que presiento que la usan para para otro tipo de encuentros.
—Pensaba que te gustaría como eres tan testaruda y te ibas a negar he preferido esta mini sorpresa.—Sus palabras me aterrorizan, no pensaba que se le iba a poder ir tanto la cabeza.
—Sam, no me gustas, ni me atraes, ni nada, así que haz el favor de abrir esa puerta y hacer como si aquí no ha pasado nada, porque si no lo haces terminaré llamando a la policía.
—Eso no es verdad Isabella, se que aunque me lleves la contraria, te gusto.— Mis manos están ya mojadas de lo que estoy sudando, me acerco hacia la puerta y cuando giro el pomo para abrir me encierra la apuesta de golpe, dejando la mano apoyada en el marco de la puerta, dejándome poco espacio para respirar.
—Déjame salir, o empezare a chillar, no estoy cómoda—mis palabras parece no afectarle ni cambiar sus ideas, respira a milímetros de mi cuello, y provoca un venga Sam
Sus manos no paran de moverse entre mis brazos, mis lagrimas empiezan a descender por mis mejillas, no puedo parar de gritar, aunque mis gritos se ahoguen con la música, se oye desde aquí el eco de la canción que ahora mismo está sonando, juraría que es la de Finesse de Bruno Mars.
Sigo gritando con todas las fuerzas que me quedan, con la esperanza de que alguien pase y me escuche, mi cuerpo tiembla por completo cada vez que sus manos pasan por mi cuerpo, mis recuerdos vuelven a mi mente, mi cabeza ha dejado de estar en el momento exacto, y mis demonios vuelven, mis lagrimas no dejan de caer, no puedo dejar que vuelva, no puedo dejar que otro despreciable vuelva a abusar de mi.
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Mi mocosa favorita (TERMINADA)
Teen FictionIsabella llega a la universidad con la esperanza de poder dejar atrás su antigua vida. No pretende ser feliz, mucho menos llegar a enamorarse, ella no cree en eso después de ver como los hombres han jugado con su hermana y su madre. Connor, espera...