VIII.

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Para Yoongi, los días pasaban cada vez más y más rápidos; todos consistían en la misma cosa, cosas que Yoongi olvidaba al momento de hacerlas, cosas insignificantes que hacía al escuchar a su cerebro gritarlas para que su cuerpo se empezara a mover solo y su vista nublada. El cuerpo de Yoongi no aguantaría un día más sin comer ni dormir, y sus jefes lo notaban, quienes insistían por que Yoongi se quedara en casa, pero él hacía oídos sordos.

Necesitaba dinero cuanto antes.

El despertador sonó una vez más por esta semana, con un Yoongi ya despierto justo a su lado. Se sentó en el borde de su cama y apoyó los pies en el suelo mientras sus codos permanecían en sus muslos con la cabeza entre sus manos, acariciando su fino cabello en su nuca con sus dedos. Alcanzó sus zapatillas y se las puso—ya que llevaba días yéndose a dormir con la misma ropa—y salió de casa.

En cuanto Yoongi pisó el suelo del mundo exterior, perdió consciencia de sí mismo y de su cuerpo; todo se había tornado negro.

×××

Jin estiró sus brazos por arriba de su cabeza, dejando salir un gran bostezo. Su sonrisa iluminó toda la sala, incluso más que el sol que acababa de salir y se filtraba por una de sus grandes ventanas.

Tras ducharse, vestirse y desayunar, revisó los mensajes de Jimin, quien hablaba emocionado sobre alguna cosa que "el viejo Jin" no entendía, pero eso no lo privó de reírse del más pequeño por sus mensajes tan largos.

Quien diría que ese pequeño había estado llorando en sus brazos por horas hace unos días atrás.

Cogió sus llaves y el teléfono que había estado revisando hace unos minutos, y los puso en los bolsillos de sus vaqueros. Al salir de casa, se encontró con su vecino caminando fuera de su fortaleza, lo cual le hizo levantar las cejas en una feliz sorpresa. El castaño procedió a levantar el brazo hacia su dirección en busca de llamar su atención para saludarlo, pero justo en ese momento, vio como el cuerpo de Yoongi tocaba el suelo de un momento a otro, dejándolo confundido y extrañado en cuestión de segundos. Jin se acercó a Yoongi y se agachó para llamar en vano el nombre de su vecino repetidas veces, moviendolo rápidamente de lado a lado; parecía que Jin aún no podía creer el hecho de que el chico pelinegro se hubiera desplomado de un momento a otro.

Jin cogió a Yoongi entre sus brazos, llevándolo al interior de su casa, dejándolo cuidadosamente en su sofá.

¿Qué podía hacer ahora? ¿llamaba a un hospital o se encargaba él de la situación? Su corazón se aceleraba al pensar en qué le podría haber pasado. Se acercó al pecho de Yoongi y reposó una de sus orejas sobre éste mientras que con sus dedos controlaba las pulsaciones en la zona de su cuello.

—Son más lentas de lo normal...—pensó para después dejar un gran suspiro salir. Debía tranquilizarse antes de hacer cualquier cosa. Sacó su teléfono del pantalón y empezó a buscar lo más rápido que pudo consejos sobre como reaccionar ante una situación así. "Mantener a la persona afectada acostada al menos durante 10 a 15 minutos y no dejar a la persona sola" era lo que más encontraba por internet, y a eso se limitó Seokjin todo el tiempo, no apartó la mirada ni un solo segundo del chico delante de él.

Pasados los veinte minutos, los nervios de Seokjin empezaron a aumentar, sus manos sudaban y no se quedaban quietas en ningún momento, ¿había sido buena idea encargarse él de esa situación? Pero como si el cielo hubiera visto los nervios de Seokjin—quien estaba también casi al punto del desmayo—Yoongi empezó a levantar la parte superior de su cuerpo del sofá con ayuda de sus brazos, quienes temblaban violentamente.

—¡No!—gritó Jin, tomando toda la atención del pelinegro, quien lo miró extrañado. Jin se levantó hasta Yoongi y lo cogió de los hombros para recostarlo poco a poco en el sofá nuevamente—, no es bueno cambiar de postura tan repentinamente.

noisy neighbour; yoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora