TARDE

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Como sabrán ya, al parecer tengo Alzheimer, pero no cualquiera, de hecho me consuelo con las investigaciones que dicen que existen personas que parecieran olvidar cosas, pero que las mismas no las olvidan, sino que simplemente su cerebro selecciona las cosas que importan y los pequeños detalles que no son importantes, las olvidan.Escribí esto porque no recuerdo el día exacto en la cual, por primera vez llegué tarde a una clase, en realidad creo que fue porque fui a comprar chocolates y por ello llegué tarde.

Mi docente no era como todos los docentes normales, ni se creía el cuento de que mi abuelita se enfermó o el tío de mi vecino falleció, pero creo que muchas veces su estado de ánimo variaba de acuerdo a los días. Había días que algunos de mis compañeros llegaban 1 o 3 minutos después de la hora de entrada y los dejaba pasar. Pero aquel día no estaba de buen humor, pues llegué 15 minutos tardes y no me dejo pasar y no me quedó más que quedarme fuera del aula esperando su buena voluntad o tal vez que se conmueva al verme sentado en el piso, haciendo como si leía algo relacionado con la clase.Recuerdo que aquella chica que me ayudó con la laptop, estaba fuera de clases también, de hecho acabé de recordar que la clase anterior le sonreí y le agradecí por haberme ayudado. Sin embargo cuando me di cuenta ya estaba conversado con ella, mi forma de hacerle conversa era con la única pregunta que podía hacerle a una compañera de clases que seguía siendo desconocida para mí:

¿Por qué estás fuera, llegaste tarde?

Ella a través de mis ojosWhere stories live. Discover now