Parte 2 capitulo 2

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La ruptura con Brandon me dejó tan destrozado los primeros días que mi madre me preguntaba continuamente si estaba seguro de lo que había hecho. Lloraba como un niño pequeño a todos momentos. Una vez, mi hermano Lucas me pidió si necesitaba que me abrazase y me rompí encima suya. Estaba devastado. Había perdido la que había sido la razón de mi vida y me costaba muchísimo seguir hacía delante. Durante días olvidé los motivos de que hubiese renunciado a Brandon, hasta que recibí un mensaje el día de reyes.
-Como llevas las fiestas? Tengo ganas de verte. El 10 vuelvo a casa.
A casa, me decía. Mi casa parecía ser donde él estuviese. Entonces, el sol comenzó a salir y yo empecé a dejar de llorar y comenzaba a poder respirar sin ahogarme. De repente, las conversaciones por mensaje con Pietro fluían solas y hablábamos todo el día. Hicimos una llamada para contarle que había roto con Brandon y me preguntó si él era el motivo. Le dije que lo había hecho por mí. Necesitaba eso. Hacía tiempo que estaba estancado y necesitaba florecer. Él parecía realmente feliz y empezó a escribirme más y más y mandarme fotos suyas y de los lugares donde estaba. Una noche me confesó que nunca había dormido con un chico pero yo robaba sus pensamientos casi todo el tiempo, y que fantaseaba con dormir a mi lado. Y yo no veía el momento de tenerlo de nuevo aquí. ¿Cómo sería nuestro reencuentro? ¿Nos abrazaríamos? ¿Nos besaríamos como una pareja que se reencuentra después de las fiestas de navidad? No veía el momento de tener su cuerpo sobre el mío, su boca y su nariz pegada a la mía, su saliva mezclada con la mía. Tenía ganas de que me follase, la verdad. Llevaba deseándolo desde que lo vi por primera vez, y ahora que parecía posible, no veía el momento que pasase.

El primer día de clase, aparecí en el campus con la cara muy cansada porque por los nervios apenas había podido pegar ojo. Quizás si llegaba antes que el resto a su clase, podríamos darnos el lote. Lo busqué por los pasillos antes de que empezasen las clases pero no había rastro de él, entre clase y clase y tampoco. ¿Aún no habría llegado? No tenía mensajes suyos desde anoche. No quería agobiarle.
Tory estaba conmigo en la taquilla, hablando del ultimo capítulo de una serie que veíamos en común, cuando a lo lejos lo vi. Tan alto, tan guapo, tan perfecto. Y él también me miraba. Estaba hablando con otra profesora. Nos sonreímos tontamente. Siento que las mariposas de mi estómago van a desgarrarme. Se humedece los labios con la lengua en una milésima de segundo y veo como en ese momento desvía la mirada hacia mí. Voy a estallar. Entonces siento un brazo sobre mis hombros.
-Hola -comento sorprendido. No me esperaba ese acercamiento.
-¿Cómo lo llevas? -me pregunta un Brandon calmado y poco radiante.
Parece cansado.
Lo abrazo instintivamente y exhalo su aroma. Lo había echado de menos.
-Me alegro de que estés bien -contengo las lagrimas cuando su pelo me acaricia la mejilla.
Me aparto y mantengo una distancia de seguridad. Me acuerdo de Pietro y lo busco en su dirección pero ya no está.
-Yo me alegro de verte a ti -me sonríe pero la sonrisa no le llega a los ojos.
Había estado evitando sus mensajes. Lo habíamos dejado y no quería que las cosas siguiesen igual, debía notarse algún cambio para que me tomase en serio y creyese mis palabras. Así que respondía tarde a sus mensajes con respuestas claras y cerradas que no dieran lugar a más conversación. Me daba mucha pena esta situación.
-¿Al final volviste a ir a esquiar para reyes? -pregunté como si hubiese olvidado que ya me lo había dicho por mensaje.
-Sí, estuvo bien. Esquiar es una cosa que me gusta mucho.
-Siempre has sido un chico de deportes -me río.
Miro a Tory que la pobre no sabe donde meterse y le indico a Brandon que será mejor que nos vayamos.
Le agarro la mano cariñosamente y la aprieto durante un largo segundo y la suelto antes de irme.
-Me imagino que lo habrás dejado porque te apetece estar solo -dice ella-. Te será difícil encontrar un tío mas guapo y que esté más bueno que Brandon.
No estés tan segura.
-El físico ya me da igual.

Al final, me las apañé para llegar a clase de Pietro pronto. Ahí estaba él, sacando el cuaderno del maletín, su manzana ya estaba sobre la mesa. Me ve entrar y creo que se le ilumina la cara tanto como a mí. Me hubiese abalanzado en ese momento encima suya y habría dejado que me hiciese de todo, pero veo que hay compañeras ya en los asientos de última fila. Cabronas.
Me acerco a él torpemente y le sonrío.
-Estoy muy contento de que estés de nuevo aquí.
Paso la mano por encima de la mesa y un el dedo índice le acarició furtivamente la mano.
-Si pudiese te comía ahora mismo -espeta.
Me pongo colorado y el suelta una risita.
No podemos hablar más. La clase se empieza a llenar y yo me siento en mi asiento.
Pietro y yo compartimos más de las miradas necesarias para que nadie sospeche cuando mi móvil se descontrola. Alguien me estaba bombardeando a mensajes.
Me ha gustado mucho verte
Me alegra que estés bien
Tienes mejor cara que yo
Foto
Me gusta mucho como salimos en esta foto
Ojala pudiera volver atrás para saber el momento exacto en el que todo se jodió, para arreglarlo.
Te echo tanto de menos.
Ojala poder besarte.
Tengo el presentimiento que todo se arreglaría con un beso que te haría recordar todo.

Brandon me bombardeaba a mensajes. Saco el móvil y me meto en la conversación para ponerle freno cuando siento una respiración sobre mi cabeza.
-Imagino que alguno de vosotros tiene algo mejor que hacer a la vuelta de las vacaciones pero os pido por favor que prestéis atención. Pronto serán los examenes.
Pietro estaba detrás mía. ¿Habría leído algo? ¿Se habrá enfadado?
-Tia, disimula un poco -murmura Tory.
Empecé a rallarme. Veía que Pietro no me miraba en clase. Ni siquiera en nuestra dirección. ¿Estaba enfadado conmigo? Temía lo peor. Seguro que pensaba que era un niño, y se estaba dando cuenta que no pintaba nada conmigo, que veníamos de mundos diferentes. Quise quedarme más tiempo después de que terminase la clase pero él fue el primero en salir.

Estaba rallado. Temía que Pietro se hubiese enfadado conmigo. Odiaba esta faceta de inseguridad que tanto me recordaba a mis principios con Brandon. Misma historia con diferente tío. Debía gestionar mejor las cosas. Y no pensar que cada cambio en las personas debían ser por mí.
En el aparcamiento Coral me esperaba apoyada en la puerta del copiloto. Me había evitado desde año nuevo.
-Hey, forastera -la saludo mientras abro el coche.
Ella me hace un gesto con la cabeza antes de meterse.
Pongo la radio y estamos varios minutos en silencio.
-Así que soltero, eh.
-Si... -doy unos golpecitos sobre el volante- eso parece.
-¿qué es lo que más echas en falta?
-Supongo que esté él a mi lado en la cama. Su olor. Son cosas que se me hacen enormes.
Noto como tengo que reprimir las lágrimas. Pasaba el duelo como si se tratase de una muerte en lugar de una ruptura. En cierta manera era la muerte de todo lo que habíamos construido juntos.
-Poco a poco, aprenderás a saber quien quieres ser después de esto.
Hacemos una pausa, escuchando la radio.
-¿Vas a contarme cómo llegó a pasar lo de noche vieja con Junni?
Había estado tan absorto en mi dolor, en mi duelo y en el florecer del resurgimiento de sentimientos hacia Pietro, que había dejado de lado todo lo demás. Olvidándome de la vida sexual de Coral y que a lo mejor quería hablar de ello.
-No fue nada. Junni está bueno pero es gilipollas. Me da rabia que me parezca que está bueno cuando es super cabron. Supongo que nos usamos esa noche.
-¿Y nada más?
-Solo magreo y liarnos.
-¿No habeis hablado después?
-¿De qué quieres que hablemos? Nil, por favor, elegí a Junni porque es un básico y sabía que no significaría nada para él. A veces, hacemos cosas solo para desfogarnos.
Tenía razón. Quizás todo con Pietro había sido eso. Él desfogándose conmigo cuando yo lo había dejado todo por él. Mi vida con Brandon por él. Quizás todo había sido un error.

Intenté no pensar en ello en el trabajo pero era imposible. Sentía un dolor enorme en el pecho como una punzada de veneno que se iba extendiendo por el resto del cuerpo. Al terminar la jornada uso el móvil pero no hay mensajes. Me subo en el coche aún dentro del chat de Pietro. Me apoyo la cabeza en el reposa cabezas y tomo aire. Me llenaré la bañera y me tomaré una copita de sangria o la botella entera. Entonces veo que me está escribiendo. El corazón se me para.
Vienes a mi casa, o qué?

No respondí al mensaje. Mi respuesta fue el sonido del timbre en su puerta al llamar. Ahí estaba de nuevo frente a mí. Tan guapo. Me abre los brazos y nos fundimos en un abrazo tan cálido que me siento idiota por haberme estado rallando toda la tarde. Debimos estar mas de tres minutos así, con la puerta abierta. Cuando nos apartamos y me invita a pasar. Nada de besos.
Me sirve una copa de vino blanco y un trozo de tableta de chocolate negro. Así debe ser nuestra relación dulce y amarga al mismo tiempo, la misma combinación.
Nota que mis ojos brillan al sonreírle y me acaricia el labio inferior. Había una gota de vino y se la lame de su dedo. Bésame directamente para averiguar a que saben mis labios, cabrón.
-¿Qué tal el día? ¿Ya te has instalado del todo? -pregunto relamiéndome los labios.
Asiente y no me da tiempo a hacerle más preguntas. Me agarra del cuello para atraerme hacía el y besarme. Juega con mis labios, con su lengua y relame cada rincon de mi boca por dentro y por fuera.
Bufo.
Saca la lengua y la absorbo como si mi boca fuese una aspiradora y quisiera poseer su lengua, hacerla mía.
Le beso, le muerdo, le lamo el cuello y paso mi lengua por su oreja. Le gimo en el oído.
El suspira con fuerza.
-No seas malo -me dice.
Pero ya es tarde.
Me levanta y me quita la camiseta. También se la quita a él. Me lleva hasta el sofa y me tumba poniéndose encima mía. Tiemblo y me disculpo. Él continúa besándome.
Cada vez yo llevaba menos ropa y él la misma cantidad. Sinceramente tanto tiempo ansiando este momento y ahora estoy congelado. Ibamos a hacerlo y estaba aterrado. Era la primera vez que iba a acostarme con alguien que no fuese Brandon. Las
lagrimas salen despedidas sin que me dé tiempo a controlar que salieran. Me muevo rápidamente y me pongo yo encima quitándole la camiseta.
-¿Estás seguro de que quieres esto? -me pregunta entre jadeos mientras le lamo el cuello.
-Nada me apetece más que esto.
Miento, porque en ese momento sentía tantas cosas a la vez que debía decantarme por algo. Y me decanto por él, ahora siempre él.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2021 ⏰

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