~Capitulo 2

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Buenas noches, señor - Saludó el

mayordomo en un susurro tenso

y extraño.

- ¡Feliz Navidad, Northrup! -

Respondió Harold, mientras se

sacudía la nieve de las botas y le

tendía la capa empapada al

sirviente. La última escena vivida

con Melissa hacía dos semanas

acudió a su memoria, pero la

ahuyentó de su mente - Con este

tiempo, he tardado un día más de

viaje ¿Está mi hijo ya en la cama?-

El mayordomo se quedó helado.

- Harold...-

Un hombre corpulento de

mediana edad, con el rostro

bronceado de un experimentado

marino, asomó por el umbral del

salón, en dirección al vestíbulo de

mármol, y le indicó a Harold que

se acercara.

- ¿Qué estás haciendo aquí, Mike?

- Preguntó Harold, observando

con asombro cómo el anciano

cerraba con cuidado la puerta del

salón.

- Harold - Invocó tensamente Mike

Farrell - Melissa se ha ido. Ella y

Lacroix se embarcaron para

Barbados poco después de que te

fueras a Escocia - Hizo una pausa

en espera de alguna reacción,

pero no hubo ninguna. Luego

soltó una larga e irregular

espiración - Se han llevado a

Jamie.-

Una furia salvaje inflamó los ojos

de Harold, convirtiéndolos en

hervideros de rabia.

- ¡La mataré por esto! - Se

encaminó hacia la puerta - La

encontraré y la mataré...-

- Demasiado tarde - La voz

irregular de Mike detuvo a Harold

en mitad de su paso - Melissa ha

muerto. Su barco se fue a pique

en una tormenta tres días

después de zarpar de Inglaterra -

Apartó la mirada de la horrible

agonía que ya retorcía los rasgos

de Harold y añadió con voz

apagada - No hay supervivientes.

-

Sin palabras, Harold se acercó a la

mesita y cogió un decantador de

cristal lleno de whisky. Se sirvió

una copa y la vació de un trago,

luego volvió a llenarla, con la

mirada perdida.

- Dejó esto para ti - Mike Farrell le

dio dos cartas con los sellos rotos.

Cuando Harold no hizo ningún

movimiento para cogerlas, Mike

explicó amablemente - Las he

leído; una es una carta exigiendo

un rescate, dirigida a ti, que

Melissa dejó en tu dormitorio.

Intentaba devolverte a Jamie a

cambio de una cantidad de

dinero. La segunda carta

pretendía desenmascararte , se la

dio a un criado con instrucciones

de que la entregara al Times

después de que ella se hubiera

ido. Sin embargo, cuando Flossie

Wilson descubrió que Jamie no

estaba, inmediatamente interrogó

a la servidumbre acerca de lo que

había hecho Melissa la noche

anterior y el criado le dio la carta,

en lugar de llevarla al Times como

ella le había ordenado. Flossie no

pudo localizarte para decirte que

Melissa se había llevado a Jamie,

así que me mandó llamar y me dio

las cartas... Harold - Dijo Mike con

voz ronca - Sé cuánto querías al

niño. Lo siento, lo siento mucho...-

La mirada torturada de Harold se

levantó lentamente hacia el

retrato de marco dorado que

colgaba sobre la chimenea.

Contempló en angustiado silencio

el retrato de su hijo, un niño

regordete con sonrisa de ángel y

un soldado de madera apretado

en la mano.

La copa que Harold sostenía se

hizo añicos en su mano crispada.

Pero no lloró.

La infancia de Harold Fielding le

había robado todas las lágrimas

hacía mucho tiempo.

Atrapada en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora