ISABELLA: Capítulo 31

75K 4.1K 675
                                    




La llegada a la residencia de Connor no ha podido ser más desastrosa, pero que me haya preparado pasta para comer ha hecho que olvidase todo. Estoy observándolo mientras está encendiendo el ordenador a mi lado. Su pelo revuelto le da un aspecto aun más varonil, y verlo así de relajado y seguro de si mismo hace que no pueda desviar mi vista de él.

    —Si sigues mirándome fijamente, no me responsabilizo de lo que pueda hacer.— Me sorprende al soltar esas palabras sin siquiera desviar la vista de su ordenador.

    —No te creas el centro de atención, estaba fijándome en el portátil, no en ti.—Le miento y lo sabe porque sonríe y se le iluminan los ojos.

    —Claro mocosa entonces yo tampoco me he fijado en esos labios carnosos que tienes mientras comíamos, y como te los lamias después de cada bocado.

    Mi cuerpo no deja de reaccionar ante sus palabras susurradas, y provocadoras, y me apetece seguirle el juego, sin darle importancia a que me pueda quemar, porque ahora mismo mi cuerpo está en llamas.   

    —Pues te tenia por alguien que actúa y no de los que son de mucho hablar pero poco actuar.—Me muerdo el labio y el ante mi gesto me muestra una sonrisa de lo más juguetona y sin dejar de mirarme se acerca hasta donde estoy.

    —Mocosa creo que  no te han dicho nunca que no debes provocar algo que luego no podrás controlar.—su aliento roza mis labios, se ha colocado de pie a centímetros de mi.—No sabes lo sexy que te pones cuando haces eso.

    Sin dejar que pueda contestarle me empuja hacia la cama suavemente y se coloca encima mía, su boca viaja hasta mi cuello y con besos suaves va acercándose a mi boca, sin poder hacer otra cosa que cerrar los ojos y disfrutar de las sensaciones que solo este chico me provoca.

    Cuando nuestras lenguas se mezclan los besos ya no son dulces, nuestras ganas son evidentes, y la desesperación y el deseo es más que evidente, sus manos viajan por todo mi cuerpo, provocándome en cada caricia.

    Necesitando más contacto le cojo del bajo de la camiseta y se la levanto, hasta conseguir quitársela, dejándolo medio desconcertado por unos segundos, pero reacciona apresando mis labios con sus dientes, mordiendo mi labio inferior. Sus manos se posan en mis caderas y pegando su cuerpo aun más al mío noto su abultada entrepierna. Mi agitada respiración no me deja pensar con tranquilidad, solo necesito sentir cada parte de su cuerpo, y seguir sintiendo esta sensación de plenitud.

    —¿Mocosa estas segura de esto?, si seguimos así no podré parar.—su voz entrecortada, por la excitación, provocan en mi unas oleadas intensas de calor deseando que cumpla y que no se aleje nunca de mi.

    —No quiero parar.— nuestras miradas se cruzan, los dos sabemos que no nos referimos únicamente a este momento. Sus manos me apresan con mas ahínco, empiezan a descender por mi cuerpo levantando poco a poco mi camiseta, haciendo que sus dedos provoquen  sensaciones inimaginables  por cada centímetro de mi piel.

    Ninguno de los dos somos conscientes  de la realidad, el deseo es más fuerte, en pocos segundos nos quedamos desnudos, nuestros cuerpos encajan a la perfección, las intensas respiraciones incrementan el deseo entre ambos. Siento como mi cuerpo va a estallar y solo estamos explorando nuestros cuerpos con roces entre nosotros. Sus movimientos parecen acelerados, me tumba quedándose encima mía y cuando abro los ojos me encuentro con la sonrisa mas bonita que he podido ver en el mundo, junto a sus ojos iluminados por el brillo, me dan la paz y tranquilidad que no he tenido nunca, se que con él estaré a salvo.   

    Con mucho cuidado y después de colocarse la protección y sin parar de acariciarme con sus manos mi pelo, se introduce en mi, y la sensación me sobrelleva, las lagrimas empiezan a descender por mi cara.

    —¿Que te pasa Isabella, tanto daño te hago? no llores, me parte el corazón verte así.— Se queda paralizado, y yo le sonrío.

    —Estoy bien, no podría estar mejor.— me mira extrañado y mi sonrisa parece tranquilizarle,

no sabia que podría sentir algo que no fuese repugnancia y dolor al hacer un acto tan intimo.

    Recobra los movimientos con delicadeza  y en pocos segundos aceleramos el movimiento, intensificando cada sensación y cada sentimiento, no siento dolor, ni preocupación, simplemente estoy disfrutando de una sensación única e inimaginable.

    Las sacudidas de placer me invaden hasta el bello del cuerpo, es una sensación que no había experimentado antes, Connor se desvanece al momento, quedándose tendido encima mía, el calor y la cercanía que desprende me hace sentir segura y en casa, algo que no recordaba lo que era sentir. Abro los ojos y veo a Connor mirándome con esos ojos que cortan la respiración a cualquiera.

    —Eres preciosa mocosa, y ahora también eres mía.

    Se levanta y se va al baño y aprovecho para coger mi ropa pero antes de que me pueda siquiera poner la ropa interior, me sorprende por la espalda y me lleva a la cama.

    —No hay prisa mocosa, quédate a dormir.

    Me vuelve a sorprender sus palabras, no esperaba siquiera que me lo pidiese, pero asiento con la cabeza y me vuelvo a la cama con él. Nos quedamos medio adormilados abrazados, hasta que tocan a la puerta y me sobresalto.

    —¿Connor bajas a cenar?— es Max quien está al otro lado de la puerta.

    —No creo, tengo un asunto muy importante que resolver aquí.— me coge de la cintura y me empieza a hacer cosquillas, y sin poder evitarlo mi risa se escucha más de lo que hubiese querido.   

    —Ya veo tío, pasároslo muy bien.—Parece que se ha ido pero cuando parece que ya puedo respirar y voy a darle a Connor por hacerme reír añade.— Isabella si no te trata bien ya me encargaré yo de darle una paliza.

    Mi cara se enrojece en segundos, y voy a darle a Connor cuando me intercepta el brazo y me acerca a él, y me muerde el labio y me apresa besándome con ansiedad.

    —Como sabe que era yo y no otra la que estaba aquí.

    —Mocosa solo tú has entrado en mi habitación, aunque suene raro no veía necesario traer a las chicas con las que he estado a mi habitación si sabia que serian para un rato, y teniendo la habitación común, para que complicar y dar malentendidos a nadie.

    Este chico solo hace que sorprenderme, sus palabras parecen sinceras, y me tranquilizan que al menos haya algo que me diferencie del resto.

Mientras seguimos acostados, yo me he puesto recostada a su lado con la cabeza en su pecho, notando como su corazón late, él sigue acariciándome el cuerpo. Cuando sus dedos pasan por la cicatriz me estremezco, y parece notarlo ya que me aprieta a su cuerpo y me da un pequeño beso en la frente, y me vuelvo a relajar, es increíble como consigue hacer que me sienta segura y a salvo con solo una caricia.

------------------------------------------------------------

Se que no tengo ningún perdón por haber estado tanto tiempo sin actualizar, pero he sacado tiempo de donde he podido para subir el capitulo, y ir terminando esta historia que tanta ilusión me ha hecho escribir y que os haya gustado.

Quedan ya pocos capítulos para terminarla y espero subir los capítulos lo más pronto que pueda, pero os prometo no tardar casi dos meses, eso lo tengo claro..

Perdonar de verdad por tardar casi una vida, y espero que os haya gustado este capítulo.

OS QUIERO (L)

Mi mocosa favorita (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora