noisy neighbour; yoonjin

IX.

—N-No—Yoongi miró sus temblorosas manos, las cuales estaban reposadas sobre sus pies encima del sofá.

Yoongi empezaba a tener miedo de sí mismo, no había tenido control de su cuerpo por tres días enteros, o al menos, no lo recordaba. Al mirar atrás, el chico solo veía negro, como si hubiera estado durmiendo por esos tres días.

—Min—el nombrado volvió la mirada a Jin—, ¿estás bien?

A Yoongi le impactaron las palabras del chico castaño delante de él; su cara expresaba preocupación al igual que el tono de su voz. Hacía muchísimo tiempo que Yoongi no escuchaba esa pregunta dirigida hacia él, hacía muchísimo tiempo que no veía a nadie delante de él preguntando sinceramente sobre su estado.

Las lágrimas de Yoongi empezaron a caer sin poder contenerlas; el pelinegro no pudo hacer más que tapar su cara con una de sus muñecas y su mano.

Seokjin quitó su rodilla del suelo—la cual estaba apoyando para ver al confundido chico claramente—y se dirigió a la cocina, donde cogió un papel para luego pasárselo a Yoongi, quien lo aceptó de inmediato, pasándolo por sus ojos con su rostro agachado.

—Lo siento, no pretendía... eso—Jin agachó su cabeza tal como Yoongi lo había hecho para poner su mano tras su nuca. Miró de muevo al chico por unos segundos y volvió a la cocina para seguir con su preciada comida.

Qué buena manera de dar una buena impresión a una persona desconocida, Min Yoongi.

Yoongi observó a Seokjin en la cocina, preparando lo que parecía ser una deliciosa comida.

—Eh, Kim... siento las molestias, debería irme ya—Yoongi dio la vuelta en el sofá para dejar sus piernas colgando con el objetivo de levantarse, pero una mano en su muñeca lo detuvo de hacerlo.

El pianista miró hacia esa mano y luego la cara del portador.

—No, quédate, no me molestas en lo absoluto—había algo en los ojos del guitarrista que Yoongi no había visto hace mucho tiempo: sinceridad—, incluso he hecho comida para ambos.

Jin sonrió hacia el confuso Yoongi, quien también lo miraba tratando de descifrar algo oculto en sus ojos sin percatarse de que lo estaba mirando demasiado.

—Está... bien...—Yoongi dirigió su mirada al suelo—muchas gracias por todo, Kim.

—Oh, llámame Seokjin, o Jin, como prefieras—los perfectos y brillantes dientes de Jin se dejaron ver por completo mientras cerraba sus ojos.

—Está bien, Jin, déjame ayudarte con algo—Yoongi se levantó mientras tocaba su cuello y tiraba su cabeza para atrás, cerrando los ojos y sonriendo ligeramente.

Parecía como si los nervios de Yoongi hacia Jin se habían ido en segundos, pero solo estaban camuflados de amabilidad hacia él, pero por la cabeza de Yoongi estaba pasando la mayor vergüenza que había sentido en su vida: nunca se había derrumbado de esa manera delante de nadie, parecía que sus defensas habían bajado, y el sueño no estaba ayudando a aguantarse a él mismo.

Pero la presencia de Jin hacía todo más llevadero, en alguna manera, le recordaba a Hoseok, y eso lo relajaba.

¿Qué habré estado haciendo estos tres días para estar así?

—Ah, un tal J-Dope te había llamado mientras estabas dormido.

Lo siento, compañero pensó Jin por arruinar su promesa con el chico.

Pero al segundo se arrepintió, justo al ver que la ligera sonrisa de Yoongi había desaparecido para tornarse en una expresión de miedo.

—Hose... ¿él? ¿te ha dicho qué quería?—el cuerpo entero de Yoongi se giró en dirección a Jin, como rogando por una respuesta.