Parte 1 capítulo 7

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Puedo ser una buena maquina. Soy obediente y sonrío cuando es necesario. Puedo ser dinamita y fuegos artificiales y consumirme como la polvora y soltarte para no hundirte conmigo.

Aquella mañana no son los rallos del sol los que me despiertan, sino el sonido de la incesante lluvia que golpeaba en mi ventana. Hace dos semanas que no veo el sol, noviembre es oscuro. Y no solo en el cielo, mi vida se ha vuelto oscura. Con Brandon todo está genial, dentro de nuestra monotonía. El trabajo más rutinario imposible, y las clases y el periódico del campus parecen ir por buen rumbo. Pero lo que hace que mis días sean oscuros y frios es encender mi movil al despertar y no ver un mensaje suyo. De Brandon uno para dormir y otro al despertarse y no contesto ninguno. Es de Pietro quien espero un mensaje. A diario, espero no sé, encender la pantalla del movil y tener un mensaje suyo. Creo que desde que me habló para que guardase su telefono, hemos asumido unos roles. Soy yo quien le habla sacando tema de conversación y él solo se dedica a responder, pero sin indagar. Nunca me abre un mensaje. Me alegra, que no juegue conmigo, al menos en ese plan de estar escribiéndome cada día, al revés, soy yo, con novio, quien le escribe casi cada día con cualquier tema tonto que sirva de excusa para no sé... que sepa que estoy ahí y no se olvide, quizás le estoy agobiando. Debería no sé esperar... a que un día me abra él conversación.
En persona, en clase, apenas nos miramos, como si ambos supiesemos de que lo que hacemos está mal y no debe saberlo nadie. Y eso que en nuestras conversaciones son banales, unicamente hablamos de cine o series de netflix. También están los paseos... cuando le hablo al terminar de trabajar y le digo que no me apetece volver a casa aún. No siempre me responde, otras me dice que es tarde, pero en otras ocasiones, se encamina conmigo mas de una hora y paseamos cerca del torrente. Es la primera vez que voy con alguien. Me gusta el sonido del agua, y el sonido de su voz hablándome de su infancia en italia, en la Toscana. Y yo a diferencia de por telefono, en persona no tengo que sacarle las palabras, él encuentra de lo que hablar y yo me limito a escuchar. Quizas vea en mí, realmente un amigo "maduro" con quien poder hablar cuando todo se hunde.

Me levanté a regañadientes. No quería salir del edredon. Llueve y sin ningún mensaje suyo. Ultimamente, intento no usar el movil para no tener ni que preocuparme de que no me hable. Así que lo escondo y finjo que no me interesa. Brandon y yo solemos acordar en persona cuando quedar y vernos así no es de menester usar el movil para comunicarnos. Quería que se consumiesen mis ganas de verle.
Y así ha ido mi mes, arrastrándome de un lugar a otro fingiendo que todo va bien. Sabía que lo más sencillo era alejarme y en unas semanas se me pasaría el encaprichamiento. Eso era, solo un capricho pasajero.

Coral y yo llegamos a clase en silencio. Yo me veo horriblemente gris, y ella sigue de bajón por su ruptura. Tengo ganas de llorar. Pienso en el paseo que Pietro y yo dimos la noche anterior. Me dijo que me veía como un amigo asexual y que le resultaba entrañable. ¡Qué humillante! No sé porque me sentía mal, teniendo pareja, o sea que esa noticia era lo mejor que me podría haber dicho para así no sentirme la peor persona del mundo por tontear con un chico guapo a escondidas del resto del mundo. Y me sentía decepcionado, quería llorar como un niño pequeño por no conseguir lo que quería. Por no conseguir que alguien me desease. Y ahora, lo unico que quería era dejar de sentirme así y congelarme, convertirme en polvo, en espuma de mar.
Las primeras clases fueron más lentas de lo que hubiese imaginado. Me aferraba a la idea de no querer ver a Pietro en su clase, pero conforme veía que el tiempo pasaba más lento, pensé que realmente era lo contrario, que me moría de ganas por verle de nuevo. Finalmente, estaba sentado al lado de Tory intentando concentrarme en las estadísticas que Pietro ponía en la pizarra. Estaba tan condenadamente sexy mostrándose distante sin mirarle si quiera. Me atraía eso, la oscuridad que nuestro secreto implicaba.

Llego a la conclusión, de no martirizarme más y lograr tener los días posibles sin su presencia. Alejarme de él, y concentrarme en mi novio e intentar recuperar la magia que habíamos perdido por el camino. Le envío un mensaje en clase de Pietro para dar un paseo después de mi trabajo. Eso es lo que solíamos hacer Pietro y yo. Pasear y hablar sobre la vida cuando terminaba de trabajar, ¿por qué Brandon y yo no podíamos hacerlo también?
Está a la salida de mi trabajo cuando termino. Me recibe con una amplia sonrisa colgate y un abrazo. Diferente a los abrazos fugaces que me da Pietro cuando nos despedimos. Brandon por su cuenta, me abraza cogiéndome por la cintura y casi levantándome del suelo. Me abraza tan fuerte que por un momento siento que todos los pedazos que Pietro está haciendo conmigo, se juntasen de nuevo y me sintiese completo.
Le beso en la mejilla. No quiero que mis jefes se sientan incomodos. Por supuesto, que saben que soy marica, pero ultimamente me han visto más de la cuenta en compañia de mi profesor, más que con mi novio, así que no sé exactamente que deben pensar de mí. Pues que soy una persona horrible.

Clumsy: una historia diferente (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora