Capítulo 18: CONNOR

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 No se que narices estoy haciendo, no me puedo creer lo que estoy a punto de hacer, no soy consciente aun de que voy a poner en manos de una chica mi moto, espero que nadie se entere nunca, si no mi reputación se vería afectada, yo que ni a mis amigos he sido capaz de dejar llevarla ni siquiera una vuelta, se la voy a dejar a una chica por el simple hecho de estar cerca de ella, la misma que consigue sacar de mis casillas, pero también la única que me tiene intrigado, es la primera persona después de todo lo que pasé con Melisa, que me atrae hasta el punto de hacer locuras como la que estoy a punto de hacer.

Observo como se sube decidida, mis piernas ahora mismo son un flan, podría caerme en cualquier momento, veo como me cede la mano, como he hecho yo las veces que ha subido ella en mi moto, el simple gesto, me hace sonreír y veo que ella también lo hace, subo sin más y la sensación que tengo es super extraña, me gusta tener el control y de la situación y ahora precisamente soy un mero espectador de lo que va a pasar.

Sin darme tiempo a explicarle lo básico para que pueda arrancar y llevarla ya la ha puesto en marcha, el corazón me da un vuelco, pero me tranquiliza un poco saber que entiende lo que hace. En unos segundos ya ha cogido demasiada velocidad, no veo bien el cuentakilómetros pero debe haber superado los 80km fijo.

Estoy alucinando, pero el miedo se ha dispersado, y voy asimilando el momento y me voy relajando, la sensación es muy parecida a cuando conduzco yo, pero el saber que no llevo yo el manillar me mantiene alerta, intento ver por el espejo retrovisor la cara de Isabella, no me esperaba para nada que supiese conducir tan bien, no se si conduce incluso casi igual que yo, la intriga me invade, tengo la necesidad de preguntarle como es que sabe tanto de motos y como aprendió.

Cuando me fijo en el paisaje veo que ha ido directa a la zona donde hoy hemos disputado la carrera, se para en seco justo en la salida, soy consciente de lo que va a hacer y aun así no le contradigo, me mantengo quieto y callado, y al momento vuelve a poner en marcha la moto haciendo las mismas curvas del trazado de la carrera, me inclino para ver la velocidad, y cuando puedo distinguir por fin los numero del kilometraje no me lo termino de creer, ha superado la velocidad máxima que he conseguido yo esta misma mañana.

Una vez terminado el trazado va directa a la zona del río y para la moto, yo me bajo aun desorientado, es increíble lo que acabo de presenciar, esta chica ha revolucionado y ha llevado al máximo mi moto, incluso más de lo que yo la había llevado hasta ahora.

—Gracias por confiar en mí, lo necesitaba.— Me dice acercándose al río dándome la espalda

— ¿Solo eso? Creo que me tienes que explicar que acaba de pasar.— me pongo a su altura y le giro para verle la cara.

Está llorando, se me hace un nudo en el estomago, verla tan débil me ha impactado, no esperaba que reaccionase así, algo ha debido sentir y recordar para ponerse como lo ha hecho. Se sienta en una de las rocas pegadas al río y yo lo hago justo a su lado,

—¡Déjame!— me aparta y se intenta alejar, pero la cojo antes de que vuelva a poner distancia entre los dos y la acerco a mi pecho para poder abrazarla.

Permanecemos inmóviles de pie abrazados sin nada que decir durante bastante tiempo, su respiración ha disminuido considerablemente, ya no está agitada y ha dejado de llorar, en cambio el latido de mi corazón se ha disparado, sin saber como he conseguido que haya dejado de llorar, estoy inquieto no estoy acostumbrado a tranquilizar a nadie normalmente son las chicas las que están pendientes de mí, y en cambio con Isabella, estoy en constante tensión pensando que hacer para hacer llamar su atención.

—Venga Isabella siéntate y deja de soltar lagrimas por esos ojitos— le digo fijándome en su rostro aun trite.

Mi mano va directa a su mejilla y le limpio las últimas lagrimas que aun quedan , su cuerpo reacciona al simple contacto de mi dedo pasando por su piel, yo también lo he sentido, tiene la piel sedosa y suave, y sus labios se le ven tan brillantes, me quedo observando sus rasgos, por más tiempo del que debería, ella deja de mirar al horizonte y se fija en mis ojos manteniéndome la mirada.

Mi mocosa favorita (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora