Capítulo 36: CONNOR

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Está preciosa, le acaricio el pelo mientras observo su belleza. Parece dormir tan plácidamente, que no quiero molestarla, anoche estuvimos hablando por horas, es tan fácil conversar con ella , que da hasta miedo, por fin fui valiente de contarle una de mis pasiones, y su reacción que tuvo me alivió, tenia miedo al rechazo, a que se riese de mi o que no valorase como yo lo hago, pero fue todo lo contrario, se puso a llorar, de emoción y eso me ensanchó un poco más el corazón.

Hoy es su día y voy a estar a su lado para apoyarla, se que debe ser algo difícil para ella y verla afrontarlo y le voy a demostrar que pase lo que pase, debe luchar por lo que le gusta como ella también me ha hecho ver a mi con lo del dibujo, aunque no fuese ni consciente, si algo me ha demostrado es que los miedos se vencen, podemos luchar por lo que más queremos aunque nos de terror fracasar en el intento, pero es peor si simplemente dejas pasar las oportunidades y no luchas, es la peor derrota que puedes cometer.

—Mocosa creo que deberías despertarte ya o llegaras tarde a tu gran día— le susurro al oido mientras que mi mano se desliza por su mejilla.

Se mueve pero sus ojos no se abren, y repito el movimiento por su mejilla hasta que vuelve a moverse y ponerse de lado frente a mi.

—Porque me haces esto? estaba muy bien dormidita.— se queja con la voz un poco tomada.

—Preciosa en una hora es la carrera y no será por mi que no la disputes así que mueve ese culito sexy que tienes y levántate.

Parece pensarse si hacerme caso o no pero después de acercarse y darme un beso corto en los labios que me hace quedarme con ganas de más, se endereza quedándose sentada en la cama.

—¿Tendré que afrontarlo no?—me pregunta pero suena más a que se está auto convenciendo ella sola y solo le asiento a modo de respuesta.

Isabella ya esta preparada, están en la linea de meta todos los competidores y mis nervios van en aumento, he visto que esta el impresentable que casi me tira hace un par de carreras y me dan escalofríos de solo pensar que le pueda hacer algo a ella, y más que se piense que soy yo, ya que Isabella lleva mi moto, por eso es que me paseo por la salida para que me vea que no soy yo el que corre.

—Tio tu estás loco, ¿a quien le has dejado tu moto?—Justin me dice alarmado.

—Se lo que hago, pero confío plenamente en esa persona.—Respondo tajante.

—Pero si tú no nos has dejado en la vida la moto, y ahora a saber a quien habrás dejado montarse en ella, para que te la destroce.

—Venga disfrutemos de la carrera y esperemos que la moto de Connor y su acompañante terminen intactos.—Max sentencia y me es extraño que no haga preguntas y que no me haya dado el sermón como lo está haciendo Justin o incluso más.

La carrera empieza y veo como Isabella coge la delantera dejando muy atrás al resto, el segundo es el impresentable que me empujó, pero no llega a ponerse a la altura de ella, y parece que se impacienta. Por lo que mis nervios van en aumento, si lo logra no se de que es capaz.

Están todos aplaudiendo por los movimientos tan ligeros y difíciles que está haciendo Isabella, y mi corazón se expande, por verla, espero que disfrute y no deje atrás una afición que tanto le llena.

Parece que el chico de la moto naranja recorta la distancia entre él e Isabella y se va emparejando poco a poco. Se que va a intentarlo, sus movimientos de un lado a otro de la pista dan a entender que va a intentar tocar la moto de Isabella, y ella parece darse cuenta, ya que gira la cabeza hacia donde está él.

Después de un par de intentos se pone a la misma altura de Isabella y cuando abre la trayectoria hacia afuera me tenso, va a darle y como se caiga, es hombre muerto. Pero cuando tuerce la moto en dirección a Isabella ella mágicamente saca velocidad a la moto de una forma impresionante y no solo consigue no ser tocada por él si no que el de la moto naranja se desestabiliza y cae de lado por la inestabilidad de los movimientos.

¡Esa es mi mocosa!

Estoy tan orgulloso que hasta me duele el pecho, esta mujer es mi perdición, pero la amo con locura, consigue demostrarme día a día lo magnifica e increíble que es.

—Estáis hechos el uno para el otro— me dice Max sacándome de mis pensamientos.

Me sorprenden sus palabras, no comprendo lo que me dice hasta que desvía su vista hasta donde esta la meta y me vuelve a mirar.

—Tranquilo si es un secreto sabes que puedes confiar en mi, hermano.

—Ella lo quiere así.

Max me sorprende de nuevo pero me hace darme cuenta de la suerte que tengo de tenerlo como un hermano. Empezamos a correr hasta la meta donde ya hay gente esperando al ganador , sin saber que quien se esconde detrás no es otra que una joven promesa de la carreras y que espero que después de hoy siga corriendo, pero también es mi mocosa.

Cuando deja la moto y recibe la ovación de la gente que ya se encuentra en la meta, Isabella parece haberme visto entre la gente y venir en mi dirección.

—Te lo dije mocosa , tú puedes con todo—me acerco rápido hasta ella y al ver su sonrisa le abrazo.

—Gracias Connor.— no dice nada mas solo me sonríe y con eso ya me hace la persona más feliz, sus ojos brillan y se que ha disfrutado.

Se acerca el resto del grupo y la gente va disipándose pero veo entre el barullo de gente a dos personas que no me imaginé que pudiesen siquiera conocerse, y eso me hace pensar en problemas.

Están besándose, son Melisa y el impresentable que lo que solo busca es problemas cuando corre, y hoy a tomado de su medicina, ya que se ha quitado el casco que ahora lo sostiene Melisa y lleva una cara de pocos amigos, además parece haberse hecho daño, lleva el mono con pequeños rasguños, no me quiero ni imaginar si su plan de tirar a Isabella hubiese funcionado y fuese ella la que se hubiera hecho daño.

Vuelvo la cabeza y observo a todos nuestros amigos vitoreándola, y cuando me mira y noto su movimiento de cabeza asintiendo se coge el casco y se lo quita, dejando a todos sorprendidos, pero los gritos y las sonrisas se hacen ver al instante, el buen rollo que se crea es mágico.

—Connor, ya veo ya, con que tu chica es mejor incluso que tú.— Me dice Justin y solo puedo hacer que sonreír.

—Así es amigo, no solo ha conseguido volverme loco por ella si no que hasta me pulverizaría en la pista.— le digo y sonríe ampliamente.

—Quien nos lo diría, Connor enamorado, la vida te da sorpresas, ¿por cierto que narices hacen esos dos juntos?— señala hacia donde están Melisa y el otro corredor.

—No se, pero espero perderlos de vista y no volverlos a ver nunca.— le digo sin siquiera mirarlos.

—Pues ellos parecen estar muy pendientes de nosotros y nada felices por sus gestos.

—Que les den no pienso permitir que nos molesten.

Vuelvo a acercarme a Isabella y la cojo por la cintura levantándola del suelo y cuando la tengo tan cerca de mi le beso, le he dejado espacio pero necesitaba besarla, necesitaba sentirla cerca de mi y demostrarle que voy a estar ahí para lo que necesite y espero seguir viéndola sonreír como lo esta haciendo ahora.

Mi mocosa favorita (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora