CAPÍTULO 21

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No lograba concebir cuál era la razón para que fuese tratado de esa forma. Ya no se sentía como una persona, ahora se miraba a sí mismo como una marioneta, una que cualquiera manejaba con suma facilidad. Mirándose a través del espejo, dio un último suspiro antes de alzarse en su completa altura y arreglar las solapas de su traje.

Saliendo por la puerta del sanitario de caballeros, atravesó el amplio pasillo hasta conseguir llegar a la amplia sala de juntas. Dentro, ya se encontraban todos aquellos hombres con cabellos canosos, esperándole mientras apenas y contenían expresiones cansinas. Mirando a un costado de la silla principal, misma que él ocupaba, encontró a sus padres, quienes le dedicaron una breve mirada antes de regresar la atención a las carpetas que seguramente su asistente DaeSung había repartido.

Se disculpó sin sentir verdaderamente ningún tipo de emoción. Caminando hasta la silla principal, tomó la carpeta en sus manos mientras asentía al hombre encargado de las finanzas, dándole indicaciones para que comenzase su discurso.

Mientras escuchaba al hombre explicar sobre los costos de producción y el evidente crecimiento en las ganancias en los últimos meses, no pudo evitar distraerse y mirar la expresión orgullosa de su madre, quien se mantenía interesada en todo lo que el hombre de finanzas exponía. Casi podía ver el deleite escurriendo en la oscura mirada de su progenitora mientras el hombre alababa sus hazañas y aplaudía sus aciertos en los negocios.

—Como podrán ver en la tercera hoja del reporte que les fue entregado, logramos reducir los costos de producción en el último mes, y afortunadamente conseguimos que las ganancias aumentaran en un 30%. Sé que aún no es suficiente, debido a la perdida que sufrió la empresa en el lapso en el que la mesa directiva fue dirigida por otra persona, sin embargo, ya tengo algunas reuniones agendadas para conseguir nuevos proyectos y solucionar las pérdidas.

—No esperaríamos menos de ti, Seung Hyun.— escuchó murmurar a uno de los hombres sentados alrededor de la mesa, quien sonrió amistosamente— Es un hecho que desearía tener un hijo con tu intelecto. Mi querida esposa sólo pudo darme mujeres, y aunque están preparadas para tomar la dirección de mis negocios, siempre es bueno tener una autoridad masculina, más si fuera de tu calibre.

—Quién sabe, Dong-Yul. — intervino prontamente el viejo Choi— He conocido a tus preciosas hijas, y quedé encantado con ellas. Quizás mi nieto se sentiría de la misma forma si estuviese en presencia de Jin-Kyong.

—Entonces quizás deberían concretar una cita.— el hombre sonrió— Las industrias Kim estarían encantadas de conectarse por un lazo tan fuerte como el matrimonio, con las empresas Choi.

—Es demasiado pronto para hablar de matrimonio, ¿No les parece señores?— sorprendiéndolo, su madre intervino ante semejante conversación, atrayendo la atención hacia sí— Mi hijo es joven aún. No adelante las cosas, querido suegro.

—En efecto, él aún es joven...— casi pudo escuchar los dientes chirriando del viejo— Pero tendrá que asentarse en algún momento. Y la hija de Dong-Yul es una maravillosa candidata. — sonrió tensamente, acribillando a su nuera con la mirada.

—Creo que esto podríamos hablarlo en otro momento.— alzándose de su sitio, Seung Hyun miró a los presentes— Si no han quedado dudas, y han estado conformes con mi reporte, esperen la invitación para la próxima junta.— se reverenció— Caballeros, madre.

Apresurándose hacia su oficina, ignoró el constante golpeteo de unos tacones contra el piso de mármol a sus espaldas. Internándose en la amplia habitación, anduvo con prisa hasta la barra de licores, sirviéndose una vasta cantidad de whisky para beberla de un solo trago, sintiendo el ardor viajando a lo largo de su garganta, quemándole la sensible zona. Carraspeando, se inclinó sobre la barra mientras sentía el desconcierto y la rabia entrelazándose, tomando forma en su interior.

DRAGÓN DE DOBLE CARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora