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Jerry caminaba por las calles y sentía las miradas penetrantes de los habitantes y los murmullos que taladraban sus oídos. Y aunque se repetía en su cabeza que no eran sobre el, sus sospechas se hicieron concretas al escuchar a dos chicas jóvenes hablando sin ningún pudor de Altair y él en el supermercado
—¿estas segura que el? —preguntó una de ellas cuando Jerry les dio la espalda
—si. Es el único hombre que tiene semejante cicatriz en el rostro
—no puedo creer que Tali se haya metido con él —dijo la otra con repugnancia
—¿quien lo diría? Una mojigata como ella, después de haber estado con Sergio y mira a donde fue a parar.
Jerry no quiso hacer caso de los comentario, no estaba dispuesto a que sus inseguridades volvieran a flote y arruinasen su nueva forma de vivir, no después de que Altair le devolviera la esperanza y la fe para volver a creer en el amor.
Él ya no podía vivir sin ella y quería asegurarse que ella lo amaba a pesar de su pasado.
Después de eso, fue al restaurante pero no vio a Tali, llamó a su móvil y jamas respondió dejo cientos de mensajes de voz y de texto los cuales tampoco tuvo respuesta. Jerry fue cada noche a los calamares durante una semana pero Altair no se presentaba a trabajar, hasta que sus ansias carcomieron sus nervios y no pudo contenerse más y le pregunto a Andrea por ella.
—Buenas noches Andrea —ella volteó con mala cara
—Jerry, que se te ofrece
—disculpa la interrupción, pero tengo días sin saber de Altair, le llamo a su móvil y no me contesta, ¿podrías decirme si encuentra bien?
—Está perfectamente, en estos momentos está en exámenes finales, por eso su ausencia
—podrías decirle que me llame
—no le diré. Jerry me he enterado todo lo que ha pasado entre ustedes, ¿y sabes? No estoy nada contenta, deshonraste a mi hija, no la quiero volver a ver cercas de ti. déjala en paz
-Andrea, las cosas no son como tu lo crees, y se que no fui el mejor de los hombres pero me he enamorado de ella, como ella lo Está de mi...
—calla Jerry, aléjate de ella, mi hija no es mujer para ti, ni tu eres hombre para ella
—¿por qué Andrea? ¿por no ser guapo? ¿o por que?
—simplemente aléjate de ella
—no lo voy hacer así tenga que luchar contra su propia familia, contra viento y marea y cintra el mundo. estaré con ella —dijo Jerry con los puños apretados mientras miraba con furor a Andrea.

Por su parte Altair le costaba trabajo concentrarse, tenía exámenes finales y no se le pegaba ni una oración, estaba asustada, realmente paniqueada, no dormía, comía muy poco, cosa que no pudo ocultarle a su madre y termino diciéndole, alguna que otra verdad omitiendo, por su puesto el sexo increíble que tubo con Jerry. No quería verle, no de momento, necesitaba tiempo para asimilar el oscuro pasado de Jerry, y saber si era capaz de vivir con alguien así,  en este momento su cabeza estaba echa un lío, y su corazón otro tanto.

—Tali no mires atrás, pero Jerry está del otro —dijo Stefy muy sutil
—Stefy dile que se valla ni quiero verlo. No puedo en estos momentos —por su puesto sus amigas ya sabían su terrible secreto
—será mejor que se lo digas tu...
—Hola chiquilla —Jerry ya estaba tras de ella. Altair se quedó fría no quería verlo, rápido su cuerpo empezó a temblar, pero no quiso ser grosera y luchó con todas sus fuerzas para poner una encantadora sonrisa
—Jerry.  Hola —su pecho subía de forma irregular y escandalosa
—¿podemos hablar?
—claro —Jerry hizo un ademán con la mano indicándole que la seguía
Caminaron por la acera en silencio, ninguno sabía que decir Hasta que...
—¿Cómo has estado chiquilla?
—bien
—me alegro. Te he llamado. Muchas veces, me siento como un idiota —río nervioso
— yo... Lo siento, he estado muy ocupada con los exámenes y todo eso
—lo entiendo —entonces Jerry acunó su rostro y besó suavemente sus labios, pero Altair no le correspondió— ¿que sucede?
—Jerry, es que necesito un tiempo
—¿tiempo? ¿para que?
—ya sabes, para asimilar...
—¿ya no me quieres? —Altair guardo silencio por un rato, pensando que responder —responde chiquilla
—siempre tendrás un lugar muy especial en mi corazón Jerry. Pero por el momento necesito un tiempo fuera
—no me digas eso, por favor, no dejes que mi pasado te alcance
—pero ya lo hizo Jerry,  estoy asustada, me asusta estar contigo
—esto era precisamente lo que quería evitar, pero insisiste en escarbar en mi pasado y lamentablemente no lo puedo borrar, pero jamas te haría daño, jamás te tocaría violentamente, no soy malo mi niña, y tu me lo hiciste saber
—se que no lo eres Jerry... entiendeme, lo necesito, necesito alejarme de ti
—¿pero por qué?
—porque no puedo, todo esto me supera
—pero yo te amo, me enamoré de ti desde que te vi y jamas imaginé que tu te fijarias en mi, sobrepasaste mis límites y derrumbaste el muro que me construí —la estrechó en su cuerpo con fuerza, ella se removió pero el no la soltaba
—Jerry tienes que saber que sigo con Sebs y... Me iré con el a España en las vacaciones
—pero no lo amas
—tú no lo sabes
—entonces jugabas conmigo ¿a que?
—claro que no Jerry, mis sentimientos siempre fueron claros... Pero ahora ya no lo se
—no te creo, tu me amas, lo se
—no lo hagas difícil Jerry por favor
—cásate conmigo —Altair se sorprendió ante su orden, porque eso era una orden y no una petición— quédate a mi lado
—Jerry, no me pidas eso, no estoy lista
—¿que importa?  Yo te amo, tu me amas, ¿por qué postergarlo?
—pero yo no...
—dilo —la tomó de los hombros con rudeza— dilo, di que no me amas, dímelo a los ojos, sin titubear, dilo Altair, ¡dilo! Y te dejaré en paz... Para siempre —pero a ella no le salían las palabras, estaba confundida y no podía pensar con claridad— sólo una palabra tuya me bastará ¡dilo!
—¡no me grites! Sueltame me lastimas... Solo déjame pensar 
—no hay nada que pensar, ¿me amas o no?
—Jerry tengo 19 años, yo no quiero unir mi vida alguien, tengo mucho que recorrer aún, no puedo casarme contigo
—cuando amas, la edad no importa, ni tus amigos, ni familia, ni tu religión, ni nada de esa mierda, tu nunca me amaste como presumías, hiciste que me abriera y mostrara mis sentimientos ¿para que?
—claro que lo hice Jerry, y soporte todos tus desplantes, espere a que te decidieras si tu me amabas o no, ahora, es tu turno de esperar
—¿y que debo hacer mientras?  Dejar que otro te toque —Jerry la volvió acercar a su cuerpo— no lo soportaría chiquilla, eres mía
—no lo soy Jerry, voy hacer mi vida con el, o con otro, pero no contigo, no en este momento 
—eres un niñita, ¿y sabes por que? Porque no puedes con mi pasado, porque es mucho para una niña caprichosa como tu... Pero tu no tienes ni puta idea de lo perturbadora que ha sido mi vida, con lo que he tenido que lidiar
—yo no soy ninguna niñita caprichosa
—si lo eres, buscaste de mi lo que querías y lo obtuviste, ahora que sabes lo que pesa mi pasado me dejas ¡como si yo fuera un estúpido juguete!
—no intentes chantajearme cretino... ya se te olvidaron tus palabras, "prohibido sentir algo y sobre todo prohibido enamorarse"
—todo eso lo dije para evitar precisamente esto, porque en cuanto supieras mi oscuro pasado saldrían corriendo como la gallina que eres
—me voy, no llegaremos a nada con Está absurda charla
—entonces ¿esto es todo? ¿así termina lo nuestro?
—no hay un "lo nuestro" jamás tuvimos nada
—¿no? —entonces Jerry la tomó de la cabeza y comenzó a besarla desenfrenadamente, un segundo ella lo aceptó pero al otro Lo rechazó
—basta Jerry, déjame en paz, no quiero estar cercas de ti —dijo empujandolo, Jerry se enfureció y comenzó a gritar cosas incoherentes en ingles.
El panorama era, increíblemente gris, como su humor, como su alma. Luego un estruendo se impacto en la faz de la tierra, anunciando con el una tormenta torrencial.
—jamás volveré a molestarla señorita Rivapalacio —la mirada de Jerry fue fría y sin expresión como la primera vez que lo vio— pero no quiero la vida, por casualidad estoy vivo, tal vez para conocerla y darme cuenta de lo hermosa que puede ser, aunque sea por unos instantes. Sea feliz, viva plenamente y ame, verdaderamente ame.
Jerry se dirigió a su coche como alma que lleva el diablo, pero Altair al escuchar esto se sintió mal temiendo que hiciera una locura. Intento detenerlo pero Jerry fue muy rápido
—Jerry. Tranquilizate, no te vayas así. —pero Jerry la ignoró.
Montó sobre su coche lo encendió y arrancó con furia, dejando la mitad de los neumáticos sobre el asfalto.
Altair aterrada corrió tras el pero fue imposible detenerlo. Entonces pidió a Stefy que la llevara a su casa.
Cuando llegaron vieron que Jerry salía con una maleta, la cual aventó sobre el asiento trasero de el, Altair salio del coche de Stefy pero al bajar resbaló y calló sobre su trasero, pues la tierra estaba mojada a causa de la lluvia.
—¡Jerry! —gritó con todas sus fuerzas, pero el no volteó— ¡Jerry por favor! Hablemos
—larguese señorita, no quiero su lástima —subió a su coche y dio un portazo al cerrar la puerta. Altair corrió para intentar detenerlo
—¡abre la maldita puerta Jerry! —golpeaba el cristal con los puños. Jerry no volteaba estaba dolido y otra vez se volvió a colocar su armadura impenetrable de hierro —no te atrevas a dar marcha
Pero a Jerry ya no le importaba nada, y puso en marcha su coche, las llantas trasera derraparon por la fricción de la tierra blanda, finalmente el coche avanzó con una rápida furia. Como la de su piloto.

un hombre diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora