Como sabrán nada es perfecto, no todo es felicidad, un día podemos estar en la cima de una montaña rusa, la más grande del mundo y un segundo después viene la caída libre, esa que te recuerda o te hace bajar de las nubes hasta que sientes la tierra en tus pies y te das cuenta que aterrizas.
Recuerdo aquel día, al parecer mi cerebro si recuerda exactamente todo ese día, empezamos nuestro día normalmente en la Universidad, yo me había ganado el aprecio de sus amigos (Casi todos) y compartía bastante tiempo con ellos, entre palabras habíamos decidido ir a ver una película al cine, para que estén orientados, debo mencionarles que esta parte de la historia se había situado unos 5 días después, recuerdo que compré entradas para 3, pues estábamos junto a una de sus mejores amigas, que para ese entonces ya se había convertido en parte de círculo. Luego de comprar las entradas para aquella película y entrar a la sala de cines, nos dimos cuenta que estaba casi vacía, de hecho solo estaba un hombre comiendo canguil y al ver esta escena pensamos:
"Pobre vino solo al cine" o "Que pena no llego la pareja"
Ya para cuando las luces se apagaron e inició la película estábamos los 3 solos en aquella sala de cine y no sé cómo, pero terminamos en la parte VIP, aquella que está por encima de los asientos normales y cuenta con asientos personales amplios para dos personas, de cuero y reclinables, eran tan amplios que los 3 estábamos ocupando 3 asientos. Recuerdo que la estaba molestando, como siempre pues esa era mi forma de jugar con ella, haciéndola enojar.
A veces creo que me pasaba un poco, pero deben de creerme amigos/as, en ese momento no había sensación más increíble que ver como una chica era capaz de enojarse y al segundo después poder darte una sonrisa, no fingida. Aprovechando el espacio en que estábamos, entre enojos de ella sentí la necesidad de besarla, esa pequeña sensación que nace de tu estómago y sube como si fuera parte de tu presión arterial y te aceleran el corazón y no para hasta que no lo hagas. Creo que todos/as llamarían ese momento de su vida como F E L I C I D A D, esa sensación en que sientes que todo es perfecto porque no habías experimentado algo similar.
Luego de ver aquella película, recuerdo que cruzamos la avenida y llegamos a casa de su amiga y estuvimos acostados en un colchón que se encontraba justo en la sala, cada vez que su amiga entraba a ver algo a su cuarto o la cocina, entre risas y juegos, me atreví a seguirla besando, como aquellos juegos de la niñez, cuando te intentas esconder de algo o de alguien para que nadie te vea. Recuerdo que aquel día llegué a casa y como era de costumbre, le escribí para indicarle que nadie me había secuestrado en el camino. Recuerdo que entre mensajes me había dicho aquellas palabras que te causan miedo, pero que cuando te las dicen, ya sabes cómo va a terminar.
"Tenemos que hablar"
La verdad, para ser sincero, lo tome de una manera chistosa, respondiéndole "En serio, claro dime de una vez lo que tengas que decirme o si deseas nos podemos ver mañana mismo"
Creo que para ese punto ella estaba un poco mal, pues minutos después me escribió para decirme que me lo iba a decir por mensaje, yo ya estaba preparándome para las palabras que diría, pero tal vez como sistema de defensa, mi mente seguía tomándolo de manera graciosa diciéndole "Me va a doler lo que me dirás, necesito alcohol y algodón". Esas palabras obviamente le molestaron a ella y me dijo "Es muy serio lo que quiero decirte"
Recuerdo cada palabra de aquel mensaje, en la cual comenzaba destacando cada aspecto positivo mío, como que era un buen chico o que le gustaba la forma en que la había tratado, acto seguido empezó a hablarme de sus inseguridades, como tratándome de decir que yo merecía algo mejor, de hecho para ser sincero, eso fue lo que me dijo, pero hay algo que no me dejó en claro, no sabía en ese momento si estaba terminando algo que no empezó, pues nunca le pedí que sea mi novia o si me estaba diciendo que quiere tiempo para analizar todo lo que había pasado y terminar de una vez con sus inseguridades, recuerdo que en sus últimas palabras me dijo, no quiero que dejemos de ser como somos, ni que esto afecte la forma en que como nos tratábamos.
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Ella a través de mis ojos
PovídkyPequeña historia narrada en palabras simples que permiten interactuar con el lector, sobre temas de la vida cotidiana, te explica a través de cortos capítulos como describir un suceso de una chica del modo en que la miraba