Buenas noches, señor - Saludó el
mayordomo en un susurro tenso
y extraño.
- ¡Feliz Navidad, Northrup! -
Respondió Harold, mientras se
sacudía la nieve de las botas y le
tendía la capa empapada al
sirviente. La última escena vivida
con Melissa hacía dos semanas
acudió a su memoria, pero la
ahuyentó de su mente - Con este
tiempo, he tardado un día más de
viaje ¿Está mi hijo ya en la cama?-
El mayordomo se quedó helado.
- Harold...-
Un hombre corpulento de
mediana edad, con el rostro
bronceado de un experimentado
marino, asomó por el umbral del
salón, en dirección al vestíbulo de
mármol, y le indicó a Harold que
se acercara.
- ¿Qué estás haciendo aquí, Mike?
- Preguntó Harold, observando
con asombro cómo el anciano
cerraba con cuidado la puerta del
salón.
- Harold - Invocó tensamente Mike
Farrell - Melissa se ha ido. Ella y
Lacroix se embarcaron para
Barbados poco después de que te
fueras a Escocia - Hizo una pausa
en espera de alguna reacción,
pero no hubo ninguna. Luego
soltó una larga e irregular
espiración - Se han llevado a
Jamie.-
Una furia salvaje inflamó los ojos
de Harold, convirtiéndolos en
hervideros de rabia.
- ¡La mataré por esto! - Se
encaminó hacia la puerta - La
encontraré y la mataré...-
- Demasiado tarde - La voz
irregular de Mike detuvo a Harold
en mitad de su paso - Melissa ha
muerto. Su barco se fue a pique
en una tormenta tres días
después de zarpar de Inglaterra -
Apartó la mirada de la horrible
agonía que ya retorcía los rasgos
de Harold y añadió con voz
apagada - No hay supervivientes.
-
Sin palabras, Harold se acercó a la
mesita y cogió un decantador de
cristal lleno de whisky. Se sirvió
una copa y la vació de un trago,
luego volvió a llenarla, con la
mirada perdida.
- Dejó esto para ti - Mike Farrell le
dio dos cartas con los sellos rotos.
Cuando Harold no hizo ningún
movimiento para cogerlas, Mike
explicó amablemente - Las he
leído; una es una carta exigiendo
un rescate, dirigida a ti, que
Melissa dejó en tu dormitorio.
Intentaba devolverte a Jamie a
cambio de una cantidad de
dinero. La segunda carta
pretendía desenmascararte , se la
dio a un criado con instrucciones
de que la entregara al Times
después de que ella se hubiera
ido. Sin embargo, cuando Flossie
Wilson descubrió que Jamie no
estaba, inmediatamente interrogó
a la servidumbre acerca de lo que
había hecho Melissa la noche
anterior y el criado le dio la carta,
en lugar de llevarla al Times como
ella le había ordenado. Flossie no
pudo localizarte para decirte que
Melissa se había llevado a Jamie,
así que me mandó llamar y me dio
las cartas... Harold - Dijo Mike con
voz ronca - Sé cuánto querías al
niño. Lo siento, lo siento mucho...-
La mirada torturada de Harold se
levantó lentamente hacia el
retrato de marco dorado que
colgaba sobre la chimenea.
Contempló en angustiado silencio
el retrato de su hijo, un niño
regordete con sonrisa de ángel y
un soldado de madera apretado
en la mano.
La copa que Harold sostenía se
hizo añicos en su mano crispada.
Pero no lloró.
La infancia de Harold Fielding le
había robado todas las lágrimas
hacía mucho tiempo.