Adiós Beacon Hills

Capítulo 12.

Estaba a unas cuadras del café, su estómago le gritaba que le alimentara, pero estaba seguro de que si lo hacía devolvería el contenido.

Estaba nervioso y no sabía el porque, jamás, con nadie había sentido esa sensación tan extraña, ni siquiera con Derek, sentía una presión en su estómago, las manos le sudaban y su corazón palpitaba como loco, era como si acabara correr una maratón en tiempo récord.

Intentando tranquilizarse se sentó en una de las mesas que se encontraban vacías y se dispuso a releer las notas para buscar algún error o agregarle información.

Después de cinco minutos la campana del pequeño café sonó, dando a entender de que alguien entraba al establecimiento, cerrando el libro y poniéndolo sobre la mesa miró hacia el frente, allí estaba.

Caminaba hacía él con una sonrisa brillante, formando un corazón con sus rosados labios, su cabello negro estaba desordenado y llevaba una chaqueta negra que le hacía ver más palido, pero por la ventisca sus mejillas conservaba ese tono rosado que lo hacía lucir adorable.

He llegado tarde, lo siento- se sentó frente a él y sobó sus manos en busca de calentarlas.- un perro jaló mi bufanda y lo he seguido por unas cinco manzanas y cuando llegué lo he visto con sus cachorros, se la he dejado, también mi suéter que le ha hecho mi abuela, le diré que lo he perdido, tal vez me regale otro para navidad... En navidad vamos a casa y ella hace unas galletas deliciosas, debería traerte unas para que las pruebes yo sé que te gustarán.

Stiles sonrió, aquel chico perdía el hilo de la conversación.

-Y entonces me caí y me raspé la rodilla, pero no fue nada grave, solo unos punto -suspiró y jugando con el borde de su chaqueta- a tí te ha pasado algo asi?- le miró directamente a los ojos, eran como un adorable cachorro.

Ah, no, no de esa manera-respondió.

Después de un rato de seguir platicando se hizo de noche.

No hemos avanzado nada, pero jamás me había sentido tan cómodo con alguien que recién conozco. Ni siquiera con Scott. Hasta ahora hemos hablado de cosas que jamás había imaginado que él podía hacer, sabe cocinar, le encanta el baile, cuando canta su voz es digna de los dioses, es tan dulce y a la vez torpe... es torpemente lindo.

Después de eso mi piel se puso de un tono rojo tomate y dolía horrible, jamás iré a la playa de nuevo, no sin bloqueador solar- sonrió avergonzado.

Tan lindo...-pensó

Disculpen- se acercó un muchacho, el que atendía- ya vamos a cerrar.

Stiles giro hacia la ventana y efectivamente, ya era de noche y no habían hablado de lo del proyecto del pelinegro.

Yo, si gracias- Stiles pagó y salieron de allí.

Entonces...- nervioso jugeteo con su el dibladillo de su chaqueta.

Yo...yo podemos vernos luego-respondió, pero al mismo tiempo Jackson habló.

Podemos ir a mi casa, si quieres... -Su nariz enrojecio debido a la fría ventisca de otoño- mi madre ya debería estar allí y podemos terminar de conversar si gustas- añadió rápidamente antes de que el castaño lo malinterpretara, recién tenía un amigo y no quería cagarla.

Yo, yo... Sí está bien, solo déjame llamarle a Sara para avisar que llego tarde ok?- el pelinegro asintió mientras miraba las hojas recién caídas de los árboles y las pisaba con sus tenis blancos.

Stiles! Ya vienes? Papá te está esperando, quiere que le cuentes cómo fue tu proyecto en el que sacaste sobresaliente- dijo su amiga alzando la voz, pues a pesar de que su padre jamás fue abierto hacia los amigos de su hija, mostró cierto cariño hacia aquel chico castaño, pues le había confesado que siempre había querido un hijo y después de nacer Sara, las posibilidades de tener otro bebé eran muy pocas y era bastante complicado por lo que se quedaron con las ganas de tener otro hijo, así  que cuando Stiles llegó a su casa en busca de una nueva vida y apoyo, ellos no dudaron en dársela, siendo entonces como el hijo que no pudieron tener.

Yo, ahh de hecho, no hicimos nada de su proyecto así que iremos a su casa, para eso- habló nervioso, esperaba que Sara se enfadara, pero no fue así, todo lo contrario, un grito le hizo alejar la bocina de su oído.

Yey!- Gritó, y se escuchaba que corría o saltaba, avergonzado escondió el cuello en su chamarra y giró a ver a Jackson pensado que le había oído, pero este estaba incado y le daba a un pajarito una migaja de pan, sonriendo la puso en la punta de su dedo y la acercó a aquel animalito, el cual gustoso la tomó en su pico para salir volando de allí. Stiles lo miró en el tramo en el que el estaba despistado y reaccionó al oír gritar nuevo a su amiga.- No lo puedo creer Sti! Todo va mejor, no te preocupes creo que papá te entenderá, solamente no llegues tarde ni hagas cosas indebidas de acuerdo? o te mataré!- le dijo emocionada.

Espera no fangirlees, nosotros no- pero el pitido de que había colgado se oyó del otro lado de la línea, dando a entender de que la muchacha no le había puesto ni la más mínima atención.

Creo que no habrá problema- caminó hacia el joven quien ya tenía las mejillas rojas y sobaba sus manos en busca de calor, Stiles al verlo se quitó la bufanda y se la puso, para después sacar unos guantes del bolsillo de su mochila y darlselos al contrario, caminando hacia donde ántes se dirigían.

Una mano lo tomó de la muñeca, confundido miró a Jackson quien ya se había puesto uno de los guantes, pero el restante se lo estaba dando- Qué haces?- preguntó al ver su acción.

Póntelo- le ordenó- yo ya tengo uno- levantó su mano para que la viese- tú usa el otro.

Y Stiles después de tiempo sonrió.

¿Qué era lo que le estaba pasando?

Era tan tierno que lo quería golpear

Sus ojos tal cual los de un cachorro le miraban interrogantes.

Le gustaban.

El le gustaba y eso no era malo.

Lo que él no sabía era que alguien le miraba desde lejos, con el mismo sentimiento de la manera en la que él le miró por mucho tiempo.

Ya era tarde.

No había vuelta atrás.

Lo estaba perdiendo.