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—Me niego abuelo, no quiero ir—Se quejaba un pelinegro al teléfono— Porque estoy bien con mis amigos y me niego a coronarme.

— ¡¿No te das cuenta de nada?! —Regañaba Heechul colero— Jeon Jungkook, te ordeno volver a casa ya mismo.

—Bien, iré, iré—Se quejaba el chico— Ya rey Heechul, su hijo irá allá.

Hijo, sabes que te quiero y por eso te di libertad—Suspiraba el hombre— Pero es hora que asumas tu verdadera responsabilidad como príncipe heredero y vengas a tomar sucesión de mi lugar.

—Pero es que no quiero, quiero ser normal—Reclamaba cansado— Soy feliz como estoy, sin lacayos, cabalgatas o cenas obligadas...

Jungkook, ¿No crees que eso hubiera hecho feliz a la abuela Hani? —Musitaba mientras Jungkook sentía la opresión en su pecho— Ella siempre quiso que tú fueras un sucesor, luego de lo de tus padres...

—Lo sé, abuelo pero... ¿Soy el único que está por la línea sucesora?

Oficialmente eres el heredero legitimo—Escuchó la emoción en la voz de Heechul— Desde que eres mayor de edad, eres ya casi el Rey. Por favor Jungkook es tu país...

—Lo sé, parto en la mañana entonces—Se resignaba el chico— Espero que en el jet dejen ir con mascotas, mi gato Bokshil vendrá conmigo.

Sí, bueno... nos vemos hijo—Despedía el hombre— Sabes que te quiero, ¿Verdad?

—Lo sé, siempre ha sido como mi padre—Comentaba el chico acariciando a su gato— Nos vemos, ya mejor te dejo que tengo que hacer las maletas.

El chico colgó la llamada y lanzó su móvil en la cama, miró hacia las calles del departamento en el que vivía y suspiró. Desde que empezó su carrera universitaria en negocios internacionales, había rogado a Heechul una vida más universitaria. Y a duras penas el hombre accedió, pero eso sí, un guardia real le vigilaría relativamente cerca.

¿Vaya libertad no? Pero Jungkook se había sentido libre de qué comer, beber y con quien convivir. Había hecho muchos amigos, entre ellos Jimin. Un peli naranja muy entusiasta, ecologista y siempre le apoyaba en todo. Suspiró y marcó a su amigo, lo invitaría ya que de todas maneras el Jet privado real era muy amplio para ambos y el gato.

—Bueno mi Bokshil, iremos a una casa más amplia—El gato maullaba, al menos uno sería feliz allá— Al menos tendrás más espacio para jugar, quien sabe mi anterior cuarto era bastante más amplio que este departamento.

Luego de unos minutos, escuchó el timbre y sonrió. Jimin estaba allí.

—No te pases, ¿Cómo que viajaremos al centro del país? —Indagaba sonriente el más bajo.

—Sí, bueno Jimin ya tengo autorizado decirte... o al menos merezco tener el derecho—Empezaba a ponerse nervioso— S-Soy el príncipe Jungkook, heredero del trono.

— ¡¿Qué?! —Miró con estupefacción— Espero no estés bromeando niño del mal...

—Jimin, no. En serio es verdad—Sonreía el chico nervioso— Pues... ¿Aceptas mi invitación?

—Claro que sí, iré a hacer las maletas y vendré para dormir acá—Se levantaba y dirigía a la puerta— Vengo en un rato, mientras haz tu equipaje y emociónate. ¡Rey Jungkook!

Jimin salía sonriendo del lugar, mientras Jungkook negaba fastidiado con la cabeza y sacaba sus maletas. Sabía que no sería necesario, así que solo haría la más pequeña.

Príncipe ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora