VI.

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Los ojos de Jin se abrieron por completo, haciendo que sus cejas se levantaran.

¿¡Jung Hoseok!? ¿¡estamos hablando del mismo Jung Hoseok!? ¿¡ése Hoseok!?

—¡Sí, ése mismo!—ninguno de los dos adultos podía contener su emoción y gritos al hablar. Jin lo intentaba demasiado. Las manos de Jin acabaron en la misma posición que Jimin las tenía sobre él, pero ésta vez era Jimin la víctima de los aprietos de sus dedos, quien lo imitó dando saltitos.

Pero la celebración se acabó pronto, en cuanto Jin cayó de nuevo a la realidad.

—Jiminnie... ¿estás seguro?

No lo estés.

—No puedo creer que estés dudando de mí, hyung.

—Pero... Jiminnie...

—¡Sé que es increíble, ni yo me lo creo aún habiéndolo visto! ¡pero te juro por lo más preciado que tengo en mi vida que ése era él! ¡no puedes dudar de mí, no hay mayor fan de él que yo y lo sabes bien!

—Eso es cierto...

—Escúchame, Hyung; tenemos que entrar ahí, como sea—los ojos amenazantes y emocionados de Jimin asustaron al mayor de los dos.

×××

Yoongi preparaba la pequeña mesa oscura que había en su comedor con unos platos y palillos. Suspiró con las manos sobre la mesa y miró la silla delante de él, ahí estaría Hoseok dentro de unos minutos; su estómago se revolvía y no sabía como remediarlo, hacía tanto que no veía a su gran amigo que hasta sentía nervios y su corazón se aceleraba con solo pensar en él delante de sus ojos, presente en la misma habitación. Sujetó la parte de su pecho que contenía su corazón con la mano y dio un gran suspiro para separarse de la mesa para mirar su conjunto.

¿Debería haberme arreglado más?

Pensó el pelinegro al ver su camisa negra, su chaqueta fina y su pantalón, todos del mismo color. Llevó una de sus manos a su boca, pensativo.

—¿Cómo irá él vestido...?—mordió ligeramente su labio inferior por debajo de su dedo. Todo su cuerpo empezaba a temblar con solo pensarlo.

Pero todos esos pensamientos se fueron en cuanto sonó el timbre de su casa, poniéndolo aún más nervioso si eso era posible. Se acercó a la puerta y, tras arreglar su pelo, la abrió mientras la saliva acumulada en su boca pasaba por su seca garganta.

En cuanto abrió, un sujeto de color negro y gafas de sol sobre sus ojos pasó lo más rápido que pudo y cerró detrás de sí.

—¿Hoseok?—el nombrado permanecía pegado de espaldas a la puerta, y tras unos segundos en silencio, quitó las gafas de sol con una de sus manos y una gran sonrisa se formó en su boca.

—Yoongi, cuanto tiempo sin verte—miró directamente a sus ojos, clavando éstos sobre Yoongi como si pudiera leer toda su alma con solo esa mirada. Hoseok empezó a quitarse las zapatillas para dejarlas a un lado de la entrada—. Que frío hace últimamente, ¿cómo sigues vivo?

—No lo sé, secretos de los pobres, supongo—Hoseok rió exageradamente alto mientras le pegaba en el brazo brutalmente, Yoongi se limitaba a mirarlo sonriente—. Si hacía tanto frío, ¿a qué vienen las gafas?

—¿Olvidas que soy mundialmente conocido?—puso de nuevo sus gafas en su rostro para bajarlas al igual que su cara de manera que Yoongi pudiera ver sus ojos.

—Oh, sí, olvidaba ese pequeño detalle, superestrella—la risa de Hoseok no cesaba, y Yoongi era la persona más feliz por aquello.

—Te extrañaba, Yoongichi.

noisy neighbour; yoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora