CAPÍTULO 23

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⌠ UN AÑO DESPUÉS... ⌡

Moviéndose con evidente habilidad entre las mesas del lujoso restaurante, el alto camarero de hombros anchos sonrió cordialmente mientras dejaba el pedido que habían ordenado los comensales. Apenas eran las cinco de la tarde del miércoles, y aunque ya estaba un tanto cansado luego de haber tenido que cubrir a uno de sus compañeros más temprano, le animaba el hecho de que su descanso comenzaba en poco menos de una hora.

Apresurándose hasta las puertas que daban paso a la cocina, se apuró en acomodar los platillos de los comensales de otra mesa. Justo cuando tomaba la bandeja para salir de la enloquecedora y bulliciosa cocina, sintió el pesado toque de una mano sobre su hombro; girándose, encontró al dueño del lugar, quien le sonrió amablemente mientras pedía a otro empleado encargarse de la orden.

—Seung Hyun...

—Señor Jeong, hola...— dijo en tono jovial, reverenciándose respetuosamente.

—¿Cómo estás muchacho? El gerente me ha dicho que has estado haciendo un muy buen trabajo, incluso consideró nombrarte como el empleado del mes.

—Oh...— se ruborizó— La verdad es que el señor Jong Dae es exagerado. He estado haciendo solamente mi trabajo.

—Lo sé, sin embargo, a ambos nos parece increíble que en tan solo un año ya incluso he tenido conversaciones con algunos amigos para llevarte para ser gerente de otros establecimientos.— suspiró— Vaya, si incluso me has dado la idea de abrir otra sucursal y dejarla bajo tu dirección.

—No es para tanto, señor Jeong, de verdad. — negó con las manos, luciendo tímido.

—Tienes una carisma única, muchacho.— sonrió— En fin, ya te convencerás de ello y hablaremos de planes a futuro después.— carraspeó— Ahora, habiéndote dicho sobre lo satisfecho que estoy con tu desenvolvimiento, quisiera pedirte un favor.

—Por favor...— murmuró, mirándole atentamente.

—Sabes que el restaurante ha estado dándoles una sobrecarga de trabajo, así que decidí contratar a nuevos camareros, sin embargo, quiero que estén bien instruidos en la tarea.— el pelinegro menor asintió— Eres el mejor empleado que tengo y sé que podrías especializar al nuevo chico en poco tiempo. ¿Me ayudarías con eso?

—Por supuesto, señor Jeong. Cuente con ello.— asintió, con las manos detrás de la espalda— ¿Cuándo sería?

—Ahora mismo. ¿No tienes problema?

—Por supuesto que no...— murmuró, enmascarando su pesar. Obviamente, podría olvidar su descanso.

—Perfecto.— apartándose, el mayor permitió que el pelinegro mirase por primera vez al callado chico que había estado esperando detrás de él— Seung Hyun, te presento a Kwon Ji Yong.

Tímidamente, el aludido no hizo más que alzar la cabeza y mirarle a los ojos. Con una pequeña sonrisa jalando de las comisuras de sus labios, se reverenció respetuosamente mientras escuchaba al hombre mayor presentarlo como el amigo de un conocido. Y la verdad sea dicha, siendo que Jeong era hermano del padre de Young Bae.

Hacia escasas tres semanas, el hombre había estado de visita en Seúl, celebrando el cumpleaños de su hermano, reunión en la que había estado también Ji Yong, y saltando entre una conversación y otra, había descubierto que empleaba al hombre que había estado deseoso de encontrar. El mundo era en verdad diminuto.

Mirando nerviosamente al pelinegro frente a él, quien simplemente se dedicaba a observarlo sin tener una expresión legible en el rostro, empuñó sus manos a sus costados, tratando de calmar las apasionadas ganas de lanzarse a los brazos del hombre.

DRAGÓN DE DOBLE CARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora